Fue para el bien de Italia y Grecia que la nube que flota sobre nuestras cabezas determinó que había que cambiar los gobiernos de Atenas y Roma sin pedir la opinión de los electores. La nube es densa, volátil y difusa. No se expresa a través de un portavoz único ni tiene una sede fija. Podría asemejarse a aquella señal en el cielo que guiaba el éxodo de los judíos al salir de Egipto.
En la nube se esconden las instituciones europeas representadas por la Comisión y el Banco Central Europeo. También viaja de tapado el Fondo Monetario Internacional, la administración Obama, la City de Londres, Wall Street y, posiblemente, también los gobiernos de Pekín y Moscú. Vladímir Putin ha pasado por Berlín y París y se ha preocupado por la salud y estabilidad del euro. Tiene motivos si son ciertas las cifras que llegan de Moscú indicando que el 40 por ciento de las reservas rusas están en euros.
Hemos llegado a la simplificación de que esa inmensa nube que vela por la ortodoxia y por la gobernanza del mundo occidental se llama mercado. Da lo mismo. El hecho es que si desde ese magma financiero, político y económico se puede exigir que un país concreto sea rescatado, introduzca reformas laborales o dicte recortes y ajustes que caen sobre las espaldas de los ciudadanos; puede también exigir que se cambie un gobierno si no cumple los requisitos establecidos por esa nube que actúa como esos analistas financieros que de lo último que se preocupan es de las personas a las que sus medidas puedan afectar.
Si Mariano Rajoy está tan atento a las palabras que llegan como advertencias proféticas de esa vía láctea, no puede descartar que un día la voz misteriosa concrete algo más que la subida de impuestos, los ajustes o una austeridad más o menos férrea. No tengo información al respecto pero la nube podría hablar un día, quizás no lejano, de que lo que es preciso cambiar es el Gobierno presidido por Rajoy. Esta posibilidad comportaría un retroceso democrático de gran envergadura si se confirmara que quien decide la formación de los gobiernos es ese magma confuso que sobrevuela los espacios devastados por el mal gobierno y la falta de responsabilidad.
Un gobierno de unidad nacional podría ser el primer paso. Y, a continuación, si no tuviera efectividad, un gobierno de tecnócratas bien conectados con la nube. Sería espantoso en un gobierno con amplia mayoría en las urnas. Pero no es ficción.
Publicado en La Vanguardia el 5-5-2012
Volveremos a asistir a la tormenta y la nube arrasará de nuevo el sistema democrático, mientras nos ha pillado buscando un sitio donde guarecernos. Como ya hemos dicho en otras ocasiones estamos en guerra. Con armas diferentes, menos hemorrágicas pero igual de sangrantes.
Tendremos que soportar condiciones aún más duras, ponganse en lo peor y aún no acertarán plenamente. Una situación a punto de ebullición si añadimos una jefatura de estado totalmente debilitada y un gobierno en cuestión (como el resto de la clase política). Sin olvidar el descrédito de los altos tribunales.
Empezaremos a saber con más exactitud quienes son los muy mencionados «mercados» con nombres y apellidos. Los que llevará el que nos coloquen de turno.
No hay cobijo para este tsunami.
Los planes de las nubes bajan por los medios y se instalan en las sociedades de una manera u otra. Este medio ya esta anunciando que a España le va a pasar lo mismo que a Italia y a Grecia, caerá el gobierno y será tomado por tecnocratas (fijense en los empleados de las consultoras y los bancos yanquis y encontrarán a sus nuevos gobernantes).
Hemos interiorizado de forma acrítica que un gobierno de tecnócratas es algo «horroroso». Sin negarlo de raíz, y teniendo en cuenta los resultados obtenidos desde la ortodoxia «democrática» (?), quizá sería bueno analizar de forma más ponderara qué hay de bueno y malo en cada opción.
¿Los de ahora no son ya tecnocratas? Creo que el gran paso sera poner a no españoles, la razón, no se fian de los de aquí.
Sr.Foix: Pienso que hace ya tiempo, que los gobiernos y los dirigentes, eran impuestos de una forma más o menos directa, más o menos pactada, por quienes controlan el poder real de la sociedad, ahora sucede que ya no se disimula lo más mínimo, ahora ya se hace todo en la mayor impunidad, a plena luz del día, sin que los medios se atrevan a rechistar, con la chulería de quienes se saben controladores de nuestra sociedad, de nuestro futuro, de nuestras vidas…
Benvolgut Lluís, això sí que és de veritat el gran germà que tot ho controla. La resta són bajanades. Tens tota la raó, mai es pot esperar res de bo dels núvols. La calamarsa està al caure.
Clouds are friendly. And may have a silver lining. «Your» cloud is ominous, dark and invites to take cover. Farmers know there is no use to shoot at clouds. But, could we not identify the components of that cloud?
If so, we may try to shoot some… I’m not ready to put up with a non-elected government after all these years of a half baked democracy, but democracy after all.
Unless we already have it. Deguindos was a GoldmanSacks man was’nt he?