Mònica Terribas
Estar, ver, oír, compartir, pensar. Y a partir de ahí, hablar, escribir, opinar. El periodista es el mal sueño del político. Le causa tanto miedo que quisiera domesticarlo o, incluso, comprarlo o esclavizarlo. Qué pérdida de tiempo.
Cuando se ha conseguido la rendición de un periodista, siempre sale otro para tomar el relevo. Me parece indecente lo que se ha dicho sobre la entrevista al presidente Montilla. Que un alto cargo del Ayuntamiento de Barcelona se haya permitido escribir groserías sobre la entrevistadora, Mònica Terribas, sin que su partido le haya llamado al orden es de una gran pobreza moral. Al igual que nadie se haya atrevido a poner en su sitio a quien ha calificado de discapacitado al presidente Montilla, al comentar la citada entrevista.
El fenómeno no es nuevo. Cuenta Robin Lane Fox en su extenso libro sobre el Mundo Clásico, que tras el asesinato de Cicerón, la injusticia siguió contraponiéndose a la libertad y siguió utilizándose como argumento para atacar rivales políticos. Fueron doce años memorables en los que los hombres más importantes entraron en conflicto por los discursos de sus respectivos lacayos.
La palabra es libre. Pero no es inocua. Si promueve la injusticia, la mentira o el agravio gratuito es tan destructiva como el veneno. Los conflictos del futuro pasarán por la palabra y el lenguaje, a través de las nuevas tecnologías que no tienen límites de espacio ni de tiempo. Todo vale si está bien escrito y pasa por el tamiz de la popularidad llamada mediática.
José Montilla
No soy partidario de que en nombre de la libertad se intente confundir a los demás. Cuando en mayo de 1793, escribe José Antonio Marina en los Sueños de la Razón, la Convención aprobó el tribunal revolucionario, Marat explicó el sentido de la medida.
La libertad, dijo, debe establecerse mediante la violencia. Ha llegado el momento de organizar momentáneamente el despotismo de la libertad para destrozar el despotismo de los reyes. Eso ya lo había dicho Rousseau al afirmar que hay que obligar a la gente a ser libre.
Habrá que reivindicar una vez más, aunque no esté de moda decirlo, que los actos públicos y privados tienen una dimensión moral insoslayable. La condición humana está ahí y no la vamos a cambiar. Pero si perdemos el concepto de la verdad y la mentira, de lo justo e injusto, del respeto al otro, de la compasión, de la alteridad, iremos retrocediendo hacia la barbarie.
Asi se crea la opinion publica :
1. Se crean grupos de » expertos » , los famosos » think tanks » americanos , controlados por los Gobiernos y/o el gran capital . Pueden ser profesionales , profesores , tecnicos ,sociologos , militares ,politicos o cualquier cosa .
2.Los » expertos » elaboran complejos y tecnicos informes que casi nadie entiende ni lee .
3.Los » informes » son filtrados por los Gabinetes de prensa institucionales gubernamentales y/o del gran capital , añadiendoles , si no lo tenian ya ,toques politicos y/o economicos interesados .
4. Los medios de comunicacion masiva , TV , prensa , radio etc.. se encargan de difundirlos masivamente y todo el tiempo que haga falta hasta que se cree la opinion publica que les interese y una » nueva realidad » que les beneficie
5. El pueblo , analfabeto funcional en su mayoria , se cree lo que le digan : el cambio climatico, la gripe A , que Irak tenia armas atomicas , que Iran tambien las tiene o tendra pronto , que la globalizacion es buena , que en Afganistan no hay una guerra sino acciones » humanitarias «,que los emigrantes nos pagaran las pensiones , y lo que haga falta .
Sorprenden estas críticas a Terribas, sorprenden más si tenemos en cuenta que la entrevista no fue ni mucho menos de las más duras que ha realizado.
Sr.Foix: Debemos luchar por la libertad en todo momento, la libertad de expresión es el derecho de todo individuo a expresar ideas libremente, derecho señalado en el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, coartar dicho derecho es propio de sistemas totalitarios o antidemocráticos, la libertad de expresión se pone a prueba cuando quien la ejerce es nuestro adversario y hemos de aceptar sus opiniones o críticas. Por desgracia quienes no aceptan la libertad de expresión tienen una peculiaridad, no saben escuchar, nunca han escuchado, no aceptan más interlocutores que sus propios pensamientos.