Obama, Romney y el mundo

Obama y Romney, primer cara a cara electoral

Esta madrugada Barack Obama y Mitt Romney se batirán en Denver en el primer debate cara a cara ante las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. Las encuestas favorecen a Obama pero la historia es rica de sorpresas en las noches electorales.

Los problemas nacionales son siempre prioritarios en las campañas presidenciales. Pero la política exterior, para el “país indispensable” que calificaba Magdalene Albright, también aparecen en el horizonte de la conciencia del votante.

Estados Unidos no se quedó sólo después de la caída de la Unión Soviética. Aparecieron potencias como China, India, Brasil, Indonesia y Europa que sigue siendo un rival amigo pero muy importante en el equilibrio económico y político del mundo.

Desde septiembre de 2001, Estados Unidos ha vivido inmerso en un proceso de fortalecer la seguridad nacional para que nunca más vuelva a ser atacado en su territorio. La presidencia Bush lanzó dos guerras que todavía no han terminado. No sólo no han introducido la democracia en el mundo musulmán sino que la inseguridad es mucho mayor en la región. Las guerras de Iraq y Afganistán han sido dos fracasos estrepitosos. Han reducido las libertades en Estados Unidos y en el mundo occidental y han propiciado la huída generalizada, desde el punto de vista militar, de Estados Unidos y Europa de Oriente Medio. A pesar de todo, Estados Unidos siguen siendo una democracia, quizás la más ejemplar de todas, si tenemos en cuenta, por ejemplo, que ews el único país, que yo sepa, que no ha censurado en plena guerra la publicación de los crímenes deplorables cometidos por sus propios soldados.

Los cuatro años de Obama han intentado deshacer los errores de su antecesor en materia militar. Pero todavía quedan vestigios de aquellas decisiones que han causado tantos muertos y no han conseguido los objetivos previstos.

Estados Unidos están abandonando Oriente Medio después de tantas frustraciones y de dos guerras perdidas. Sólo se quedarán y ejercitarán todo su poder para proteger a Israel. El petróleo ya no es imprescindible y se calcula que en tres años la dependencia petrolífera de la zona árabe no preocupará a Estados Unidos.

La guerra fría es un vago recuerdo de la historia. El eje de las confrontaciones ha pasado al Pacífico y con distintas coordenadas. Estados Unidos y Europa han optado por el derecho a intervenir en otros territorios para defender el derecho internacional o para defender causas que dignifiquen a las personas.

Estas ideas chocan con las que practican China y Rusia que no aceptan esta política porque Tíbet y Chechenia piden impertérritamente su secesión de las metrópolis. Esto explicaría por qué nadie se atreve a entrar en Siria porque chocarían los intereses de Occidente con los de Rusia y China.

Las revoluciones de las primaveras árabes no fueron en contra Estados Unidos, Israel o Europa. Nacieron de abajo para derrocar a dictadores que, en casi todos los casos, eran aliados sólidos de Washington. Estados Unidos no han estado en contra de los dictadores. Lo único que piden es que sean eficaces. Cuando caen, caídos están.

El próximo presidente americano tendrá que buscar vías de entendimiento con China, India y los demás países emergentes. Pero lo más difícil será acercarse al universo islámico. Estados Unidos y el mundo musulmán no son universos que se excluyan mutuamente pero tampoco es necesario que compitan. Sólo tienen que compartir el respeto.

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