Al margen de las convulsiones financieras en Wall Street que están afectando muy negativamente a todos los mercados occidentales, incluído Moscú que hoy suspendió los principales valores de la bolsa, se está produciendo un fenómeno que no estaba previsto en la agenda de una administración republicana neoconservadora.
Se dejó actuar al mercado con total libertad, según los cánones del capitalismo clásico, y ahora es el gobierno el que inesperadamente está inyectando capital público a los bancos e instituciones de seguros para garantizar la estabilidad financiera.
Lo más normal es que Washington se acerque a Wall Street para seguir y alentar la buena marcha del conglomerado de grandes bancos que se concentran en la pequeña calle de Nueva York. Lo más paradójico de esta crisis económica que cada día nos depara nuevas sorpresas es que Wall Street se ha personado en Washington para que pedir dinero público y salir del charco en el que se encuentran.
El presidente de la Reserva Federal y el secretario del Tesoro han rescatado, con poco éxito hasta ahora, tres bancos que se declaraban en quiebra han sido dopados por millones de dólares que proceden del erario público.
Sorprende que los gigantes de la gran banca se hayan encontrado con falta de liquidez para responder a sus compromisos con los accionistas y hayan pedido ayuda a la Administración para que evite su bancarrota. En tres casos, los republicanos del gobierno Bush han respondido a la petición. Pero cuando el cuarto banco norteamericano, Lehman Brothers, una institución de más de siglo y medio de existencia, quiso acogerse al salvavidas de Washington, el secretario del Tesoro se desentendió.
Pero un día después, la Reserva Federal ha acudido en ayuda de la primera institución de seguros del mundo, AIG, que arrojaba abultados números rojos y se ha mantenido a flote. Estos movimientos financieros tendrán consecuencias importantes. No sólo por si la salud de Wall Street se recupera sino por si ha llegado el momento de una cierta regularización de los mercados, de hecho una regularización de la globalización que tiene su epicentro en Nueva York.
Esta crisis de dimensiones desconocidas está planteando una reforma profunda de las instituciones financieras americanas y mundiales. Gane quien gane las elecciones de noviembre, ya no será nada igual. Decía el malogrado Ernest Lluch que el mercado tiene que tener límites. Como buen keynesiano no entendía el crecimiento y la acumulación de riqueza dejando los instrumentos del mercado en las exclusivas manos de particulares.
El candidato McCain ha aceptado ya que habrá que introducir algún tipo de regulación de las finanzas americanas y, por lo tanto, mundiales. Aquel viejo principio de que allí donde no llega el mercado tiene que llegar el Estado, se plantea de forma urgente. No por razones ideológicas, sino prácticas, incluso de sentido común, de eficacia.
Poco esperaban los liberales de la escuela de Chicago y los neoconservadores inspirados por el filósofo Leo Strauss hace casi medio siglo que sería el mercado el que pidiera ayuda al Estado. Lo más interesante del capitalismo, sin embargo, es que sabrá corregir el rumbo, incluso aceptando principios más socialdemócratas que liberales como hizo muy oportunamente Franlin D. Roosevelt en los años treinta con el New Deal.
No debemos confundir una crisis de ciclo con una crisis sistemática, ( pone en peligro a todo el sistema)
. Un grupo de economistas opinábamos que el escenario actual tenia muchas posibilidades de ocurrir ( col.legi d´Economistes de Catalunya, wwwblogs.coleconomistes.com )
Estos informes no se difundieron, solo crearíamos mas pánico no esta en nuestras manos la solución (la solución es de los políticos, son quienes toman las decisiones en las altas esferas)
Son informes que indican que No se evaluaron bien los riesgos, la falta de regulación en un mundo globalizado tiene consecuencias de una magnitud mundial. Se impulso irresponsablemente el excesivo riesgo que supone el apalancamiento financiero y la excesiva disposición de liquidez en el sistema. ( se acabar afectando a todo el sistema poniendo en riesgo al pilar del capitalismo, el sistema financiero)
Siempre son necesarias unas fuertes leyes reguladoras en el campo de la banca de inversión, todos teníamos la lección magistral de la crisis del 29, también podemos aprender de ella la forma de salir de la actual crisis, las medidas aplicadas por Rosselvet, (medidas keynesianas impulsar infraestructuras y aumentar los sueldos para incrementar el poder adquisitivo de las familias)
Solo con un poco de memoria histórica no estaríamos en la situación actual.
La única posible solución son los pactos a nivel mundial, se necesitan unas reformas de las instituciones mundiales, ( ver web Ubuntu de F.Mayor Zaragoza) las actuales han fracasado en sus ultimas cumbres(FAO:OMC;FMI:BM) por no tener unas estructuras adecuadas, no tienen en suficiente poder jurídico en un entorno globalizado,, los primeros síntomas fueron cuando los fondos no conseguían frenar la brecha entre países centrales y periféricos y el segundo síntoma fue cuando no pudieron evitar la guerra de Irak,( los problemas mundiales requieren soluciones mundiales.
(en el foro del colegio ,http://blogs.coleconomistes.com/ le interesaran ver dos artículos, Se hunde nuestro actual sistema bancario, 4-1-2008 –El mundo enterero sufrirá la crisis sistematica JVF-, Situación actual era previsible.,y el articulo: Es también un problema de concienciación 22-Enero-RMS)
@Enric, Desde que gobiernan los neocon han traido miles de problemas al mundo, han creado muchos problemas y han aportado muy poco.
Un saludo,J.Vilá.
///ENRIC///
Un corta y pega de Strauss.-
El Straussianismo se fundamenta en la idea de que la democracia liberal, con su énfasis en las libertades individuales, ha conducido a las sociedades occidentales a la decadencia y el desastre.
Para Strauss había llegado el momento de que una élite se alzase para superar la debilidad y la falta de cohesión social causadas por el relativismo inducido por la filosofía post-socrática. La principal herramienta de esta nueva élite sería una mitología artificial, construida alrededor de la noción de que Estados Unidos goza de un destino único y asentada en el control de las masas ignorantes a través del engaño, el fervor religioso y la guerra perpetua. Esta mitología o “Texto Straussiano,” habría de tomar la forma de un cuerpo de pensamiento filosófico, articulado deliberadamente en dos niveles: un significado “exotérico,” accesible al lector medio, y otro “esotérico,” el verdadero, dirigido a sus reales destinatarios, la jerarquía social.
Para Strauss, el renacimiento de las sociedades modernas debía ser protagonizado por una casta de políticos aptos, dispuestos a difundir con convicción estos mitos destinados a otorgar propósito y significado a las vidas de la gente corriente. Al hacerlo, habrán de apoyarse en valores morales o religiosos absolutos, distinciones maniqueas, que arranquen a la sociedad de las garras del relativismo. Pero no es necesario que un buen político crea en ellos, ni siquiera que sea religioso. Basta con parecerlo.
No se cansaba de repetir Galbraith -qué de disgustos nos hubiéramos ahorrado si sus conciudadanos de adopción (de hecho era canadiense) le hubieran hecho un poco más de caso- que lo que recurrentemente se celebra como innovación no se debe más que a la cortedad de la memoria en materia financiera: "El mundo de las finanzas aclama la invención de la rueda una y otra vez, a menudo en una versión más inestable".
Desgraciadamente hay algo aun peor que la desmemoria: la insensata creencia de que "nosotros" estamos mejor preparados que quienes nos precedieron.
Lluís, si Roosevelt viviera saldría corriendo ante el panorama actual.
En Wall Street sobra soberbia, mucha soberbia y prepotencia, ahora que el sistema creado por esos genios de las finanzas se desmorona lo primero que se les ocurre es pedir ayuda al papá estado para que les ayude, son unos niños mimados y consentidos acostumbrados a llevar la razón y ser envidiados por todo el mundo.
Un saludo,J.Vilá.
Sr.Foix: Como ya apunta Vd esto es el mundo al revés, los tiburones de la banca y las finanzas poniendo una vela al Estado y rezando a Santa Barbara para que deje de tronar.
Dado que en las cuevas de Altamíra aún quedan paredes por pintar, no estaría de más que todos estos lumbreras se fueran una temporada larga a seguir decorándola y meditar un poco, una cura de humildad no les vendría mal a muchos de ellos.