Noruega es un país abierto, democrático, rico y socialmente sustentado por los ingresos que proceden de sus recursos energéticos en sus aguas jurisdiccionales. Forma parte de las instituciones internacionales de defensa y seguridad. Pero no está en Europa, básicamente porque no la necesita y porque en los referéndums de 1972 y 1994 los noruegos rechazaron formar parte de la UE por un 53,5% y un 52,2%, respectivamente. Su población no alcanza los cinco millones de habitantes. En el gran Oslo viven unos 150.000 musulmanes que llegaron en los últimos veinte años, principalmente pakistaníes. Su integración no ha sido fácil ni sencilla, como en cualquier otro lugar europeo.
Al conocerse la magnitud de la tragedia del viernes empezó a comentarse que la matanza podía llevar la señal de Al Qaeda o de alguna de sus franquicias. Luego se habló de una organización o partido de extrema derecha para terminar con la declaración del ministro del Interior el sábado por la noche diciendo que el detenido un noruego, que ayer declaró que lo organizó «con otras dos células». No era el otro, el inmigrante, el musulmán o el infiel. Era uno de los nuestros que llevaba el odio en su interior hasta el punto de haber declarado después de la matanza en serie que su acción había sido cruel pero necesaria. Anders Behring Breivik, noruego de 32 años, había dejado constancia de su pensamiento en un documento colgado en internet en el que propugna una Europa homogénea que está amenazada por el islam y el marxismo. Es un loco. Pero es un loco que mata sin sentido de culpa y que piensa hacer un bien a la civilización europea llegando incluso a señalar a Zapatero por haber permitido la entrada de tantos musulmanes en Europa.
Es evidente que hay núcleos de extranjeros que viven en Europa, desde narcotraficantes hasta células islamistas violentas, que constituyen una amenaza para nuestra seguridad y convivencia. Pero el mal, en toda su intensidad y perversión, también habita entre los nuestros cuando se alimenta el sentido de odio al otro, de falta de respeto al que piensa de otro modo, al que profesa creencias distintas. Tenemos miedo al diferente, como recuerda Rafael Jorba en su libro La mirada del otro, y nuestro yo individual y colectivo no acepta a los demás. La complejidad de la sociedad de hoy no puede resolverse a tiros desde ningún extremo ideológico o político.
Publicado en La Vanguardia el 26-7-2011
Sr. Foix: Bon article.
Me quedo con la frase: » Pero el mal,en toda su intensidad y perversión, también habita entre los nuestros cuando se alimenta el sentido de odio al otro, de falta de respeto al que piensa de otro modo, al que profesa creencias distintas. »
A proposito. Me han contado muchas veces, algunos españoles, nacidos en el resto de España, pero que viven desde hace muchos años aqui en Cataluña, que cuando van a sus pueblos siempre tienen algunos familiares, amigos ó conocidos, que hablan mal y contra de los catalanes y de Cataluña.
En cambio aquí en Cataluña, donde viven y trabajan unos 3.500.000 de españoles procedentes de toda España, los hemos asimilado, integrado y no es tema de conversación entre los catalanes. Ni en la calle ni en familia ó tampoco entre los amigos.
Por favor cuando algunos españoles, hablen mal de los catalanes desde la España profunda, que piensen que más de la mitad de los llamados catalanes son procedentes de todos los pueblos de España.
Y convivimos todos en paz y armonía perfecta.
¡ Por favor, y me dirijo a estos fomentadores del odio, no me sean ignorantes y malos/as !
Sr. Albert, gràcies per la seva aportació. Jo estic casat amb una noia extremenya d’ença 36 amys i 36 anys que al seu poble, em diuen cada estiu » pero que mas quereis los catalanes, nunca estais conformes, sois raros » Sincerament em cansa i m’esgota el tema. Que curiós que hi hagi personatges que sistematicament es dediquin a incendiar i no façin cap mínima reflexió sobre com estan de be a Catalunya els seus parents i coneguts.Ells segueixen insistin.
Al meu petit poble de l’Urgell, van arribar els primers andalusos els anys 64, i mai em tingut cap problema, son uns més de la colla i em disfrutat del seu «gazpacho» i ells han fet seu el pa amb tomaquet i
pep, es ben veritat els celos i l’odi que ens tenen a n’els catalans alguns espanyols ignorants.
Doncs ignoran tambe que mes de la meitat dels catalans tenen antepassats que provenen de tots els pobles d’Espanya.
Tambe ignoran que com que els catalans som els Romans, barrejats de llatins, jueus, grecs, cartaginesos, ect,ect, molts dels pobles d’Espanya estan poblats per gent de apariencia i fisonomía igual que els catalans. En realitat son descendents de catalans ó romans. I hi trobareu monuments Romans tambe.
No som ni millors ni pitjors que els demes habitants d’Espanya. Pero hem de esser respectats com cal.
Records.
P.D.
He oblidat de mencionar que els catalans tambe tenim antepassats germanics ó gotics. Doncs es varen establir aqui. Al Pirineu i a la Frange uns 300.000. Com a consecuencia de la caiguda del Imperi Rom. Fa mes de 1400 anys.
Encara que mes tard es varen anar instalan a mes llocs d’Espanya.
Sr. Foix, qué tal un post sobre el exterminio por hambre de Somalia? No cree que medio millón de niños agonizantes lo merecen? Que tal una incursión fuera de esta Europa tan abierta, democrática, crítica y no se que más? Y si fueramos capaces de levantar la cerviz y abandonar nuestro ombligo y mirar un poquito más allá? Y hacer, sobretodo ACCION!
El Sr. Foix sabra disculparme pero a la tecera columna sobre el tal Breivik asesino confeso, europeo, noruego, blanco y cristiano, va tambien mi tercera discrepancia de fondo.
No hay ninguna complejidad en este horripilante suceso, ni se sustenta ningun relleno que queramos añadirle al tema. Por ningun flanco.
Hay un individuo convicto y confeso de los hechos.
Y creo que buscarle mas es ocioso e incluso perverso.
Nada se resuelve (bien) a tiros, en ningun caso y en ninguno es justificable.
Pero tampoco hay que ver complejidades donde no las hay.
Geir Lippestad, abogado del autor confeso del doble ataque de Noruega, ha asegurado este martes en una rueda de prensa que «todo indica» que su defendido, el ultraderechista e islamófobo Anders Behring Breivik, «está loco».
El riesgo cero (en este caso que un psicópata la emprenda a tiros) no existe. La policía debe intentar aprender de los errores, y poca cosa más se puede hacer; no sirve de mucho intentar penetrar en la mente del iluminado.
Otra cosa es lo que ha dado en llamarse la «complicidad intelectual». Los primeros, los iluminados capaces de llevar a cabo con éxito una acción de este tipo, son muy escasos; los segundos pueden ser millones: en las urnas alcanzan porcentajes de hasta el 20 o 25%. Es en ese terreno, el de las ideas, donde reside el problema de fondo y donde la lucha es más difícil.
Ciertamente, hay que respetar al Otro, si queremos ser Uno mismo. O caminamos hacia el mestizaje -como ya han hecho en Brasil desde hace muchos años, o volveremos al fascismo en Europa.
Un saludo muy cordial, Sr. Foix, desde Granada -un ejemplo de convivencia con los árabes que habitan en esta bella ciudad- de este viejo colega
José María Caparrós Lera
Catedrático de Historia Contemporánea
Universitat de Barcelona
Sr.Foix: Uno de los nuestros y disfrazado de policia, una persona que tiene todo el perfil del psicópata, ese tipo de individuos que siempre cren estar en posesión de la verdad, carentes de sentimientos y para quienes las reglas sociales que no sean las suyas carecen de valor.