Jan Laporta ha politizado al Barça y la política le ha pasado una factura que no sé si podrá pagar. Laporta ha encabezado desde la Junta que preside un discurso, nacionalista, de derechos históricos, de Estatut y de no sé cuantas cosas. Pero con un franquista dentro. Difícil de comprender.
Su cuñado, Alejandro Echevarría, se hizo de la Fundación Francisco Franco en 1997 y se dió de baja en 2003. Si la fundación es legal no tengo ningún inconveniente en que sea o haya sido miembro. Pero que un franquista esté en la Junta del Barça porque es eficaz, porque hace bien el trabajo y porque comprende muy bien el proyecto de Laporta, me parece un insulto a la inteligencia de los barcelonistas.
Es un insulto decir que es de la Fundación Franco pero que no es franquista. Es un insulto pretender que Laporta no mintió porque no sabía que su cuñado era de la dichosa fundación. Es un insulto el que Laporta nos diga que la presencia de Echevarría en la Junta no compromete el catalanismo de «nuestro proyecto».
Es un insulto el que nos diga que cree a su cuñado, que le disculpa y que seguirá en la Junta. Dice el president Laporta que su cuñado se ha jugado el cuello por el Barça.
Laporta pedía papeles que documentaran las afirmaciones de que Echevarría era de la fundación de Franco. Cuando se los han presentado dice que no le importan los papeles, que se cree más a su cuñado que a los papeles.
Me inquieta más cuando dice que «nunca hacemos política, hacemos país». Pero, hombre abogado Laporta, ¿por quién nos toma? Núñez hizo de todo. Cosas buenas y menos buenas. Ganó un montón de títulos en su largo mandato. Pero no permitió que los políticos se metieran en el Barça.
Laporta los ha llevado puestos desde el día que inauguró su mandato cuando gentes de su entorno gritaban «Laporta president, Catalunya independent». Lo que no sabíamos es que además de nacionalistas también nos colaba doblado a un franquista.
El Barça es de todos. Y ha sido una válvula de escape gloriosa y democrática en tiempos en los que no había libertades. En el Barça hay fachas, socialistas, peperos, convergentes, republicanos, comunistas, de extrema izquierda. Hay de todo y en todo el ancho mundo.Andaluces y asturianos, extremeños y valencianos, chinos y japoneses. Esta es una de sus grandezas.
Laporta ha jugado a la política y ha utilizado el nacionalismo. Con un franquista dentro.
Yo no voy a pedir la dimisión de nadie. Pido, simplemente, que no se haga política desde el Barça porque, afortundamente, tenemos instituciones que encauzan las distintas opciones políticas de los ciudadanos.
Tampoco pido que se monte una escandalera el próximo sábado en el Camp Nou. Pido coherencia. Pido decencia. No se lo crea, señor Laporta, los barcelonistas no somos todos imbéciles.