La banalidad del lenguaje

Las imágenes de la guerra que se libra en la franja de Gaza repugnan la sensibilidad de millones de personas. Los que pensamos que esta ofensiva militar fomentará más el odio y no resolverá el endémico conflicto entre israelíes y palestinos, nos movemos en el dilema de respeto y admiración al pueblo judío y el sufrimiento absurdo de tantos palestinos que viven en condiciones infrahumanas y son víctimas de una guerra cuyo balance de muertos es desproporcionado.

Por muy justificadas que sean las razones de Israel y Hamas para entregarse a esta barbarie debe existir una fórmula para detener la violencia.

Israel ha privado de un territorio propio a los palestinos que quedaron dentro de las tierras conquistadas en su fulgurante guerra de junio de 1967. Mientras no se resuelva este contencioso satisfactoriamente por las dos partes no habrá paz, ni con el poderío militar de Israel ni con las acciones terroristas de Hamas en cuyos estatutos se escribe que «el profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, ha dicho: el día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos (matando a los judíos). Cuando el judío se esconda detrás de piedras y árboles, las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo.»

Produce escalofrío y se entiende el radical enfrentamiento entre dos pueblos que tienen insuperables dificultades para convivir. Ya sé que es imposible tener una posición equidistante sin que seas acusado por unos o por otros. La misma ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, ha dicho que se está con Israel o contra Israel.

Depende en qué y cuándo.

Lo que me inquieta de este conflicto es la banalidad del lenguaje. Cambiar el sentido de las palabras, dijo primero Montaigne y luego Lewis Carroll, es el primer paso para deformar la realidad.

Hablar de genocidio en Gaza es adulterar su significado si se compara con el exterminio de seis millones de judíos de varias nacionalidades europeas que sufrieron torturas, asesinatos y viajes macabros a las cámaras de gas.

Es un genocidio lo que ocurrió en los campos de la muerte de Camboya, la hambruna provocada por Stalin en Ucrania, la matanza de armenios por parte de los turcos en 1915, la eliminación de una etnia en Ruanda en los años noventa. Encuentro desproporcionadas las pancartas que hablan de genocidio en Gaza. Es otra cosa

  9 comentarios por “La banalidad del lenguaje

  1. La solución sería devolver palestina a los palestinos y eso es algo imposible de todo punto, por tanto no existe solución al conflicto.(Margaret)

  2. Benvolgut Sr. Foix,
    sempre celebro escoltar les seves opinions, lamento discrepar en un aspecte que vostè considera tan clau com la paraula "genocidi".

    Li prego que faci una ullada al Cambridge dictionary o al sempre infalible Oxford English Dictionary:
    Definition
    Genocide – noun [U]
    "The murder of a whole group of people, especially a whole nation, race or religious group: victims of genocide"

    Potser a algú sap greu que sigui així, però ara mateix s'està executant un genocidi a Palestina.

    Salutacions desde Barcelona.

  3. Lo que es seguro es que para occidente todas las guerras no son iguales.

    Un saludo, J.Vilá.

  4. Quizas tambien tengamos que separar los conceptos de terrorismo, entre terrorismo de estado,terroristas subvencionados por el mismo pais, o por otro. Separar interes y contrapartidas, favores con favores se pagan, etc….

  5. ///ENRIC///

    Esta guerra no se acabará jamás y nuca mejor dicho, es el cuento de nunca acabar, el odio que existe se alimenta desde que los niños son pequeños, eso de poner cohetes en las escuelas o en los hospitales dice claro como funciona el terrorismo de Hamas, esto no tiene solución.

  6. Lluís, no me había planteado nunca la proporcionalidad del 11/M, da que pensar.

  7. "Hoy ya no existen enemistades irreconciliables, porque ya no hay sentimientos desinteresados; he aquí un bien que tiene su origen en un mal". Joseph Joubert.

    Hace unos años vi un documental sobre palestinos e isrraelitas en el que entrevistaban a varios jóvenes de ambos bandos. Fue para mi toda una sorpresa descubrir que entre ellos no existía ese odio tan enrevesado del que tanto se habla(al menos, eso decían muchos de los entrevistados) sino que habían aprendido que entre ellos no podían ser amigos y así tenía que ser.

    No me puedo quitar de la cabeza esas imágenes en estos días. Mucha gente de allí desea la paz, el respeto y la tolerancia. Estoy bastante indignada con todos los que se ponen de un lado o de otro…hay que ponerse del lado de la paz. Aunque suene a topicazo es la única manera de ayudar.

    Un saludo.
    Balanza.

  8. Sr.Foix: Estos días no paro de oír hablar del principio de proporcionalidad y le confieso que estoy más perdido que Madoff en la cola del paro. En qué se basa ese principio, dónde está la proporción si me matan a mis seres queridos, a mis hijos, cuántos hijos de otros han de morir para redimir mi dolor, hacerlo devuelve la vida a los míos, qué principio de proporcionalidad hubo en el fatídico 11/M de Madrid…?
    Es lo que Vd dice, la banalidad del lenguaje nos domina.

  9. Señor Foix:

    Ésta es una cuestión de tal magnitud que no me voy a atrever a llevarle la contraria; sí le diré, sin embargo, que no creo que muchas personas estén a favor de su afirmación final, quizás porque en estos días los medios ya nos han "vendido" lo que está ocurriendo como "genocidio".

    Ya desde el terreno personal, comentar que éste es el gran cancer del mundo -yo diría que incurable-. Una situación, sin lugar a dudas, desesperanzadora. Poca solución le veo: unos con sus sagradas escrituras y los otros con su rencor secular.

    Un saludo desde el Poble-sec. Le echo mucho de menos los martes por la mañana.

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