El cerco se estrecha y las posibilidades de que la información sea considerada como un servicio público se diluyen. El conflicto que impide a las radios poder retransmitir los partidos de fútbol gratuitamente viene desde que las cadenas de televisión fueron un factor decisivo para los sueldazos de jugadores, técnicos y directivos. El fútbol tenía un precio que lo pondría el mercado que actúa de forma neutral, sin escrúpulos, convirtiendo en un negocio todo aquello que se pone por delante. La fuerza de los grandes como el Barcelona, Madrid, Manchester, Milan, Bayern, Juventus y tantos otros depende en buena parte de los contratos televisivos.
Vino el ministro Álvarez Cascos con aquello del ‘interés general’ que pretendía proteger los grandes eventos futbolísticos con una ley que no llegó ni siquiera a aprobarse. El servicio público va perdiendo fuelle en todos los ámbitos de la vida a favor del negocio privado, de los beneficios y de la ley del más poderoso económicamente.
Ahora le ha tocado el turno a la radio que tendrá que pasar por taquilla y ayudar a engrasar un negocio que se mueve en cifras millonarias en unos tiempos en los que cuesta tanto hacer rentable una empresa. El fútbol se mantiene vivo gracias al aumento de los abonos de los socios, a la publicidad y ‘merchandising’, a la televisión y ahora a la radio.
No entraré en detalles porque desconozco la complejidad del conflicto. Pero si que me atrevo a vaticinar que el fútbol, debido a los abusos de todos, ha entrado en una crisis de gran calado. El Estado se retira y su lugar lo ocupan los mercaderes. Los excluidos cada vez serán más numerosos.
Publicado en El Mundo Deportivo el 30-8-2011
Sr.Foix: En el fútbol, como en otros negocios, no salen los números, hay que rascar de cualquier sitio para cuadrar los resultados. De todas formas el final del ciclo vendrá cuando la gente se niegue a ver partidos de tenis en los campos del Madrid o el Barça, 6-0, 0-6, o hay competición o el negocio se acaba…
Possiblement això es resol en convertint el futbol en un mercat tipus NBA americana, en el que els grans clubs o franquícies que arrosseguen els grans contractes i les grans masses, juguen una lliga/competició i la resta ho fan a un nivell molt més baix.
Consideracions romàntiques a part (que no deixen de ser importants), aquest tipus d’organització permetria una major transparència i contribuiria a eliminar problemes com els que ens hem trobat aquest any amb la vaga de jugadors. Alhora que possiblement retornaria els equips, diguem-ne petits a mans d’entitats netament esportives, en comptes d’estar en mans (massa sovint) de personalitats com a mínim fosques i de dubtosa legalitat i moralitat.