Europa y Estados Unidos han recibido con optimismo la victoria del Sí en el referéndum para cambiar la Constitución de Turquía. El partido islamista de Recep Tayyip Erdogan ha salido triunfante de un viejo contencioso entre la tutela militar de la Constitución y una democracia sólida.
Durante casi 90 años Turquía ha sido definida como un triángulo de tres vértices: el ejército, la república y su fundador, Mustafa Kemal Ataturk. Cada uno de estos tres puntos han estado interrelacionados y no han merecido reproches oficiales.
Erdogan ha dicho que el resultado significa que Turquía ha atravesado el umbral hacia una democracia avanzada con la supremacía de la ley. El partido Justicia y Desarrollo se encuentra en una posición óptima para renovar un tercer mandato en las elecciones del año próximo.
La oposición laica ha aceptado el resultado pero sospecha que Erdogan quiere hacerse con el poder, también el judicial, para imponer un estado de corte islámico en el futuro. El premio Nobel Orhan Pamuk que ha pasado largas temporadas en el exilio podría compartir estos temores.
El hecho es que Turquía se ha quitado de encima uno de los obstáculos que le dificultaban la entrada en la Unión Europea. Pero quedan otras reticencias europeas para abrir las prometidas negociaciones en 2014. En abril de este año decía Rafael Poch que «en realidad son tres los tabúes de Turquía: la ocupación de Chipre, la represión de minorías que representan cerca de un tercio de la población y el negacionismo del genocidio armenio».
Se va a eliminar el factor militar de la Constitución de Turquía. La actual Carta Magna fue redactada por la Junta Militar que se hizo con el poder hace exactamente 30 años, el 12 de setiembre de 1980. En el referéndum se han aprobado también 26 enmiendas que incluyen bastantes exigencias de la Unión Europea. Se va a introducir la igualdad de género y la discriminación contra los niños y los discapacitados.
Turquía ha dado un gran paso. Pero queda mucho trecho hasta tener las condiciones para optar a ser miembro de la UE. La economía crece por encima de la media europea y el país va modernizándose. Turquía ha resuelto con el referéndum una cuestión decisiva. Pero no es la única.
De Turquía vine encantada, había visto la película La pasión turca y me sedujo todo lo que vi por allí, era como las mil y una noches, un sueño, claro que vi lo bonito y me imagino que había muchas cosas que no me enseñaron.
Los turcos no son de fiar, ahora son occidentales, ahora son orientales, un día blanco, otro día negro, no son de fiar.
Turquia es una zona geoestratégica, pues tiene varios petroleoductos vitales, que la atraviesan. Luego como dice BartoloméC, tiene el problema del agua con Siria e Irak. Solo falta que el problema de los fanáticos religiosos vaya a más, como insinua Alex. Luego también, posiblemente se juntará Irak, Afganistan y Paquistan. Que todos juntos nos pueden llegar a crear problemas graves de suminstro de petroleo. Y ¿ Quién se benefia ó se beneficiará de todo ello ? ¡ Pues seguramente China.
Turquía acabará en manos del islamísmo en cuanto les dejen un metro de terreno más.
Sr.Foix: Dificilmente encontrará Vd algun amigo que no haya viajado ya a Estambul, todos vienen encantados, hoy tenemos una visión más cercana y tranquila de Turquía de la que tuvo Felipe II en su día.Personalmente esta transición que se inicia en ese país me produce muchos interrogantes internos y veo alguna problemática externa provocada por su situación hidrográfica, la inmensa presa de Ataturk, necesaria para la producción de energía y recursos hídricos, ha creado un grave problema con Siria e Iraq, un problema que se irá acrecentando y que sin duda será un foco de tensiones de difícil resolución, las próximas guerras en esa zona serán por el agua.