El presidente Zapatero se encuentra de gira en los emiratos árabes. Qatar, Dubai y Abu Dabi son estados pequeños que nadan sobre petróleo y sobre millones de dólares. Qatar es la sede de la cadena Al Jazeera que ha retransmitido en directo las revueltas que han derrocado a Ben Ali en Túnez y a Mubarak en Egipto. Los sangrientos episodios de Libia se pueden seguir en directo por la cadena con sede en Doha, la capital de Qatar.
Hoy se ha entrevistado con la jequesa de Qatar, con el emir, jeque Hamad Bin Khalifa Al Thani, con el primer ministro y con un grupo de empresarios españoles que trabajan en la región. Esta noche viajará a Abu Dabi y mañana también visitará Dubai, dos emiratos que están sepultados de dólares que les han permitido construir ciudades artificiales sin alma y con un futuro incierto.
Zapatero ha arrancado 3.000 millones de dólares de Qatar, 300 de los cuales serán para capitalizar las agonizantes Cajas españolas que se encuentran en apuros. El resto serán invertidos en empresas españolas. Tras Argelia y Namibia, Qatar es el tercer proveedor de gas a España con una factura que asciende a 1.200 millones de euros. Sin saber mucho por qué, la FIFA encomendó los mundiales de fútbol de 2022 a Qatar que se ha comprometido invertir 150.000 millones de dólares para construir un nuevo aeropuerto y varios estadios.
Ahí Zapatero estuvo ocurrente al ofrecer la experiencia futbolística española invocando a la vez que él es del Barça con quien la Qatar Foundation ha firmado un espectacular contrato para que conste en la camiseta el nombre de la fundación y desplazando a la espalda una causa mucho más noble como Unicef. Zapatero, que no se ha acercado por el Camp Nou en los últimos siete años, ha proclamado ante la jequesa que es del Barça. Espero que esta declaración no tuerza la brillante trayectoria del equipo de Guardiola.
Qué quieren que les diga. Si ahora denostamos a los regímenes corruptos que han caído en Egipto y Túnez, si estamos en trance de intervenir en Libia para detener la carnicería de Gaddafi, no me tranquiliza en absoluto que el gobierno Zapatero y el Barça suscriban acuerdos con países inundados de dólares, gobernados por familias que controlan la sociedad, acariciadas por las democracias occidentales por el sólo hecho de disponer de grandes reservas energéticas.
Es la “realpolitk” dirán el gobierno y el empresariado. Pero si ahora nos rasgamos las vestiduras por la inexistencia de derechos humanos en las dictaduras caídas o por caer, no sé si es prudente jugarse muchos cuartos con personajes que su credencial más importante es el grifo de sus recursos de gas y petróleo.
Zapatero regresa mañana a Madrid y el miércoles emprenderá viaje a Túnez para vivir de cerca las consecuencias de las revueltas que acabaron con el régimen de Ben Ali. No estoy en contra de estas visitas en tiempos tan convulsos y geográficamente tan cercanos a nosotros. Lo han hecho y lo van a hacer todos los líderes europeos. Mi duda es si estas caricias diplomáticas se van a traducir o no en ayudas a construir sociedades más libres y más justas.
Hemos visto muchas fotografías estos días de la complacencia de los grandes de Europa y Estados Unidos, reunidos amigablemente con Mubarak, Ben Ali y Gaddafi. Al líder libio se le ha bombardeado, se le ha rehabilitado y ahora se exige su caída. Claro que 41 años en el poder dan para mucho. Pero es poco serio.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y también sus ministros de Asuntos Exteriores y Cooperación, primero Curro Moratinos y ahora Trini Jiménez, con frecuencia se han distinguido por viajar a donde no debían, donde no se les había llamado o nada se ventilaba en cuanto al interés nacional español, por llegar tarde o no presentarse en las citas verdaderamente importantes y en las capitales de nuestros aliados. A todos les gusta poco Occidente. Por poner un ejemplo entre muchos, la pasada crisis en el Sáhara Occidental le pilló a la ministra Jiménez en Bolivia, reiterando la pleitesía socialista por enésima vez con un dirigente ignorante y demagogo con el que, sin embargo, como con otros de su categoría, se encuentra la mar de a gusto más de un político del PSOE.
Esta vez, más difícil todavía, el presidente del Gobierno parece insistir en la torpeza y la inutilidad de tal clase de periplos, con viajes oficiales anunciados a lugares lejanos, a Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, para finalizar tal gira triunfal nada menos que en ese Túnez aún convaleciente de la revuelta que supuso el derrocamiento y la huida del presidente Ben Ali, toda una convulsión transnacional. Es dudoso que en Túnez, si es que el presidente del Gobierno español se atreve a aparecer por allí, sea bienvenido por ser un político con conocidas amistades peligrosas en el mundo árabe y también en el iberoamericano, que proclama su fe en los derechos humanos y en la democracia pero que constantemente se traiciona y se contradice, como por otra parte hace día sí y día también en su catastrófica gestión de la crisis política y económica en la España que gobierna.
Efectivamente, después de tanta pereza y tanto pasotismo, de no adoptar medidas a tiempo y con acierto, de pasar por alto el interés nacional e incluso sus propias convicciones políticas, José Luis Rodríguez Zapatero parece intentar convencernos de que viajando se aprende mucho, de su diligencia con estos viajes a ninguna parte, a satrapías exóticas que ni mucho menos son inmunes a la oleada de protestas en las ciudades árabes por la justicia, los derechos humanos y la democracia; causas a las que muy poco o nada puede contribuir un personaje que entre nosotros se ha hecho tan patético. En tales parajes quizás obtenga algunos contratos ventajosos para los empresarios, pocos, que le acompañan, pero apenas resultados destinados a favorecer la transición política, el buen gobierno y la reconciliación nacional. No los ha favorecido ni siquiera en su propio país.
O sea, que menos viajes ociosos, menos frivolidad aventurera, menos turismo político, sorprendentes aficiones tardías en un personaje que nunca se distinguió ni por sus lecturas ni por su mundo, pero que con esa desfachatez de los últimos días puede meternos en innumerables embrollos y malentendidos sin cuento. Todo eso puede aplicarse cien por cien a la ministra Jiménez, con mucha capacidad igualmente para mostrarse en el lugar equivocado y en el momento equivocado. Esta clase de impostura es enormemente contagiosa y la discípula es lógico que quiera emular a su maestro, en la inoportunidad y la torpeza, con esa fatalidad que no cesa y por la que unos y otros se encuentran irremediablemente atraídos hacia esas malas compañías y esos socios indeseables que chapotean en cualquier playa política, pero que tan simpáticos son.
Todos los paises han hecho cafrerías y ninguno se libra. Antes, durante y despues de las dictaduras ó de las democrácias. No nos engañemos.
La única diferencia es que la Televisión e Internet nos lo pone en el acto ante nuestros ojos y mente.
Pero ya no nos acordamos de los bombardeos sobre Vietnam, Irak, Kuwait, Gaza, Tiananmen, ect. ect. ect. Y España es igual ó ha sido igual como Imperio. Ninguna nación se libra de las cafrerias.
Criticamos y con razón a los paises con dictaduras que aún hacen cafrerías.
Pero compramos todos sus artículos y fabricados, que por cierto nos hacen la competencia desleal, y volvemos la vista hacia otra dirección.
Compramos y consumimos el Petroleo y el Gas de los paises productores y nos importa un comino sus regimenes dictatoriales.
Porque el comercio no tiene entrañas.
Ahora al ver por la Televisión, la revelión de los ciudadanos contra las injusticias, miserias y respuesta criminal de los corruptos gobernantes y sus acolitos, claro que nos conmovemos. Porque nos identificamos con el pueblo llano que sufre y vive el abuso del poder.
Con la cosa de la gira en busca de calderilla el lumbreras de la moncloa se ha perdido la presentacion de la edicion de La Vanguardia en catalan en Vic. Ojo que va para mayo, no fuera que prengesim mal. No se si el Sr. Foix ha estado en el acto (deberia), yo no he podido y creo que pasare mala noche por ello.
Con la parsimonia que va el Grupo Godo, deberian desde ya aplicarse la labor de preparar La Vanguardia en arabe y en chino mandarin, porque es lo que viene en alta velocidad.
El dia menos pensado iremos a la caja (de ahorros) «de tota la vida» y nos encontraremos a un señor con turbante.
Cosa de la alianza de civilizaciones del leones que esta que se sale. Lo cierto es que ya hace tiempo que esta salido del todo.
Esto puede crear unas servidumbres…pero normalmente acaba en una recompra si la situacion mejora.
Sr.Foix: Será por casualidades, aunque no creo en ellas, pero mientras le escribo la Sexta TV proyecta la pelicula Tres Reyes, ya sabe, ese film en el que mientras se produce la guerra del Golfo unos soldados norteamericanos, encabezados por George Clooney para dar credibilidad a la historia, aprovechan para llevarse el oro que Saddam había robado a los kuwaitíes, kuwaitíes hijos de un pais sin reservas de agua ni un mísero lago que llevarse a la boca, pero que nadan en petróleo y dólares, petrodólares que les sirven para pagar ahora la deuda contraida con EEUU por reconquistarles su país, todo ello después de haber aleccionado su administracción a Saddan para invadirles… Ya sé que es un mal guión, pero es que Hollywood ya no es lo que era y los guionistas son cada día más malos, más previsibles…Lo que Vd dice Sr.Foix, es poco serio todo lo que estamos viendo, nos toman por memos, la ley Sinde debería ir contra estos malos guiones hollywoodienses para evitar su reproducción en otros paises de la zona…
El Cairo. (Efe).- El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó a la cadena qatarí Al Yazira que Libia debe ir hacia «un sistema democrático» y dijo que el líder libio, Muamar Gadafi, tiene que dejar el poder.
Gadafi debe dirigir a Libia hacia un sistema democrático «de una manera pacífica, (porque) la extensión de la situación actual no conducirá nada más que a sufrimiento», declaró Zapatero en el anticipo de una entrevista difundido hoy por el canal árabe de Al Yazira.
Zapatero, que se encontraba ayer de visita oficial en Qatar y hoy viaja a los Emiratos Árabes Unidos, agregó, según la traducción al árabe de sus comentarios, que «la comunidad internacional ha expresado su opinión de una manera conjunta, que es un ‘No’ claro a todo lo que hizo Gadafi». Consultado sobre si le pediría a Gadafi que dejara el poder, el presidente del Gobierno español afirmó: «Sí, claro». LVD
Lo que cambian las cosas de un año a otro, hace dos días se daban besos y ahora se le pide que deje el poder, increible de todo punto.