Echaremos en falta al Mourinho que entretiene al personal del Santiago Bernabéu con teatro del bueno. El minuto y medio en el césped para recibir aplausos y silbidos de la afición madrileña no tiene precio. Sus ruedas de prensa se pierden por vacilaciones divertidas pero evitan hablar de fútbol o de la discreta marcha del Madrid hasta la jornada catorce.
Afición dividida, vestuario roto y relaciones con Florentino en estado de liquidación a final de temporada. Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que el señor Pérez insistía en que Mou era el mejor entrenador del mundo. La retórica histriónica del entrenador portugués no se parece en nada al estilo perfeccionista de Guardiola ni a la naturalidad que exhibe Tito Vilanova. El excepcional comienzo de temporada de Tito es mérito suyo pero es todavía mayor el mérito del equipo, prácticamente el mismo que en temporadas anteriores. El Barça ha optado por concentrarse y jugar al fútbol. Hace ya tiempo que somos muchos quienes pensamos que esta artesanía futbolística no puede durar mucho tiempo.
Pero la racha sigue y se demuestra con la superación de todos los récords que ahora encabeza Messi como el máximo goleador de la historia en una sola temporada, con el probable cuarto trofeo del Balón de Oro al que opta también Iniesta, otro fenómeno de eficaz elegancia futbolística. El Barça no proclama ser el mejor equipo del mundo pero probablemente lo sea. Tito sabe que un día se quebrará esta inteligente furia de calidad futbolística. Pero no parece que sea cosa inmediata. El director de orquesta ha sabido continuar la labor de sus antecesores de forma distinta pero igualmente eficaz. El Barça es célebre en el mundo por su fútbol, su talante y su talento. Es una trayectoria larga que arranca en el estilo humano y deportivo que se inauguró en la Masia.
Publicado en Mundo Deportivo el 4-12-2012
Sr.Foix: Mourinho tiene un ego tan grande que al final se dará a la bebida…más que nada para conseguir de una vez por todas que el mundo gire a su alrededor…