No me tranquiliza que todo el debate político y social en España sea denostar desde todos los ángulos posibles el Plan Ibarretxe. Yo no estoy de acuerdo con él. Porque no representa una mayoría suficiente de la sociedad vasca y porque entiendo que rompe las reglas del juego establecidas por la misma Constitución. Dicho esto hay que agotar todos los recursos para cargarse de razón. No con gritos y descalificaciones sino con argumentos jurídicos y políticos.
Que entre el plan en el Congreso. La votación será contraria al plan del lehendakari. Que se consulte al Tribunal Constitucional sobre si la propuesta se ajusta a las normas de la Carta Magna. Que se traslade al Parlamento Vasco las dos decisiones. Que Ibarretxe mueva ficha. Estoy de acuerdo con el lehendakari en el sentido de que no vamos a resolver este conflicto a tortas.