El Barça de Guardiola practica un fútbol de calidad, elaborado, artesanal y competitivo. Al margen de los resultados, ofrece un espectáculo superior. Baumann lo podría definir como fútbol líquido, flexible y adaptable a todas las estaciones y en cualquier competición.
Insinué a comienzos de temporada que el gran duelo no estaría en los terrenos de juego sino en la dialéctica. El domingo por la noche, en caliente y después de la caza innecesaria a Messi, Guardiola habló en lenguaje críptico que todos entendimos. El entrenador colchonero, Quique Sánchez Flores, lo dijo en la rueda de prensa: “mis jugadores hicieron un esfuerzo brutal…”. Efectivamente, fue brutal la actitud de muchos atléticos para detener a Messi, a Iniesta y a Pedro a trompada limpia, hasta obligar al genio argentino a salir en camilla, la semana en que se cumplía el décimo aniversario de su llegada al fecundo semillero del Barça.
Guardiola estuvo contenido pero tenso. Intentó hacer pedagogía sobre el “fair play” señalando a los que escribimos como responsables indirectos de la brutalidad que el domingo se practicó en el Calderón. Llevamos así varias temporadas, viene de largo, dijo Guardiola, que no pudo resistir invocar el tristemente célebre villarato, asumiendo que el Barça gana por los árbitros y no por su juego. “Si os quedais más tranquilos, pues nada, todo el mundo nos ayuda”.
Elegante, Guardiola, al no querer dar mal ejemplo pero soltando aquella insultante parrafada de un director de diario madrileño que escribió el año pasado que a Messi hay que pararlo por lo civil o por lo criminal. La fuerza de la palabra torpe tiene efectos insospechados. El domingo fue cazado Messi y otro día será Higuain. Mal presagio.
Artículo publicado en el Mundo Deportivo el 21 de setiembre de 2010
Sr.Foix: Cualquier entrada de este tipo debería tener doble sanción, deportíva y económica, para el jugador causante, que les toquen el bolsillo es básico, ya que dejarles sin jugar cinco partidos para muchos es sinónimo de cinco fines de semana de juerga.
BartoloméC, algunos jugadores deberían ser expulsados del futbol, al hacer estas entradas tan brutales. Que podía haber inutilizado a Messi para siempre.
Y el citado director de un diario madrileño, también debiera ser retirado del periodismo. Por afirmar estas impertinencias.
Lo que si debieran hacer los demás juagadores, entrenadores, presidentes y juntas de otros equipos españoles, es tomar ejemplo del Barça de Guardiola y del equipo de jugadores. El secreto es que juegan en equipo. Y los goles los hace el equipo. Y no ninguna figura. Y nada más.