Era un mediterráneo de Andratx, áspero y suave a la vez, gran trabajador, periodista y viajero, novelista de grandes vuelos. Como todo gran escritor había devorado miles de páginas de literatura, de ensayo y de historia. Tenía una cierta idea del mundo que analizaba desde su independencia de criterio construyendo un universo de matices y de complejidades.
De las muchas conversaciones que mantuve con él a lo largo de los últimos treinta años, me vienen a la memoria dos charlas de carácter muy distinto. La primera fue en 1982 cuando se comprometió a escribir una columna diaria en La Vanguardia, diario que dirigía en aquella época.
Los socialistas acababan de ganar las elecciones de forma rotunda y Porcel consideró que tenía cosas que decir en unos momentos en los que el país entraba en una nueva etapa política y social.
Porcel tenía una gran capacidad crítica que le convertía en un rebelde de su tiempo. Era un aventurero y arriesgado viajero que observaba el mundo como un mallorquín que desconfiaba de todo pero que aplicaba su universo cultural a descifrar la realidad.
El quinto volumen de su obra completa no terminada recoge las columnas publicadas en La Vanguardia desde 1982. Me pidió un prólogo a su obra como columnista que habría que concluir porque quedan varios miles de artículos no incluídos en aquella edición.
Porcel escribía retratos magistrales de las figuras clave de su tiempo, nos ha dejado reportajes de gran periodista publicados en Destino y en La Vanguardia, ha escrito un gran libro sobre la historia, la cultura y la visión mediterránea de la vida.
Conocía los clásicos griegos y la religión de Israel. Se movía como pez en el agua en las dos riberas del Mediterráneo, conocía a los grandes pensadores y escritores de Egipto, de Francia y de Italia.
Su curiosidad no tenía límites. Escribió mucho en castellano pero su prosa más exquisita la expresaba en catalán con el toque mallorquín que nunca quiso abandonar. Posiblemente es el mejor escritor en catalán después de Josep Pla.
La segunda conversación que recuerdo tuvo lugar en el Hospital Clínic de Barcelona hace tres años. Me enteré que le iban a operar, le llamé al móvil y me dijo que fuera inmediatamente porque al día siguiente entraba en el quirófano.
Enfrentaba la seria operación con la vitalidad que le caracterizaba. Eran momentos muy críticos para él pero hablamos largamente del periodismo, de la literatura y de sus convicciones paseando por la terraza del hospital. Me habló de la soledad de aquel momento cuando la otra orilla de la vida se avistaba en el horizonte.
Salió bien del quirófano. Adquirió nuevo vigor, escribió la última novela hablando de la lucha para sobrevivir que le llevó a enfrentarse con rebeldía a la muerte que llegó inesperada e inexorablemente el miércoles.
Queda su obra literaria y periodistica, queda la fuerza de la palabra y la escritura que sobrevirán a lo largo de los tiempos.
A mi sí me "engancharon" sus novelas, una prosa magnífica y un narrador costumbrista excelente.Otra cosa era compartir sus opiniones sobre algunos temas.Creo que ha sido una gran pérdida.
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Efectivamente, Baltasar Porcel no era un escritor que me gustase, nunca llegue a conectar con sus articulos, ni a comprender sus novelas, no me enganchaban, pero bueno, hay gente mejor preparada que yo para opinar sobre Porcel.
Cualquier persona que pueda vivir en esta pais de forma digna, viviendo de la cultura, mas de 10 años, solo por esto merece un premio,,,,independientemente de estar mas o menos de acuerdo con sus opiniones que siempre son respetables.
Por la escasez de comentarios sobre Porcel veo que algo de lo que dice Bartolomé flota en el aire, Porcel no era un escritor bien visto por bastante gente y por lo que veo bastante controvertido y cuestionado.
Un saludo,J.Vilá.
Sr.Foix: Los escritores, los artistas y los intelectuales en general de las islas desarrollan una visión muy particular en sus trabajos, ignoro la razón, pero siempre manifiestan un cierto desapego de lo que se crea en la península, manifiestan una gran dosis de individualidad y genio, Porcel no es una excepción, Porcel es uno de los más significativos. Es una lástima que por una u otra razón sean estigmatizados o criticados, en este país se magnifica negativamente lo que nos separa, cuando es lo que nos separa lo que nos enriquece, lo que nos hace avanzar culturalmente y posibilita que no seamos un erial intelectual.