Una de las causas de la crisis económica que ha derivado en cambios políticos de gran magnitud es que han desaparecido los semáforos, las rotondas, los stops y todas las precauciones que se han implantado para reducir accidentes desde que por las calles y las carreteras empezaron a transitar vehículos de forma masiva. No se entiende hoy una ciudad sin semáforos o una población sin exigir límites de velocidad a los coches que la cruzan.
Desde el fin del siglo pasado, el volumen de capitales de un lugar a otro del planeta ha aumentado en proporciones muy remarcables. El dinero ha corrido de un continente a otro sin avisar y sin pedir permiso a nadie, libre de vigilancia fiscal en muchos casos, imponiendo incluso condiciones a pesar de no estar sujeto a las leyes de los países en los que quiere implantarse para generar riqueza y obtener beneficios. La pugna para que una gran empresa de Las Vegas se proponga invertir en Barcelona o en Madrid para instalar una gran central de juego y diversión es un ejemplo de esta tendencia.
Vengan ustedes aquí que ya modificaremos nuestras leyes. Pero vengan, inviertan, que lo demás corre de nuestra cuenta. No soy contrario a una gran inversión que genere puestos de trabajo y dinamice la actividad económica, especialmente en estos tiempos de agobios y de crisis que parecen insuperables.
Pero han de existir otros conductos para volver a la normalidad y promocionar el crecimiento. Uno de ellos es restaurar las señales de tráfico para el movimiento de los grandes capitales a los que habría que aplicar las mismas reglas que los gobiernos nos exigen a los ciudadanos de cualquier país.
Quizás una explicación de la barra libre que tienen los movimientos de capitales internacionales es que, al invertirse las tendencias políticas, los partidos conservadores y socialdemócratas dieron rienda suelta a la política económica de la privatización de los beneficios y la nacionalización de las pérdidas. Se impuso el discurso de la desregularización, la privatización y la individualización que todavía son las líneas centrales de las acciones de gobiernos de todos los colores que hay y ha habido en Europa desde el comienzo del milenio. Sugiero que se vuelva a pensar en las señales de tráfico, no muchas pero seguras, para el capital errante que viaja como si los espacios fueran suyos.
Publicado en La Vanguardia el 3-4-2012
Sr Foix:Será porqué no me gustan estas macrociudades ni los grandes centros comerciales ni nada que sea»artificial»,casi prefiero que sea Madrid quien se lleve los laureles.No sé si ésta es la gran inversión que necesitamos.Me gustan más los campos de alcachofas, francamente.Un saludo
Sr. Brian, estic totalment d’acord amb el que diu, doncs vostè apunta cap a una altra de les mesures mes importants per combatre la crisi. La lluita contra el frau fiscal.
Deixant a part els paradisos fiscals, hi ha una dada per adonar-nos de la importància que pot tenir questa mesura si s’aplica correctament. Hi ha un estudi que posa de relleu que l’economia submergida ha anat augmenta’n des de els anys 90, fins arribar a significar un 21,5 per cent del PIB espanyol.
S’estima que aquest fet ha significat entre el període 2005-2008 unes pèrdues fiscals de 66000 milions d’euros.
Aquesta amnistia fiscal sona mes a una mesura de protecció als “amics”.Clar que cal recordar que PP, PSOE i CiU ja van votar fa , crec que dos anys, en contra de una proposta de llei, presentada per un partit molt minoritari, que pretenia combatre aquest frau.
Salutacions.
El saben aquel que va el Sarkozy y dice que hay que refundar el capitalismo…
Sí, ya se que no está la cosa para chistes, pero es que ya poco más nos queda. Lo de la amnistía fiscal a menos de la mitad de precio de una tributación ordinaria, y sin ninguna cláusula que obligase, por ejemplo, a invertir ese dinero en deuda del Estado durante un determinado periodo, es una burla en toda regla a quienes declaran y tributan. Y es una invitación a los defraudadores a seguir por ese camino.
http://www.youtube.com/watch?v=-65ZWj-5XT4
Sr. Foix, el felicito per l’article i el subscric des de la primera a l’ultima paraula. Ja fa temps que vinc observant que les socialdemocràcies i els partits de dreta van convergint. Crec que aquesta convergència es fruit d’un anàlisi acurat, on es veu que els vots donen la victòria al partit que mes s’apropa al centre.
Nomes canviaria la paraula erràtic, doncs per definició no crec que s’ajusti al que està passant, ja que el capital te un destí definit, les butxaques de gent que com hem dit en d’altres escrits tenen nom i domicili. També hem donat noms concrets d’alguns d’ells.
Les socialdemocràcies han traït als seus votants abraçant-se al neoliberalisme, i els partits de la dreta intenten de dissimular el seu neoliberalisme ferotge, amb un discurs amb petites dosis de socialdemocràcia i amb enganys en respecte dels seus programes electorals.
Els partits mes a l’esquerra estan fragmentats en lluites fratricides, perden pes especific.
Les solucions per sortir de la crisi sense un cost tan elevat per las classes mitges i baixes, com el que suposaran les errònies mesures que estan prenent els governs europeus, sota el dictat del FMI, Banc Mundial i Mercats, son relativament fàcils. En el seu article ja n’apunta una de molt important.
Nomes falta que nosaltres els votants sapiguem trià les persones amb el coratge polític per tirar endavant les mesures pertinents.
Sr.Foix: Te tota la rao.
Porque existen algunos poderosos gans, invisibles por descontrolados, que tienen verdaderos poderes sobre los estados. Y debido a la codicia y al nulo control de sus acciones, por parte de los estados y sus gobernancias. Pero que tienen el poder de provocar disturbios y guerras artificalmente y hacer caer goviernos con el único propósito de enriquecerse a mansalva.
Sr.Foix: Tengo la impresión que la macrociudad del juego está adjudicada de antemano…