
A un señor grave y bonachón, con una biografía futbolística espectacular como la de Vicente del Bosque, no se le revolotea el gallinero del vestuario por muchas que hayan sido las riñas y palabras gruesas que se hayan cruzado los jugadores seleccionados. El alud de clásicos recientes, seis en tres meses, han provocado rifirrafes feos…