
Entiendo el debate en un club tan plural y tan emocionalmente rico como el Barça. La discusión libre es un síntoma de vitalidad democrática. Pero cuando todavía tengo frescas las sensaciones de profunda satisfacción vividas en Wembley me he acordado de aquel primer ministro británico, Harold Macmillan, que se hizo célebre con una frase que…