Llevamos dos días con la reforma laboral en vigor, el sábado se publicó en el BOE, y sus impulsores nos dicen que no creará puestos de trabajo de forma inmediata. Será, asegura el ministro Montoro, un requisito para que se puedan crear en el futuro.
Las medidas del gobierno Rajoy han sido bien acogidas por sus principales y más importantes colegas europeos. No importa tanto que las reformas se acometan para resolver los problem as concretos de los ciudadanos sino que sirvan para que desde arriba se nos diga que marchamos en la buena dirección.
La teoría de que la reducción del déficit a través de recortes y más recortes, de estrangulamiento del crédito para las pequeñas y medianas empresas, de espantar la inversión y el consumo, tiene cada vez menos adeptos. Ni siquiera en los cónclaves donde se toman estas decisiones se tiene la seguridad que es la mejor fórmula para ver la luz al final del túnel de la crisis.
Lo he comentado en más de una ocasión: el problema no son los líderes sino la política que imponen pensando que es la única alternativa. Grecia ha sido exprimida hasta el extremo. Y ahora se intenta darle otra vuelta de tuerca para reducir más funcionarios y gasto público.
La experiencia de casi un año de vueltas de torniquete sobre los griegos no ha creado más riqueza ni ha disminuido el paro ni tampoco ha inspirado confianza en la mayoría de ciudadanos que ahora, por si faltaba poco, van a celebrar elecciones generales, tal como estaba previsto en la dimisión forzada del primer ministro Papandreu.
La austeridad no ha sido una decisión política sino una exigencia de los mercados y de las instituciones financieras. Detrás de los mercados hay banqueros y analistas. Detrás de la austeridad hay personas, familias, grupos sociales, pueblos enteros que sufren los zarpazos de la crisis que galopa sobre Europa sin que la responsabilidad política, social y penal aparezcan por parte alguna.
Hay que dar confianza nuevamente a la política y a los políticos. Que rindan cuentas a los ciudadanos y, si se equivocan, que sean reemplazados. Depender de fuerzas que no dan la cara y que no son responsables ante nadie es muy peligroso.
Sr. Foix: Buen artículo. Que expresa la realidad con exactitud.
También buenas respuestas de los compañeros del blog.
En este blog hay mucho caletre y mucho criterio. Pero la vida y las circunstancias siguen su curso igual. No comment.
Repito tenemos solución, pero nos falta un Genio para que sepa aplicarla.
Austeridad si. Recortes a todo y a todos no. Verdadero y eficaz control del empleo del dinero público si. Sobretodo mucho control de los gastos innecesarios, propagandíscos y de los apoltronados de turno del aparato del sistema estatal. No nos olvidemos del control y seguimiento del gasto del dinero público en obras concursales en infraestructuras del estado. Tampoco olvidemos a los grandes defraudadores fiscales y evasores de dinero hacia paraisos fiscales. Que casi son, supuestamente, todos los multimillonarios, millonarios y otras yerbas.
Asi, seguramente, evitariamos la necesidad de tanto, abusivo y ciego recorte indiscriminado.
También sería muy necesario ayudar a las pequeñas y medianas empresas. Que son los únicos capaces de crear empleo a millones de personas.
Cosa que no se hace por desgracia. Siempre nos referimos al paro de millones de personas. Pero poco nos referimos al cese y paro de empesas y empresarios.
Esto si que también es mucho más grave. Porque cesan y perdemos a los mas emprendedores y capaces. Engullidos por el torbellino creado y provocado por la sociedad misma.
Pero nos falta el Genio y el talento necesario.
Argentina,hace una década que crece al 8% anual. La primera medida laboral tomada al principio de esa década fue duplicar el costo del despido, eso duró 3 años.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, se ha referido hoy a la reacción de los sindicatos españoles ante la reforma laboral para criticar indirectamente a la mayor central gremial de Argentina, con la que tiene una enconada relación.
«Qué suertudos que son los empresarios y el Gobierno español, que anuncian rebajas de sueldos, despidos masivos, y que los dirigentes gremiales están pensando a futuro alguna huelga general», ironizó la mandataria durante un acto celebrado en la sede del Ejecutivo.
La reforma laboral aprobada por el Gobierno de España el pasado viernes, según ha agregado Fernández, «abre la puerta a una rebaja general de los sueldos» y «las organizaciones gremiales, pese a ello, evitaron convocar a la huelga general y lo dejaron como un recurso a futuro».
En Argentina «lo conocemos con otra forma. Le quitan parte del sueldo al sector publico y los jubilados, como pasó en (la severa crisis de) 2001», ha comparado, para agregar que su Gobierno prosigue con la aplicación de «un programa de crecimiento».
Acabo de leer un artículo de Raghuram Rajan (uno de los economistas que aparecen en «Inside Job») cuya frase más destacada me ha venido a la mente al leer su último párrafo: «Don’t blame the leaders for appearing short-sighted and indecisive; the fault may lie with us, the public, for not listening to the worrywarts.» (más o menos: No culpemos a los líderes por indecisos y timoratos; el problema puede estar en nosotros, la sociedad, por no querer saber de malos augurios). Lo que viene a decir Rajan es que, no es que los líderes sean ineptos o estén mal informados, sino que no se atreven a tomar decisiones arriesgadas si no notan la presión de la calle detrás.
Pero esa opinión está referida sobre todo al ámbito europeo. En el ámbito español hay que añadir un parámetro decisivo: nuestros políticos (con independencia de que los actuales sean más proclives a políticas neo-liberales) están atenazados, además, por el Directorio, que diría Enric Juliana. Están bajo el síndrome de Atenas. Vienen de ganar las lecciones en toda España (incluida Catalunya) y lo han apostado todo a la una carta: obtener algún resultado antes de que la calle estalle.
Sr.Foix: Por lo que he leido, esta reforma laboral deja claro cómo se puede despedir mejor y más facilmente a los trabajadores, pero no deja tan claro cómo se puede crear más y mejor empleo, parece que lo apuesta todo a la carta del despido, considerando que de esta forma el capital se animará a invertir en nuestro país y se crearán puestos de trabajo. Se considera que cinco millones y pico de trabajadores en paro estarán dispuestos a lo que sea para salir de su situación de precariedad y que las rebajas salariales y recortes presupuestarios y de derechos laborales harán el milagro. Dado que nada se dice de la apertura de créditos para las empresas pequeñas y medianas o los autónomos, intuyo que serán las grandes empresas con capital las que se considera que vendrán atraidas por esta bicoca que se ha redactado, quisiera equivocarme Sr.Foix, pero me faltan medidas para que la cosa tenga visos de credibilidad…
Con el despido libre y el contrato de «prueba» de un año se matan varios pájaros de un tiro: despedir trabajadores caros; sustituirles por otros mucho más baratos; «rotar» –que no disminuir– los que están en el paro, ya demasiado quemados, y, a la vuelta de un año otra vuelta a la noria, siempre a la baja.
Brian; Bajar el listón nunca es la solución, siempre acabas bajo tierra…
Se va a despedir a trabajadores de más de 50 años con sueldos altos para contratar a gente joven que cobrarán mucho menos, la jubilación de los despedidos mayores de 50 años se acabará pagando mucho más barata ya que irán al paro y no volverán a trabajar en su vida.
es muy cierto. y la gente joven será descartada sistematicamente. No habrá identificación con la empleadora, mucho individualismo y un sálvese quien pueda que terminará de roer las bases de una sociedad reconocida por su compromiso social. una pena