El problema del Real Madrid se llama Florentino Pérez. La desordenada actitud de José Mourinho es un fusible que podría saltar en cualquier minuto. ¿Por qué no prescinde Florentino de Mou cuando buena parte del vestuario no está con él, el prestigio del Real por esos campos de Dios ha sufrido un continuado desgaste y, sobre todo, cuando el público del Santiago Bernabéu le espera para propinarle una fenomenal bronca.
Por si todo esto fuera poco, esos 16 puntos con el Barça de Tito Vilanova, aquel al que le metió el dedo en el ojo, que han desviado la atención a una Champions que tiene que medirse con el Manchester United y pasar por encima de los adversarios de los cuartos de final, semifinales y final en Wembley. Vilanova volvió a sentarse en el banquillo para protagonizar la mejor primera vuelta de la historia. Sin ruido, con tranquilidad, reivindicando que su enfermedad es suya y no de la opinión pública y que lo que importa es conseguir un trofeo.
Una de las diferencias entre el Barça y el Madrid de hoy es la jerarquía de valores. Leo Messi será hoy declarado el mejor de la historia pero no alardea de ello. No se considera superior a nadie. Tampoco Tito ni Guardiola se tenían por dueños del Barça. Los portugueses del Madrid piensan que son imprescindibles. Desde Cristiano a Pepe culminando con la esperpéntica figura de Mou, que habla de todo menos de fútbol se transmite la idea de que son los amos. Florentino les sigue el juego y hasta hace bien poco afirmaba que Mou era el mejor entrenador del mundo. El técnico portugués es el problema de Florentino. Si le echa, tiene que pagar millones que el club no tiene. Si le mantiene sin títulos, difícilmente ganará las elecciones. Un presidente necesita fusibles para mantenerse al frente. De lo contrario, salta él. Es el problema y no la solución.
Publicado en Mundo Deportivo el 8-1-2013
Sr.Foix: A Florentino el fútbol le importa un comino se lo aseguro…Sobre Mourinho ya lo dejo dicho todo Nicolás Fernández de Moratín en su famoso epigrama…
( Saber sin estudiar)
Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».
Un anàlisi perfecte de l’ambient del Madrid i del Barça.
Com vostè diu, Sr. Foix, «llarga vida» per aquest duo Florentino-Mou!!!!!