Los partidos políticos son espacios de aguas turbulentas, sucias, emponzoñadas. Tienen que ver con el poder y el poder es maquiavélico por naturaleza. Se pugna por alcanzarlo y por conservarlo. Margaret Thatcher no fue destituida por el Parlamento ni por el electorado después de haber ganado tres mayorías absolutas. Fue apartada por el Partido Conservador que escogió para sucederla a John Major.
En Francia, el Partido Socialista perdió las elecciones ante la astucia del conservador Sarkozy. Pero, de paso, rompió la pareja Segolène Royal y François Hollande hasta el punto que hoy no se sabe quién va a ser el próximo candidato. Qué les voy a contar de Italia donde los aliados de hoy son los enemigos de mañana.
Las primarias de Estados Unidos ofrecen el gran espectáculo entre Hillary Clinton y Barack Obama que debaten sin parar hasta descifrar quién va a ser el candidato del Partido Demócrata. Los socialistas españoles cambiaron tres veces de líder hasta elegir a Zapatero que ganó las elecciones en su segunda oportunidad.
No es extraño que el Partido Popular pase por este turbulento trance. Normalmente, las batallas a muerte no se dan mientras se tiene el poder. Es cuando se pierde cuando empiezan a correr los cuchillos y la sangre fluye tranquilamente por los pasillos de las sedes partidarias.
Es interesante seguir la guerra en el seno del Partido Popular. Y también observar cómo los medios de comunicación, El Mundo y la Cope, se empeñan en desplazar a Mariano Rajoy para situar a Esperanza Aguirre. Las críticas de esos dos medios contra Rajoy han sido despiadadas en las últimas semanas. Todo lo que hacía Rajoy era criticado con dureza.
Si hablaba porque hablaba, si callaba porque callaba. Si nombraba se equivocaba y si no hacía caso a los suyos también. Pero Mariano, por fin, habló. Y habló claro. Como ocurre en toda lucha por el poder. Esperanza tiene ahora la palabra y los ejércitos de los dos aspirantes se van a medir en el Congreso popular del mes de junio.
Que gane el mejor. Asi es el sistema. Pero Rajoy ha respondido con truenos y relámpagos. «No se puede confuncir a 25 personas de Madrid con España porque España es mucho más grande». Ha dado en el clavo. Piensan muchos magnates de prensa y financieros capitalinos que lo que no ocurre en Madrid, simplemente no pasa, no es noticia.
Rajoy se ha hecho con los barones periféricos, con Camps en Valencia, Arenas en Andalucía, Valcárcel en Murcia, Sirera en Cataluña y Feijó en Galicia. Ha pasado revista a las tropas y ve que tiene suficientes soldados para plantar batalla a Esperanza Aguirre.
Me voy a presentar, ha dicho, porque me lo han pedido muchos compañeros de partido. A mí no me lo ha pedido ningun periódico ni ninguna radio. Le faltó los nombres, pero se refería a Pedro J. y a Federico. Este partido, remató, responde ante sus militantes ante vosotros y ante sus votantes, pero no responde ante ningún grupo de presión, sea de la categoría que sea.
Valiente Rajoy que recibirá más disparos de artillería en las próximas semanas. Pero ha plantadeo cara a quienes le quería hacer la hoja de ruta. Rajoy ha mostrado los triunfos de su derrota. Pero triunfos al fin y al cabo. Aquí caben todos, ha dicho, 700.000 personas que habían votado al PSOE nos han votado en las generales y serán dos millones en las próximas.
Rajoy, cree en España «en una nación plural, pero creo en la diversidad de España, en el Estado de las Autonomías, he sido vicepresidente de la Xunta de Galicia,y a mucha honra… no vamos a aceptar que nadie distinga entre los que somos buenos y malos dentro de este partido, entre listos y no listos»
No sé si Rajoy ganará el congreso del PP. Lo que sí me parece es que el pistoletazo de salida ha sido claro y nítido. No va a depender de los que quieren manejar los hilos del partido desde un periódico o desde una emisora de radio. O desde el núcleo ultra liberal que representa Esperanza Aguirre y sus correligionarios.
Rajoy quiere centrar el partido. Es la única fórmula para arrebatarle el poder a los socialistas cuando se convoquen nuevas elecciones.
Creo que Rajoy es una persona que no cae mal , se puede estar de acuerdo con él o no , pero no es Aznar . Esperanza Aguirre es bastante Aznar .
Lluís, a Rajoy ahora le defienden quienes quieren que vuelva a perder.
Sr.Foix: Si a Esperanza Aguirre la quieren colocar Pedro Jota y Losantos, a Rajoy lo colocó Aznar que había sido colocado por los mismos. Lo más inteligente que puede hacer el PP es buscar un candidato nuevo y trabajar cuatro años en una propuesta que dadas las circunstancias socioeconómicas puede acabar llevandoles al poder, un candidato que sea capaz de ilusionar más que el candidato que coloque Zapatero en su sustitución. Como ve Sr.Foix, en este país todos buscamos alguien que nos coloque…
Es posible que las cosas sean como dice Lluís Foix, pero a mí la reacción de Rajoy -por lo menos lo que me ha llegado, que seguro, ha sido lo más estruendoso- me ha parecido tocada de un punto de histerismo. Tanto por lo dicho como por el tono en que lo ha dicho. Después de 4 años de callar y otorgar, ahora resulta que le sobran los liberales, los conservadores, los periódicos y las radios. ¡A buena hora mangas verdes!
Me pregunto: si el PP no es liberal ni conservador, ¿qué es?, ¿centrista?. Y esto, exactamente, ¿qué es?. ¿Hemos redescubierto el Crepúsculo de las ideologías en homenaje póstumo a Gonzalo Fernandez de la Mora?.
"Los socialistas españoles cambiaron tres veces de líder hasta elegir a Zapatero que ganó las elecciones en su segunda oportunidad."
creo que esta frase puede parecer confusa porque no era la seguna oportunidad de zapatero sino de los socialistas.