Tres años hace que el Estatut de Catalunya fue ratificado en referéndum por los catalanes, después de haber atravesado todos los preceptos contemplados por la legislación vigente para convertirse en una ley orgánica del Estado.
El Partido Popular presentó un recurso de inconstitucionalidad casi inmediatamente después de que la ley del Estatut entrara en vigor. También hace tres años de ello. Y el alto tribunal se ha ido de vacaciones en espera de emitir el fallo más adelante.
Las noticias que llegan del Tribunal Constitucional son confusas y fragmentadas. Lo único cierto es que han transcurrido tres años y no ha habido un pronunciamiento. Dicen que el texto de la sentencia tiene más de mil páginas y que la preceptiva renovación del alto tribunal se ha retrasado en más de un año debido al recurso del Estatut.
Mariano Rajoy acaba de decir que espera la sentencia cuanto antes pensando en posibles alianzas con CiU después de las elecciones generales. Tiene gracia. Como si el partido que él preside no hubiera sido precisamente el que presentó el recurso que tanto tarda en dilucidarse. Esta situación indefinida crea inseguridad jurídica para todas las partes implicadas. Una sociedad sin seguridad jurídica cae indefectiblemente en la anarquía y el caos.
El presidente Zapatero respondió a las acusaciones del Partido Popular diciendo que vivimos en un estado de derecho y que las supuestas escuchas telefónicas a miembros del partido de la oposición no estaban apoyadas en pruebas. La señora de Cospedal dio nombres sin aportar documento alguno. Ella sabrá.
Pero es sospechoso que la trama de corrupción desencadenada por el juez Garzón en el llamado caso Gürtel se haya concentrado en dos importantes comunidades gobernadas por el PP y que ahora sean varios miembros del Partido Popular de Mallorca los que han pasado por el juez esposados por la mano derecha.
El portavoz del PP mallorquín dice haber estado preso por un delito que ni siquiera conlleva pena de cárcel. Si esto es así, también es inseguridad jurídica. Se dice que la política no se hace con la moral o con moralismos. Pero tampoco se construye desde la inmoralidad.
La tentación de traspasar las líneas contínuas que separan los tres poderes del Estado es muy antigua. Pero cuando se transgreden tiene consecuencias graves para todos.
Todo esto son palabras mayores..cuando visito a los pueblos…los abuelos del lugar dicen" no te metas con el opus ni con la banca ni con la justicia, que todos tienen las de ganar…"