Es imposible hacer un balance de la serie de catástrofes que han caído sobre Japón desde el viernes. Un seísmo, más un tsunami, más todavía confusos accidentes en tres centrales nucleares. Es una confluencia inédita de desastres que pueden haber causado decenas de miles de víctimas. Las imágenes muestran cementerios silenciosos de casas, barcos, coches y miles de cadáveres que se esconden bajo los escombros provocados por la furia de la naturaleza.
De nada sirvió la resistencia de los edificios a los frecuentes terremotos. Todo se lo llevó por delante la gigantesca ola que venía del mar. A los daños humanos y materiales hay que añadir la vulnerabilidad de tres centrales nucleares que pueden haber despedido partículas que causarían males irreparables a una población disciplinada que trata de despertar de la tragedia.
El tsunami puede haber desplazado el eje de la tierra en cuatro metros. La agencia de prensa Kyodo da cuenta del fracaso del enfriamiento en el reactor número dos de Fukushima que ha sido causado por la explosión que se ha producido en el reactor número tres. No se sabe si las autoridades japonesas están diciendo todo lo que saben sobre la catástrofe nuclear. Fuentes francesas solventes indican que Japón está dosificando la información sobre el estado en las tres centrales nucleares.
La inyección de agua del mar para enfriar el combustible de los reactores no está dando resultados esperados. Se lucha contra reloj para evitar el desastre. No hay peligro de que la tragedia se extienda al resto de las 51 plantas nucleares repartidas por todo Japón.
Las consecuencias económicas de la catástrofe son incalculables. Varias plantas de coches han paralizado la producción por falta de electricidad. La bolsa ha sufrido caídas severas y el Banco Central japonés está inyectando millones de yen para evitar el pánico general.
El debate sobre la energía nuclear ha saltado a las calles de varias ciudades europeas protestando contra la misma existencia de las centrales. Sarkozy ha manifestado que Francia no saldrá de la energía nuclear. En Alemania más de cien mil personas se han manifestado en varias ciudades mientras la canciller Merkel ha congelado la decisión sobre la construcción de nuevas centrales.
La catástrofe de Japón pone en peligro la construcción de nuevas plantas nucleares en Europa mientras la inestabilidad de las revueltas y revoluciones en Oriente Medio amenazan el suministro de petróleo que ha subido más del treinta por ciento desde que empezaron las protestas en Túnez.
La coincidencia de estos dos inesperados acontecimientos pone de relieve la fragilidad de Occidente para mantenerse en funcionamiento. La crisis económico financiera es casi anecdótica frente a la escasez o carestía de la energía que importamos de países a los que hemos tolerado el autoritarismo que es ahora reventado por poblaciones desesperadas.
Un nuevo orden mundial está naciendo sin que las clases dirigentes, desprestigiadas y desconcertadas tengan idea de cómo tienen que formularse las reglas nuevas. Vienen tiempos convulsos. No sólo en Oriente Medio sino en lo que hasta ahora era considerado el primer mundo que vivía y crecía confiando en los gaseoductos procedentes de lugares lejanos o de la energía nuclear que ahora estará más discutida que nunca.
Las energías alternativas no producen suficiente para satisfacer una sociedades que consumen sin límites. Nuestro estilo de vida puede verse seriamente perjudicado y transformado. La seguridad no descansa en los ejércitos sofisticados que invaden países para controlarlos sino en la energía que consumimos y no tenemos.
Sr. Foix : Bon i clarivident article que defineix l’actual-litat present i el posible futur que ens espera. Estic d’acord totalment en tot el que voste ens comunica i avisa.
BartoloméC, dogbert, sip, Josep : Bones i lógicas respostas. Tambe estic totalment d’acord.
Estic tant d’acord que no tinc pas res mes a afegir-hi.
Tota aquesta situació em recorda de TORRE DE BABEL. La van construir com un desafiament al cel…..i es van trobar amb la confusió de llengües……..L’Esperit Sant és quí ens va fer retrobar el llenguatge entenedor i únic, que és el del cor o de l’Esperit. Això de repetir els mateixos errors ja ve de lluny..és un mal bíblic. josep
Asistimos con el corazón encogido al espectáculo apocalíptico de la fuerza de la naturaleza desbocada que arrasa uno de los paises más desarrollados tecnológicamente del planeta.Ya no somos tan prepotentes por unas jornadas pero continuamos tercamente con la idea falsa de que tenemos el mundo en nuestras manos para dirigirlo como se nos antoje. Seguimos empecinados en mantener unas formas que solo denotan soberbia, esquilmamos paises en busca de materias primas como si estas fueran inagotables y estamos en permanente tirada de piedras contra nuestro tejado. Estamos tocados por una ceguera crónica que nos lleva a dar pasos para conservar un sistema que ha dado claras muestras de no servirnos y lo que es peor a destruir el más maravilloso legado que hemos recibido: la naturaleza. La única e irrenunciable revolución a la que tenemos acceso directo es la personal.No sé a qué estamos esperando para iniciar de una vez por todas un cambio en nuestra manera de conducirnos por la vida más coherente, más humano y más adecuado a la situación real. Como muy bien apunta Dogbert en sus sugerencias: toca decrecer.A lo que yo añado pero con alegría porque una posición más proporcionada solo nos aportará efectos benéficos. No más esfuerzos inútiles que nos lleven a resultados incontrolables y nefastos.
Dos sugerencias de libros ambos del mismo autor -Serge Latouche-: «La apuesta por el decrecimiento» (Icaria) y «Petit tractat del decreixement sere» (Institut del Territori-Gaia). Toca decrecer, toca evitar lo superfluo, toca ser humildes ante La Naturaleza, toca compartir, toca ser austeros.
No toca tocar el violon conque si hay que ir a 110 en vez de a 120 de maxima y/o si hay que subvencionar unos neumaticos para automovil que aun no existen.
y si hay que ir a pedales tal cual hace el Sr. Foix el fin de semana, pues se va a pedales. Tendremos el cuerpo mejor, evitaremos colesterol y sabremos lo que vale un peine.
Voluntariamente o no, mas temprano que tarde, lo sabremos.
Sr.Foix: Parece ser que la luz que veamos al final del túnel de la crisis será más cara de lo que nos imaginabamos, dependemos de la energía y nos hemos acostumbrado a derrocharla como si nos sobrara; como siempre, nos despertamos tarde de nuestro letargo y mantenemos unos horarios que van contra nuestro reloj biológico. La tragedia de Japón es estremecedora y nos puede indicar el camino de por dónde iran las cosas dentro de poco, tenemos un grave problema, pretendemos obtener nuevos resultados, resultados distintos, pero hacemos siempre lo mismo y repetimos errores, no aprendemos.