Es muy prematuro anunciar un cambio de régimen en la Liga cuando apenas han transcurrrido cinco jornadas. No se pierde la hegemonía con dos pobres y mediocres resultados en casa. Guardiola dice que no hay excusa. Pero con esto no basta. Ya sé que llegar a los 99 puntos al final de temporada es una proeza irrepetible. Pero el comienzo es inquietante para un equipo que aspira a todo.
Lo es más porque el juego y la calidad son superiores. Imaginémonos que bajara el nivel. Imprecisión y cansancio fueron evidentes ante el Mallorca de Laudrup. En la segunda parte el Barça parecía un reloj al que se le acababa la batería. Boyan lleva demasiados partidos queriendo demostrar que es imprescindible. Y no lo es. Piqué andaba despistado y Pedro disparaba desde ángulos imposibles. Se notó la ausencia de Xavi y de Villa.
Si el Barça quiere seguir siendo el mejor equipo del mundo no se puede permitir más traspiés en el Camp Nou. Messi hizo el gol y estuvo poco afortunado en dos jugadas clave de la segunda parte. Tranquilos, que no ha habido cambio de régimen, sino simplemente dos tropezones que no se deben repetir. El cansancio no se cura solamente descansando sino entrenando más y acabando con goles el magnífico trenzado de buen fútbol que el equipo ejecuta de forma automática.
No sirve el argumento de que los pequeños le han tomado la medida en el Camp Nou. Lo que más me preocupa es que también se la tomen los grandes. Le sobran imaginación y talento a Guardiola que ha sabido transmitirlos a sus jugadores. La primera prueba de fuego será el próximo partido con el Valencia, flamante líder. Los prestigios se ganan siempre en presente.
Artículo publicado en El Mundo Deportivo el 5 de octubre de 2010
Sr.Foix: Resulta muy difícil jugar bien y no tener lesiones en un patatal…