Tony Blair tendrá que poner muy pronto fecha de caducidad a sus tres mandatos al frente del laborismo británico. Gordon Brown es el sucesor designado pero todo indica que el ciclo blairista está tocando fondo y el conservadurismo de David Cameron puede abrir una nueva era en Gran Bretaña.
El presidente Chirac y el primer ministro Villepin están en situación límite. Se querían desprender del candidato de la derecha al Elíseo y han salido, los dos también, salpicados porque no se ha probado que Sarkozy hubiera cometido esas irregularidades. Todo ha ocurrido en el seno de los conservadores.
El presidente Bush está en caída libre y no puede remontar su baja valoración en las encuestas. La guerra de Iraq le persigue como un fantasma que no puede ahuyentar. Tiene dos cientos mil soldados en Oriente Medio con una guerra que no tiene salida política ni militar.
Irán se radicaliza y prosigue con su programa nuclear. Israel no sabe qué hacer con Hamas, la organización terrorista que ha dado muerte a centenares de israelíes, pero que ha ganado las elecciones democráticamente.
La nueva Italia se ha disfrazado de viejas caras. Las de siempre, más o menos. Será muy difícil que Romano Prodi pueda hacer viable el segundo experimento de la izquierda para gobernar. Berlusconi ha perdido pero no ha arrojado la toalla. Dispone de muchos medios de comunicación y es el personaje más rico de Italia.
Zapatero va caminando sobre el alambre de la reorganización territorial de España y la pacificación con ETA. En Cataluña ha habido una trifulca que ha terminado en un fiasco y Esquerra Republicana no ha salido del gobierno sino que la han expulsado. Resultaría curioso que ahora fuera Zapatero quien tuviera que salvar el Estatut en el referéndum del día 18.
Es como un gran circo de las democracias occidentales. Zapatero puede caerse del alambre pero no estoy seguro que la red le pueda salvar. Mariano Rajoy, en cualquier caso, la va a retirar si llegara a precipitarse en el abismo. Maragall cambia consellers cada dos por tres pero no sabemos todavía si él será el candidato a las elecciones que se celebrarán antes de fin de año.
Pero no hay que asustarse. De estas crisis vendrán otras. Pero al final, si la libertad persiste, las sociedades democráticas occidentales sabran cómo salir de esta y de las futuras inestabilidades.
China avanza sin libertades y la India progresa a pesar de la gran pobreza de aquel subcontinente. En el mundo islámico invocan el libro del Profeta para destruir a las democracias caducas.
El tríptico Chávez, Evo Morales y Fidel Castro quiere expandir el populismo y la ideología patriótica por aquellas latitudes. Lula y Kirchner se resisten. Pero pueden sucumbir.
El panorama no es idílico. Pero es el que hay y sólo se podrá salir de este pesimismo global si se tienen en cuenta prioritariamente algunos conceptos: justicia, libertad, verdad, alteridad y renovación de personas.