Josep Piqué perdió la moción de censura. Maragall pidió disculpas a los ciudadanos de Catalunya y Artur Mas se dio por satisfecho y retirará la querella contra el president. Los partidos que apoyan al gobierno hicieron piña a su lado. La legislatura seguirá hasta que surja una nueva crisis.
Pero el murmullo del tres por ciento seguirá planeando sobre la polìtica catalana hasta que la comisión de investigación sobre el Carmel o los tribunales de justicia encuentren las supuestas pruebas de corrupción política. Maragall no supo o no quiso responder si seguía sustentando su insinuación que todo el mundo interpretó como una acusación. Se ha regresado al estanque dorado de la política catalana pero el pedrusco del dichoso porcentaje va a agitar sus tranquilas aguas virtuales durante tiempo.