Cuenta Tzvetan Todorov en su más reciente libro, Los enemigos íntimos de la democracia, (Galaxia Gutenberg), que Montesquieu ya advirtió que los hombres suelen cegarse respecto de sí mismos y que son presa de pulsiones que no saben controlar: “desde siempre hemos visto que todo hombre con poder tiende a abusar de él”.
Las crisis superpuestas que se abaten sobre nuestras sociedades no se resolverán con leyes ni con políticas de reestructuración. Hemos adoptado el lenguaje del momento y hablamos de déficit, de deuda, de austeridad y de estímulo. Todo puede ser correcto. Pero no es cuestión de palabras sino de hechos.
Unos señores que no consta que se dediquen a la economía productiva hablan y deciden sin tener en cuenta que sus acciones pueden repercutir muy negativamente en otras personas.
Ha sido frecuente que políticos y analistas de todas clases hablaran de crisis de valores. Ciertamente, puede haber una crisis de valores. Pero más bien me inclino en pensar que estamos ante una crisis de comportamientos y de conductas.
Hablando con un sociólogo que ha estudiado la crisis de las conductas me resumió tres aspectos que pueden estar en el fondo de todas estas crisis.
Ha habido negligencia en la actitud de muchos responsables en las instituciones políticas, financieras y también mediáticas. Negligencia en el momento de adoptar decisiones. Porque no se han estudiado los problemas, porque se han pospuesto las decisiones o bien porque no ha mediado la responsabilidad.
Ha habido codicia en abundancia. El que tiene quiere tener más. No sólo dinero sino poder, influencia, dominio sobre el resto de ciudadanos. Decía hoy el empresario Juan Roig que tendríamos que trabajar más si vemos que lo que producimos es inferior a lo que consumimos. Codicia que ha dominado las actitudes de financieros de todo pelaje que se han preocupado de enriquecerse por encima de todo. Sí, es la condición humana que no vamos a cambiar nunca. Pero deberían existir mecanismos legales y morales para evitar los abusos. El Estado no puede mirar hacia otro lado si se vulneran reglas que van contra la justicia o contra la dignidad de las personas.
Ha habido, por fin, todo un discurso construido sobre mentiras de todo tipo. Hemos vivido en la ficción pensando que las impresiones o los deseos eran verdades incuestionables. La mentira y la trampa son necesariamente anticipos de la desgracia para uno mismo o para los demás.
Está bien que hablemos de valores pero me interesa más fijarme en las conductas responsables.
Totalmente de acuerdo….lo que mas me saca de mis casillas es que se han cometido los mismos errores como otras crisis anteriores, caso Japón en los 90 no hemos querido aprender nada y tampoco hemos querido aplicar las soluciones de Suecia o de Finlandia en sus crisis.
Negligencia, codicia , mentiras irresponsabilidad, pasividad , corto placismo e ignorancia
Sr. Jordi P.
Las nueve o diez palabras iniciales de su texto forman una frase gramatical muy categórica. Hay políticos sobre los que ni usted ni yo, tal vez, tengamos nada que dedir de su desempeño profesional ni de su conducta social. Es injusto que los comentarios o críticas sobre los políticos pongan a todos en el mismo saco. ¿Usted quitáría al alcade de su pueblo o villa? Pues,vaya preparándose y presentese en las próximas elecciones municipales. Por mi parte, gran respeto hacia esos políticos que desean ejercer bien su función, especialmente muchos alcaldes, y más ahora que hay poco que gestionar.
Penso que s’hauria d’eliminar a tots els polítics actuals, a tots els partits actuals i promoure polítics nous, amb partits polítics nous, on no fora permès que es presentessin els actuals. Falten líders, homes i dones prestigiosos en el seu àmbit professional i personal, que siguin ben remunerats i eliminar a tota aquesta colla de barruts i teòrics que no han treballat mai.
Cal eliminar a tota aquesta colla de barruts, ara mateix.
Es bastante frecuente que a través del trabajo honrado se progrese pesonal y familiarmente y no deseo para nadie que le falte lo básico para vivir, sabiendo que es difícil determinar qué es lo básico por lo que he visto en muchas situaciones y veo en la actualidad.
Sigo manteniendo que en tiempos no muy lejanos era frecuente no querer ver realidades distorsionadas y aún hoy, por ejemplo, si nos referimos a facturas con IVA o sin IVA.
Como siempre, al final, podíamos llegar a la conclusión de que cada uno se salve como pueda. En parte es así pero considero que todos navegamos en un mismo barco.
En cuanto a algunos políticos y gestores de lo público no se irían de rositas si los ciudadanos participáramos más a través de los medios con que contamos. Es mi opinión.
A mi que me registren, pero si tengo que ser culpable por haber querido progresar en la vida a fuerza de horas de trabajo, entonces apaga y vamonos; hace días que me empieza a tocar las narices escuchar al vocero de turno que me culpa a mi, currito de a pie, de haber querido vivir por encima de mis posibilidades y es que entonces alucino, me niego a que nadie me señale con el dedo por haber querido hacer lo que hicieron mis abuelos o mis padres, es decir progresar en la vida, y me niego mientras vea que los verdaderos autores de todos estos desastres se van de rositas y encima me dejan al apesebrado de turno señalandome con el dedo como culpable, culpable de ¿que?, de ¿que?.
Muchos hemos callado cuando vivíamos en sobreabundacia y, tal vez, ese estilo de vida nos parecía bien. Ser sobrios, tener escasez de medios materiales, no tener coche ni apartamento en la playa no se llevaba hace unos años. Ahora todo son pulgas al perro flaco. ¿Porqué algunos de nosotros no denuncíabamos, escribíamos, hablábamos,…? Busquemos y recuperemos textos escritos o gráficos entre nosotros sobre estas cuestiones y los aportemos; si no, bla, bla, bla, que es fácil. Podemos ser un tanto fariseos y seguir acomodados porque, al parecer, la crisis la vivimos a distancia. ¿En qué medida colaboramos para hacer más llevadera esta crisis socioeconómica?
Las aptitudes de los que dicen dirigirnos son las que son. Su experiencia en el mundo real de la mayoria es escaso. Por fin lo que vale es la Actitud con que deberian aplicar sus Aptitudes y tambien valdria un punto de contacto con la realidad.
No hay que esperar cambios de Actitud en toda una clase politica, financiera y mediatica encastada en un modus vivendi cerril en su zona comoda fuera de la realidad.
Creo que es de purita supervivencia que seamos la mayoria los que tengamos la Actitud adecuada ante esta triada de poder que actua cada uno con la cobertura y adquiescencia de los otros.
Para ello tambien debemos salir de nuestra zona comoda, la que nos van dejando, si no lo hacemos la invadiran totalmente.
La idea fuerza para actuar adecuadamente en cada momento, es tener muy claro que no estan a nuestro lado, o estan de frente para cerrar el paso a un mejor futuro para todos o estan detras para zurrarnos aun un poco mas.
Negligencia= politicos
Codicia= banca
Mentiras= los dos anteriores mas los medios.
Si. El titular es de lo mas adecuado.
Sr. Foix: Muy cierto. » Negligencia, codicia y mentiras »
Los ciudadanos/as intuímos cuando nos engañan. O intuimos los problemas y lo que va ha ocurrir. Mucho antes de que ocurra.
Por ejemplo: Ya en el año 2007 la gente ya se daba cuenta de que había demasiadas gruas de la construcción en la calle. De que se construían más pisos ó viviendas que compradores había. ect.
Y el comentario era de que pasaría algo gordo. Y está opinion ó comentario siguió el 2008, 2009, 2010, ect. hasta que reventó la burbuja del tocomocho del tocho.
Entonces el/la ciudadano/a supone que hubo » Negligencia, codicia y mentiras » por parte de la persona ó personas encargadas por la ciudadanía y con poder para representarles.
«…y también mediáticas…» donde se convalidan los discursos, las acciones, los pensamientos. «Sí, es la condición humana que no vamos a cambiar nunca» Es un error, convalidar las malas acciones, aquellas que van en contra de nuestros semejantes, como algo inherente al ser humano. El error se agrava si mediaticamente eso se convalida. Hay que cuestionar y señalar con nombre y apellido a aquellos políticos y empresarios, financistas y periodistas que, con el argumento de que todo va amejorar, en forma sistematica, agreden al mas expuesto por la crisis. Hay que señalar a aquellos que lo justifican como un sino de los tiempos o de las crisis, como si estas hubieran nacido de un repollo. La supervivencia es inherente al ser humano, la avaricia es sólo el reflejo de la decadencia de unos pocos. No me siento en la misma bolsa que un avaro, ni me creo que, sacandole a la salud publica y a la educación publica, alguien va a mejorar, por el contrario, el pobre de toda pobreza, va a sufrir más y sólo los insensibles, pueden justificar tal acción. Esa no es la política ni la economía, esa es la estupidez humana.
Sr.Foix: Permítame que le explique una anécdota. Me contó mi madre que en un pueblo de Avila los vecinos decidieron un buen día hacer un homenaje al médico que se encargaba de su salud y decidieron regalarle entre todos una tinaja de vino, convinieron que pondrían una tinaja en la puerta del ayuntamiento y todos verterían en ella un litro de vino del que se hacia en la zona, así se hizo y llegado el día del homenaje, el médico emocionado, lleno un vaso y con sorpresa comprobó que sólo caia agua…sucedió que todos los vecinos del pueblo pensaron que por un litro de agua que le ponga yo al vino no se notará y así me ahorro un litro de vino…algo similar ha sucedido hoy en día, todos han pensado que por un millón más o menos que me lleve de las arcas públicas o bancarias no se notará y así estamos…con el agua al cuello…
De «barruts» , adjectiu que inclou als mentides, als negligents, els lladres i estafadors, tots aquells que no tenen escrupols, n’hi ha hagut sempre. El problema s’agreuja quan el «barrut» s’instal.la en els òrgens de govern i control.
Ciertamente, Sr. Foix, la «erótica del poder» es un mal actual, ya tan antiguo como la misma condición humana…, que también me la he encontrado en el ámbito de mi profesión. Y queda bien resumida en esos tres aspectos que comenta el sociólogo amigo.
Agradecido una vez más por su valiente labor, le saluda cordialmente
J. M. Caparrós Lera
Catedrático de Historia Contemporánea (UB)