Barack Obama no ganará por ser mestizo. Si es presidente de Estados Unidos lo será a pesar de ser negro. La raza tiene poca visibilidad en la campaña. En el segundo debate con John McCain en la madrugada del miércoles, la raza no estuvo presente.
A ninguno de los dos contendientes le interesa introducir la etnia en la discusión. tanto por exceso como por defecto.Pero ahí está la cara de Obama, un retrato híbrido del formidable cruce de razas, culturas y creencias que han configurado el conocido melting pot de Estados Unidos.
El imponderable de la raza permanece invisible en la campaña y no adquiere gran protagonismo en las encuestas. Pero sigue siendo un factor que puede hacer vacilar a millones de electores a la hora de depositar su voto amparado por la cortina del colegio electoral.
Hay que recordar que la Ley de Derechos Civiles está casi todavía fresca porque fue aprobada por la Administración Johnson en julio de 1964. Fue una ley que prohibía la segregación racial en las escuelas, espacios públicos y en el trabajo. También se incluyeronlos derechos para proteger a las mujeres. En las escuelas norteamericanas se enseña todavía el compromiso de Abraham Lincoln en su segundo discurso inaugural de marzo de 1865 cuando para salvar las heridas de la guerra civil dijo aquello de «sin rencor hacia nadie, con caridad hacia todos, con firmeza en el derecho tal como Dios nos dió a entender el derecho».
Aquella promesa no la pudo convertir en ley al ser asesinado en el teatro Ford de Washington el Viernes Santo de 1865, acompañado en el palco de su señora y dos huéspedes. El racismo no estuvo nunca generalizado sino que se concentraba en varios estados del sur en los que los blancos no aceptaban la igualdad de los negros. Las organizaciones racistas no aceptaron la ley de Johnson que tuvo que enviar la policía federal para atajar los desmanes de grupos como el Ku Klux Klan.
Dicen los expertos que la cuestión racial podría incidir negativamente para Obama en dos o tres puntos. Pero si las encuestas le dan ventajas de dos dígitos en estos momentos, todo parece indicar que el candidato demócrata puede convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos, a pesar de ser mestizo, de tener poca experiencia, de haber estudiado derecho en Harvard y tener escasos conocimientos de economía.
El acelerado registro de electores que se está produciendo en los estados indecisos debe ir, en principio, a favor del candidato demócrata. Pero también puede movilizar a quienes piensan que todavía no ha llegado el día en que Estados Unidos deba tener un presidente no blanco. Sostengo, sin embargo, que si Bill Clinton le dijo a Bush padre que «es la economía, estúpido», se podría decir también que «no es la raza, estúpido», si el discurso de Obama acaba imponiéndose.
@Bartolomé, los periódicos están vendiendo más que nunca con la crisis, da igual si hay que utilizar el amarillismo o el sensacionalismo, después te dirán que lo hacen por defender la verdad, la libertad de información y la realidad de la situación.
Roger Mateu.
Es curioso que apenas se dice, o se hace sólo de pasada, que Obama no es negro, sino mestizo. Tengo la impresión que el problema no es tanto que sea negro, mestizo o amarillo, sino, como dice Foix, que no sea blanco. O, más exactamente, que no sea WASP. (No sé si el caso de Kennedy puede considerarse un contra-ejemplo).
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McCain puede ganar si el miedo se apodera de los votantes, es más, le veo ganador por desconfianza hacia Obama de un amplio sector de la ciudadania americana.
Lluís, Obama puede perder precisamente por ser negro.
La situación se está complicando tanto que el voto se va a decidir por los sucesos que ocurran en los últimos días de campaña, se va a votar más con el bolsillo que con otra cosa.
Un saludo,J.Vilá.
Sr.Foix: Dependemos tanto de lo que ocurre en los Estados Unidos que tendriamos que tener derecho a voto, me causa perplejidad observar el seguidismo que mantenemos en toda esta crisis, cuando las causas de los problemas económicos suyos y nuestros son completamente distintas y por lo tanto los remedios tendrían que ser diferentes; pero lo que me ha causado más vergüenza es el sensacionalismo de algunos diarios, con titulares que invitaban al pánico en lugar de a la serenidad.