La Reina de Inglaterra recibió con la pompa y circunstancia habituales a los Sarkozy en el Castillo de Windsor. Isabel iba cubierta con un sombrero tipo Ascot y Carla Bruni intentado imitar a Jacqueline Kennedy, pero con un sombrero de azafata de Air France de los años sesenta. La Reina cumplía con protocolaria profesionalidad todo el ritual de una visita de Estado.
Carrozas recorriendo los inmensos jardines del castillo, los himnos nacionales de los dos países, guardia real dando sonoros taconazos, revista a las tropas, el príncipe de Edimburgo mirando por encima del hombro al presidente de Francia.
Al presidente Sarkozy le venía grande todo. Pero era Francia la que visitaba a Inglaterra y era bien acogida. Un comentarista de Sky News decía en directo que la señora Sarkozy, Carla, es extremadamente elegante, tanto cuando va vestida como cuando se muestra desnuda. La suegra del presidente, la madre de Carla Bruni, también formaba en la comitiva presidencial circulando con carruajes de época.
Qué diferencia de estilo, de tiempos, de formas, entre la Reina anfitriona y el aparatoso y veloz huésped del Elíseo. Sarkozy dijo emocionado que “mi esposa y yo no olvidaremos cómo hemos sido recibidos en el Reino Unido”.
En Heathrow fueron acogidos por el Príncipe de Gales y Camila, Duquesa de Cornualles. Fue un día triunfal de Sarkozy con el plato fuerte del discurso pronunciado en francés en el parlamento de Westminster con los diputados de los Comunes y los lores del Reino, abarrotados en una misma sala. Al margen de la formalidad y el colorido de la jornada, el discurso de Sarkozy tiene una gran importancia política para Europa.
La versión más optimista es que se ha puesto la primera piedra de una Europa de tres pilares sostenida por Francia, Alemania y Gran Bretaña. Pero me parece que el hilo conductor de esta visita clave no ha tenido como objetivo el futuro de una Europa que descansa sobre el eje franco alemán, sino más bien se ha abierto la puerta atlántica para que el futuro de la Unión pase también por la influencia de la política exterior de Estados Unidos.
Soy muy partidario del atlantismo y valoro en lo que vale, que es mucho, el papel de Estados Unidos en ahuyentar los fantasmas europeos en las tres guerras, en las que incluyo la guerra fría, librándonos de nuestras guerras civiles continentales.
Lo que me parece precipitado es que este movimiento de piezas de Sarkozy guiñando el ojo a Washington desde Londres a espaldas de Alemania pueda ser perjudicial para el proceso de consolidación de la unidad europea. Sarkozy corre demasiado en todo. Entiendo su fascinación por Inglaterra y por Estados Unidos. Pero su política en solitario no será positiva para Europa. Mientras tanto, la política exterior española, en Europa y en Washington, es insignificante.
Sr. Foix: completamente de acuerdo con el comentario final de su entrada. Así las cosas, ¿no sería aconsejable que el nuevo titular de Exteriores estuviera a la altura de ese problemón? Le saluda, Carraquiri
La política exterior que se está haciendo no puede ser la única que se puede hacer, otra cosa es que no se planteen cosas con cara y ojos, hablar de Alianza de Civilizaciones es dar por hecho que hay una guerra de civilizaciones y eso es una forma muy poco acertada de hacer una política exterior. La política exterior no existe y sólo habría que aceptar que somos lo que somos y no necesitamos sacar pecho cuando no damos la talla, es así de simple.
J.Vilá.-
No sé cuales puedan ser las intenciones de Francia, pero no parece que los británicos estén por la labor de implicarse de lleno en Europa.
Respecto de España, siento vergüenza ajena cuando oigo esas tontería de la "octava potencia" y que hemos pasado a Italia, etc. ¿No sería más productivo -y nos ganaríamos mayor respeto- si nos limitáramos a jugar de forma digna el papel que nos corresponde como nación modesta, pero seria y previsible?
Sr. Foix:
La política exterior del gobierno español es la mejor -la única- que se podía hacer después del "desgavell" protagonizado por el anterior nefasto presidente de España.
Esperemos a ver cómo transcurre la próxima legislatura. Quizás no tengamos que correr estúpidos tupidos velos.
Tiempo al tiempo.
J.J.
Creo que Bruni esta por encima de cualquier Estado , nacion , monarquia …. Sarkozy es Alfredo Landa y Bruni se lo esta pasando bien , esta claro que domina la situación , cuando la belleza se burla la solemnidad es totalmente inutil.
La política exterior española es de pena, no envidio la etapa de Aznar ni mucho menos, pero creo que se podía y se debía haber hecho otro tipo de política y no enredarse en filosofias baratas sobre alianzas de civilizaciones que no conducen a nada.
E.Dalmau.
Lluís, con permiso de Bartolomé, mejor correr un estúpido velo.
Sr.Foix: Si El presidente Sarkozy se arrojase un día desde los trescientos metros de altura de la Torre Eiffel en presencia de Carla Bruni, diera diez vueltas de campana y cayese de pies intacto, la noticia no sería su salto, la noticia sería que Carla Bruni le esperaba allí abajo tomandose un helado de nata.
El eje Estados Unidos,Gran Bretaña,Francia que se está gestando a espaldas de la UE puede ocasionar tensiones muy complicadas de resolver en estos momentos de crisis economica, me suena más bien a una entente.
Sobre la política exterior de España mejor corramos un tupido velo…