¡No pretendo mezclar fútbol y política. Sólo remarcar el estilo de este Barça que no tiene mesías, que trabaja con humildad, que construye el mejor fútbol del mundo, que gana, que el domingo ante el Levante siguió sin conocer la derrota en Liga, que llegó a jugar con once jugadores de la cantera y que acabó la jornada a once puntos del Madrid y a tres del verdadero rival, el Atlético de Simeone, que se presenta como el gran adversario de la competición.
Tito Vilanova es lo que en inglés se suele decir an ordinary man, una persona normal, con reacciones normales, con su carácter peculiar y con un estilo propio. Es lo que representa el país real, el culer más generalizado, que no ofende, que no se queja, que trabaja, que respeta al adversario y que no pretende ser un icono de nada. Lo mismo cabe decir de Sandro Rosell, que lleva con tranquilidad los aciertos y los errores de su gestión. No cabe mayor normalidad que la de un genio como Messi que va metiendo goles como el que camina por la calle, con sencillez y con el reconocimiento a compañeros como Iniesta, Xavi, Cesc, Puyol, Pedro, Piqué, Busquets, Valdés y cuantos forman este espléndido cuadro de profesionales que no se meten con nadie y sólo pretenden jugar bien, marcar goles y ganar.
Todo lo dicho está avalado por los resultados de esta y anteriores temporadas en las que la cantera ha sido la gran protagonista del fútbol más refinado y elaborado que se practica en el ancho mundo. Qué diferencia con el protagonismo y mesianismo de Mou que no habla nunca de fútbol sino de fenómenos ajenos al rendimiento de su equipo como la obsesión de tener al Barça en su punto de mira. Todo este relato cambiará, naturalmente, el día en que el Barça no gane de forma natural. Mientras dure, a disfrutar de un estilo y de unas formas.
Publicado en Mundo Deportivo el 27-11-2012
Sr.Foix: El Barça ha de seguir igual, metiendo la máxima velocidad y el que no le pueda seguir que espabile, será su problema…Mou tiene los días contados en el Real Madrid…y me da que Cristiano Ronaldo también…