Pocos países europeos han fascinado tanto a literatos y periodistas como Italia. Santiago Nadal solía decir en aquella redacción de este diario en los años setenta que se sentía en el extranjero cuando no estaba en Italia. Conocía la historia de la unificación y citaba a Cavour y Garibaldi con la misma naturalidad con que hablaba de Bismarck o Eduardo Dato. El florentino Maquiavelo inspira todavía la práctica política de medio mundo.
En Italia nació el fascismo y los italianos se apresuraron a enterrarlo con la facilidad que tienen para acabar las guerras pasándose al bando de los vencedores. Italia se lo traga todo quizás porque lo ha visto todo en su corta historia como estado. Se da la circunstancia que Silvio Berlusconi es el político que más años ha sido primer ministro desde 1945. Es el que más veces ha sido imputado, el que ha cambiado la Constitución para que las leyes no le penalizaran personalmente, el que ha hecho más trampas con la farragosa justicia italiana y el que, finalmente, va a ser juzgado por haber abusado de su cargo y haber pagado por sexo a una prostituta menor de edad.
Berlusconi ha conseguido ser el hombre más rico de Italia, el que más medios de comunicación controla y el que ha construido su carrera política sobre las bases del que está al frente de una gran empresa. Está al borde de ser atrapado por la justicia pero no parece estar asustado. No se queja de que le acusen falsamente sino de que le acusen. Y así lo van repicando sus medios de comunicación afines que dirigen sus torpedos contra políticos y periodistas que se atreven a señalar que el rey está desnudo, nunca mejor dicho, y que ya basta de tanta impostura. Ha llegado demasiado lejos.
Hay quien dice que si los italianos le votan ya sabrán por qué lo hacen siendo, como son, un pueblo imaginativo, inteligente y con un prestigio cultural reconocido en todo el mundo. Es una afirmación frágil. Primero, porque el sistema electoral italiano permite conseguir mayorías que no se corresponden con el número de votos. Segundo, porque en la cúspide del poder económico, mediático y político se encuentra la misma persona con la capacidad de influir en las mentes desprevenidas y hacer prevalecer sus intereses y fantasías personales.
Indro Montanelli llegó a comparar a Berlusconi como una enfermedad de Italia de la que sólo sería curada con la vacuna del abandono del poder de Il Cavaliere. En Italia, dice Montanelli, no hay que reformar los sistemas electorales, ni las leyes, ni las reglas. Hay que reformar a los italianos. Lo dijo de otra manera el patriota y político liberal, Massimo d’Azeglio, en 1860: è fatta l’Italia, ancora da fare gli italiani. Quizás la explicación la dió Goethe en su célebre e imprescindible Viaje a Italia donde dice que “si se prescinde de Sicilia, Italia no deja ninguna imagen en el alma. Es en Sicilia donde está la clave de todo.” Vale.
Publicado en La Vanguardia el 17-2-2011
Silvio Berlusconi, el primer ministro en el mundo que es acusado de un presunto delito de prostitución de menores no irá a la cárcel pase lo que pase en el juicio que el próximo 6 de abril dará comienzo en Milán.
De esta forma, todos los esfuerzos de los abogados de ‘Il Cavaliere’ están centrados ahora mismo en evitar que una posible sentencia en contra le prohibiera seguir ejerciendo cualquier cargo público. En este sentido se ha manifestado su abogado, Nicola Ghedini, a sus círculos más próximos: “Hay que actuar con urgencia y determinación para frenar una sentencia en Milán, que con el rito inmediato podría llegar a final de mayo, y llevar la apelación a septiembre”.
Y es que, una vez sabedores de que el sistema judicial en italia impide llevar a la cárcel a personas con 74 años, lo peor que le podría pasar a Silvio sería perder la silla. Como dice el propio Berlusconi, ahora toca “resistir y resistir. Nos sirve un año (sin sentencia firme)”.
Sr. Foix : La actuación de Berlusconi en Italia, pais de régimen Democrático, nos hace pensar que al sistema democrático de gobierno, está lejos de la perfección.
Y que un individuo puede hacer y obrar como Berlusconi lo biene haciendo durante años. Sin que nada ni nadie le asuste. Casi actua como un dictador. Al menos en hacer lo que le da la gana.
Es mejor una Democracía que una Dictadura. Pero en cambio durante la dictadura Española de Franco, ninguna Mafia estaba instalada en España. Pero con la Democrácia tenemos más de 900 Mafias instaladas en España.
Y esto da mucho que pensar y meditar sobre la Democracia y sus beneficiarios de la libertad de acción que otorga. De la que se aprovechan a mansalva y sin riesgo los organizados de turno.
Resumen : Tenemos que perfeccionar y mucho la Democracia. Para ejercer más control sobre la corrupción y el abuso de la construcción a mansalva e incluso sobre terrenos agricolas, ect.
No deja de tener su cosa que el sistema pueda sentar en el banquillo a todo un primer ministro, aun y con todos los apaños legislativos a medida que se ha montado.
Italia siempre ha funcionado mejor con varias crisis de gobierno al año.
El hartazgo sobre este personaje es mayusculo y un escarnio que ya no puede permitirse por mas tiempo.
El asunto es que Italia es un pais en democracia y no una dictadura formal.
Italia bien podria ser un primer ensayo de revuelta de estado «primer mundo» y luego podria seguir algun otro pais tambien mediterraneo, corrupto hasta la sisa y con unos gobernantes malos de solemnidad.
Se les ocurre alguno?
Jo crec en la presumpció d’innocència….Berlusconi….és com un mag que sap treure de la màniga els conills que necessita…la pena és si a la fi li trobin el seu propi cunill nu….tots els italians baixaran dels núvols i es trobaran que SILVIo és com tots: UN HOME pecador i moridor. j o s e p
Lo que vale en esta reflexión para Italia nos lo podríamos aplicar la mayoría de los paises. Lo más difícil es cambiar la mentalidad de sus pobladores. La chulería siempre ha sido un rasgo envidiado por los más sometidos, esto sumado al machaque de teorías de focalización en la individualidad, falsas igualdades de oportunidades,la ambición por encima de cualquier otro sentimiento de superación y demás tramposos valores, da el encumbramiento de personajes deleznables. Un ejemplo más del bochorno que la obsoleta y decadente Europa debería sentir antes de considerarse ejemplo a seguir por otros. La variable de la cosa nostra es ya el acabose.
Es un equilibrio dificil de encontrar, políticos con personalidad y capacidad de liderazco, pero que a su vez tengan valores éticos, morales y de respeto por los demás. En el mundo mediterráneo son más comunes los extremos, despótas con exceso de ego o medianías sin carisma.
Sr.Foix: El sistema en que Berlusconi basa su poder, partido político, control de televisión y equipo de fútbol, ha sido copiado hasta la saciedad por muchos que pasan por ser detractores suyos y quiseran verle en la cárcel, mientras no se rompa ese esquema de seguidismo será díficil acabar con este tipo de prácticas.
Por desgracia Berlusconi tiene muchos imitadores y todos ellos del mismo estilo.