La presentación del presupuesto es el día grande de la política británica. El país se paraliza para escuchar el discurso que el ministro de Hacienda pronuncia durante más de dos horas en los Comunes. La oposición le replica por la tarde, sobre la marcha, con el mismo minutaje. rebatiendo las propuestas del gobierno que considera siempre equivocadas y perjudiciales para el contribuyente británico.
Ayer no fue una excepción. El ritual empezó cuando el canciller del Exchequer o ministro de Hacienda, salió del número 11 de Downing Street, puerta por puerta con el número 10, con una vetusta y descolorida cartera que ha sido utilizada por sus predecesores durante más de dos siglos, y la muestra al público y periodistas concentrados en una de las calles más cortas del Reino, que aplauden las malas noticias sobre la subida de impuestos, la gravación extra sobre alcohol y tabaco, el aumento del impuesto de la energía…. Lo de siempre.
Como en los tiempos de Gladstone o Disraeli, de Wilson o Thatcher. Son tradiciones que pretenden enmascarar la realidad envuelta en una grandeza que ya no existe. Si en todos los países, las tradiciones se cumplen con una inexorable rutina, los ingleses son un pueblo todavía más sensible a la belleza con que el tiempo adorna las cosas. Agradan a los británicos los políticos gastados y pulimentados por la lucha, de la misma manera que aman la cerámica antigua y las maderas viejas y un poco carcomidas.
Es una nación conservadora porque tiene mucho que conservar, si nos fijamos en que la última invasión que ha sufrido fue en 1066 que permitió a los normandos configurar lo que sería el país en los próximos diez siglos. Pocas cosas se han roto a excepción de un par de revoluciones inconoclastas.
Alistair Darling, el ministro que blandió el maletín por la mañana, presentó un presupuesto arriesgado porque en dos meses el gobierno laborista tendrá que vérselas con la oposición de David Cameron en las elecciones generales. Anunció un recorte del gasto y un aumento de los impuestos para las clases medias, una iniciativa suicida para presentarse a las urnas en el mes de mayo. Daba la impresión que el laborismo presentaba su último presupuesto después de doce años en el poder.
La crisis ha sacudido fuerte también a Gran Bretaña. El déficit está desbocado, la producción industrial está estancada y el país tropieza con las mismas dificultades que los socios europeos. No está en la eurozona y no tiene intención de ingresar en la moneda única. Influye de forma opaca en la economía mundial gestionando muchos fondos de riesgo que han pervertido los mercados. Nada de esto ha sido mencionado en la presentación del presupuesto. Inglaterra todavía confía en que la política monetaria europea fracase. Si no es así, se sumará al euro. Pueblo práctico el inglés.
Publicado en La Vanguardia el 25 de marzo de 2010
El regreso de la política industrial -Dani Rodrik
Europa, y paises occidentales tienen un problema que sigue enmascarando con las finanzas…y es un problema industrial y de competitividad…..si los estados ayudan a crear empresas en otros paises y ayudan a la investigacion y europa no reacciona….vamos a entrar en decadencia…todo este sistema de economia del bienestar sera insostenible !!!!
Es un riesgo superar el 100 % de deuta del PIB…España: 2010: 19.371, deuda por habitante (62%)
España:2011: 25.209, deuda por habitante (80%)
Thomas Watson, el fundador de IBM, dijo en cierta ocasión: “Si quieres triunfar, aumenta tu tasa de errores”. Un gobierno que no comete errores al fomentar la industria es el que comete el error mayor de no esforzarse lo suficiente haciendo intentos…» «….el desarrollo de nuevas industrias requiere con frecuencia un impulso de los gobiernos»
One Economics, Many Recipes: Globalization, Institutions, and Economic Growth (“Una economía y muchas recetas. Mundialización, instituciones y crecimiento económico”) Dani Rodrik
http://www.project-syndicate.org/commentary/rodrik42/Spanish
Es necesario que Europa ante el avance emergentes y las actuaciones de Usa, reaccione y realice una política industrial
Gordon Brown ha acabado reconociendo que se dejaron llevar por los fundamentalistas del mercado, por los financieros y banqueros en sus peticiones de desregularizar el sector.
comment5,
Conservo, desde los lejanos tiempos en que escuchaba al lado de mi padre la BBC por onda corta, un difuso sentimiento de admiración y envidia hacia el pueblo inglés. Mi héroe infantil era un idealizado gentleman -flemático, racional, insobornable- que lo mismo podía materializarse en el imperturbable Fileas Fog, creado por Jules Verne, que el el coronel Nicholson, interpretado por Alec Guinness en El puente sobre el río Kwai o el misógino profesor Higgins de Bernard Shaw.
Como todos los sentimientos, este mío tenía más de irracional que de fundado. Pero el corazón tiene razones que la razón no entiende, y aun perdida en el recuerdo aquella infancia mía, ese poso de irracional admiración sigue en buena medida en pie: soy irremediablemente anglófilo. Y cuando oigo, o veo, los media españoles (o catalanes) tan odiosamente tendenciosos, no puedo evitar añorar aquellos boletines tan pulcramente objetivos e imparciales de la BBC.
Las próximas semanas tendremos la oportunidad de como funcionan las elecciones en una democracia de verdad.
He leído algunas de sus crónicas en la Hemeroteca de La Vanguardia como corresponsal del diario en Londres y espero impaciente leer sus comentarios sobre las próximas elecciones.
L’he anat llegint. Espiant.
Demà surt publicada la seva fitxa.
El déficit desbocado, la producción industrial estancada, el paro por las nubes y unos presupuestos que no se los cree nadie, es el retrato de Zapatero y su equipo.
Si Europa fracasa Inglaterra fracasará.
Sr.Foix: Ya sabe Vd que hay excepciones que confirman las reglas, pero que hunden los presupuestos y eso les va a ocurrir a los laboristas con estos presupuestos; unos presupuestos que, como las parejas, pueden ser de hecho o de derecho,factual and legal premises, assumptions… Personalmente nunca he comprendido un presupuesto que no contemple el retorno de la inversión, aunque sea minimamente, pero nos dicen que se actúa con sentido de Estado en su aprobación y todos asentimos sin más planteamientos, es lo que los políticos denominan eufemísticamente «presupuestos participativos». Cuando a los ciudadanos británicos les pidan si conocen algo sobre estos presupuestos «participativos» imagino su contestación,“No. I can’t be bothered”…