Es interesante constatar que la proclamada independencia unilateral de Kosovo ha dividido a la comunidad internacional. Estados Unidos, los miembros más poderosos de la Unión Europea y la mayoría de los nuevos estados proclamados desde la desaparición de la Unión Soviética, están a favor. Rusia, China, España y, naturalmente, Serbia están en contra.
Las razones para favorecer o negar el derecho del nuevo estado a existir no responden a los intereses de los dos millones de kosovares sino a la política interior y exterior de cada uno de los que se han pronunciado hasta el momento. En todo caso, el nacimiento de este nuevo estado protegido por la Unión Europea, que ha actuado en los Balcanes sin el consenso de las Naciones Unidas, es un hecho que es irreversible.
China piensa en el Tíbet, Rusia en los enclaves de la ex Unión Soviética como Osetia del Sur, Abjazia y Chechenia y España no aceptará por las buenas la ruptura de la sagrada unidad nacional. Un derecho a la autodeterminación que, por cierto, fue introducido el siglo pasado en Europa por el presidente norteamericano Woodrow Wilson en los famosos catorce puntos del Tratado de Versalles al terminar la Gran Guerra en 1919.
Kosovo ha declarado su independencia unilateralmente. Como lo hicieron Irlanda en los años veinte y prácticamente todas las repúblicas ex soviéticas que hoy son Estados independientes. En todos los casos, la proclamación de la soberanía nacional ha sido compartida por la mayoría de los habitantes del nuevo estado. De las minorías que quedaron circunscritas en esos territorios ya nadie se ocupa.
La proliferación de nuevas realidades nacionales en los Balcanes, y muy especialmente Kosovo, es consecuencia de que las nuevas naciones independientes se sintieron maltratadas por el poder central de Belgrado. Milosevic y su racismo agresivo facilitó el nacimiento de Bosnia Herzegovina, Montenegro y ahora Kosovo. El resto de la Federación de Yugoslavia ya lo habían hecho anteriormente.
El modelo Kosovo presagia muchas dificultades. Rusia no piensa abandonar a Serbia. Tampoco a los 130.000 serbios en el interior de Kosovo. Pero observando la Europa de 1989 y la de 2008 hay una corriente de fondo para establecer más minifronteras y, a la vez, ampliar los límites de la UE. Europa puede cobijar más estados pero no tiene recursos para gestionar sus conflictos internos.
Sugiero que se analice la independencia de Kosovo en términos justamente cosovares o, si se quiere, balcánicos. Pero no es prudente trasladar el modelo a otros puntos de Europa.
¿Per què no seria prudent? ¿Per què Spain ha de ser sempre different? Així cada vegada hi haurà més gent a Catalunya, Euskadi… que no en voldrà formar part!
Con la independencia de kósovo cada cual cuenta la guerra según le va, no me creo nada que provenga de una idea de Bush y me extraña que haya tanto progre que vaya ahora de la mano de los Estados Unidos.
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Hay un proceso de autodeterminación en marcha en el Reino Unido y no me ha parecido oír a Mr. Miliband, el secretario del Foreign Office (ni a la oposición), decir aquello tan obvio y tan estúpido de que Kosovo no es Escocia. Al revés que España. Por favor, que el PSOE y el PP hagan un poco menos el ridículo. Si fueran inteligentes, convocarían un referendo en Catalunya que, desgraciadamente, saldría a favor suyo y los indpendentistas quedaríamos tocadísimos.
Por cierto, aun se echa en falta ese número de teléfono que pedia Kisinger para llamar a Europa en temas de política exterior.
Prudente no será prudente, pero es lo primero que han hecho todos los partidos políticos, posicionarse y posicionarse rapidamente, demasiado rapidamente para mi gusto. Voy a seguir el olfato del amigo Bartolomé y poner en el congelador el tema de Kosovo, mejor eso que y tal y como bien dice Brian hablar por boca de asno.
Un saludo,J.Vilá.
Me temo que la sugerencia del párrafo final de Foix, siendo muy sensata, no será por ello menos desoída.
Yo no me atrevo a pronunciarme al respecto porque debo admitir que, con mis pocos elementos de juicio, sería hablar por boca de asno, pero no puedo por menos que lamentar una vez más el pobre espectáculo ofrecido por la Unión Europea; cada vez más hipertrofiada y cada vez más incapaz de tener una única voz en política exterior (e interior).
Alguien debería preguntarse el porqué, a ese afán de los estados por entrar a formar parte de UE, le sigue inmediatamente, y sin el menor pudor, un desprecio absoluto por la filosofía que anima el espíritu de la Unión.
Lluís, esto es un órdago a Putin.
¿Por qué no es prudente trasladarlo a otros puntos de Europa?
Si observamos la cantidad de Estados que han surgido en las últimas décadas, ¿a qué se refiere con la "prudencia"?
J.J.
Sr.Foix: Vaya regalito de Bush, PP y PSOE han saltado como movidos por un mismo resorte y Putin se ha puesto de los nervios. Si el panorama económico no estaba ya bastante complicado Bush acaba de encontrar su mirlo blanco para complicarnos más la vida en Europa, no en vano parece ser que Kosovo significa mirlo (kos) en eslavo. No quisiera ser cenizo y deseo equivocarme, pero los Balcanes están en el origen de la mayoria de las guerras europeas.