Ha arrojado la toalla con elegancia y generosidad, como un caballero que carga con toda la responsabilidad de una batalla perdida. No se va por la puerta pequeña, humillado y derrotado, como algunos querían, sino que abandona el puesto habiendo sido un gran alcalde y el president que hizo posible el Estatut.
Le han clavado los cuchillos en todas las esquinas. Siempre con la guardia baja, con visiones de futuro, vendedor de ilusiones y entusiasmos, daliniano, Maragall ha seguido el guión marcado por los precarios resultados de las elecciones de 2003. El tripartito no respondió a las promesas de una Catalunya progresista, catalanista y de izquierdas.
El carro empezó a marchar por el pedregal desde aquel día de enero de hace más de dos años en que el número dos del gobierno daba vueltas por el sur de Francia para encontrarse con unos etarras que supuestamente le planteaban lo mismo que Zapatero pactaría tiempos después con los terroristas.
Aquel paso en falso de Carod abrió la veda contra el tripartito maragallista que se convirtió en la principal arma que la oposición popular lanzó contra el gobierno Zapatero que sería elegido dos meses después. Todo fue permitido. Catalunya sufrió injustamente ataques basados en mentiras, en suposiciones, en injurias y también en los fallos garrafales cometidos por el propio Maragall y su equipo.
El presidente catalán se olvidó de Maquiavelo y soportó a los traidores de todas las escuderías que le enseñaban los puñales asesinos. Los de la oposición, como es lógico, siempre habían estado en el hemiciclo. Pero los de los amigos, correligionarios, estaban escondidos detrás de las columnas de mármol del poder socialista.
No han llegado a clavarlo porque Maragall ha esquivado el golpe y ha evitado que corriera la sangre. Tras las columnas de Moncloa, Ferraz y Nicaragua aguardaban los Brutos que ahora le reconocerán sus méritos como si su decisión fuera voluntaria. Es la víctima propiciatoria.
Así de cruel y miserable es la política. Recupero una parte del artículo escrito por su abuelo poeta, censurado en 1909, que decía sobre la Semana Trágica que “ara us han cremat l’Iglésia: perdoneu-los, perqué d’ells sí que pot ben dir-se que no saben lo que fan, i que de no saber-ho no en tenen pas tota la culpa”.
Con todos sus errores, a pesar de su brevedad, incluídas las “maragalladas”, se va un vendedor de entusiasmos, un hombre honesto, que deja unos Juegos Olímpicos y un nuevo Estatut para que los que vengan lo administren con inteligencia.
EL OPORTUNO ALZHEIMER DE PASCUAL MARAGALL.
Rafael del Barco Carreras
¡Claro!. Así se disculpa la apostasía, la deserción. Y lo dice ante las cámaras horas después del impacto de ROMPER EL CARNÉ. Corría el rumor desde hace meses, dicen la televisión y los políticos. Yo lo ignoraba, no pertenezco a los ENTERADOS, a quienes manejando conceptos le declaran a uno LOCO O CUERDO según convenga. Para el PARTIDO, metido en varias roturas de carné, un alivio que su máximo dirigente en Cataluña no “esté del todo bien”. Y él, en persona, lo suelta ante las cámaras con esa sonrisa de siempre, esas hendiduras en la cara que a su hermano Ernesto se la convierten en adusta, sin atractivo, y a él en agradable y simpático, ELEGIBLE.
Ya me perdonarán si en mi vulgar entender la vida, de hombre raso y arrasado, de la calle, acostumbrado y endurecido por la MENTIRA DE LOS PODEROSOS, NO CREA EN ESE ALZHEIMER. No pueden, SU CLAN, el Partido, o como se quieran definir esas oficinas de COLOCACIÓN, fábrica de GENIOS o denostados, según intereses, decirme ahora que TIENE ALZHEIMER, disculpándole sus errores, y hasta, como dice Alberto de Calle 1440, homenajeándole.
Si para mentir, creando mi culpabilidad hace veintisiete años, afianzando las finanzas del Partido, capitalizado con el dinero del BANCO GARRIGA NOGUÉS, manejado por el franquista JAVIER DE LA ROSA (atrapado en su desmesurada ambición), y hasta colocándose él, su amigo SERRA, y los suyos, a la cabeza de la POLÍTICA NACIONAL con lo de sus CIEN AÑOS DE HONRADEZ, estaba cuerdo, ahora en que se tiran los trastos a la cabeza, cuando se pueden descubrir muchos flecos de la GRAN CORRUPCIÓN, no pueden montar una campaña atribuyendo a unas neuronas de más o de menos esa ROTURA DE CARNÉ, o los errores y horrores acumulados. En una palabra, DESACREDITARLE, como tan bien consiguieron merecidamente con su financiero De la Rosa, y tantos otros. Y lo siento por lo que de verdad pueda tener, pero sin callarme que las neuronas se afectan por infinidad de conocidas y desconocidas causas, y grandes o nefastos políticos las tenían alteradas desde antes del éxito de sus CARRERAS, sin olvidar que los ídolos o líderes unas veces se hacen por si mismos y otras los fabrican.
Un mafioso italiano, de los de verdad, buen compañero de cárcel, me decía que si a él o los suyos en ITALIA les hubieran hecho algo así, no viviría nadie. Yo, no solo no contemplé convertirme en un asesino vengador, sino que los QUERÍA VIVOS Y CUERDOS, para que de sus peleas surgiera la verdad, como sucedió entre Piqué Vidal y Pascual Estevill. MI PÍRRICA VENGANZA, en mínima parte, muy mínima, lograda, pues aun los hay EN LIBERTAD, MUY RICOS, PODEROSOS y GOZANDO DE SIMULADA HONORABILIDAD.
Ver, http://www.lagrancorrupcion.com