Obama y los sueños americanos

La liturgia política forma parte esencial de las grandes ocasiones democráticas. No sólo en la vieja Inglaterra o en la Francia republicana sino también en Estados Unidos, los rituales son imprescindibles hasta para el buen funcionamiento del sistema.

Barack Obama juró ayer en privado en la Casa Blanca la inauguración del segundo mandato. Porque el protocolo indica que el 20 de enero es la toma de posesión oficial. Pero al ser domingo se repitió hoy lunes la ceremonia a los pies del Capitolio y con toda la parafernalia patriótica de un país que la gran tradición es su juventud. Cientos de miles de personas siguieron los eventos en el gran Mall de Washington.

Había menos gente que hace cuatro años cuando el yes we can había llevado a la Casa Blanca el primer presidente de raza negra. El poder en Washington desgasta en desmesura. No hay amigos del presidente. Truman decía que si quieres tener un amigo en Washington, llévate tu perro. Obama mostró su desgaste físico en la mañana invernal del Capitolio. Fatigado por el poder, estuvo a la altura de la ceremonia.

El balance de los primeros cuatro años de Obama es discreto. Entró en plena crisis económica y con dos guerras abiertas. Prometió cerrar Guantánamo y todavía sigue abierto sin garantizar cobertura jurídica a los centenares de detenidos capturados Afganistán, Pakistán e Iraq.

La crisis económica sigue pesando en las clases medias americanas. Las promesas de avances sociales se han cumplido a medias. Ha salido de Iraq y lo va a hacer definitivamente de  Afganistán. La confrontación con los republicanos es un camino interminable sin retorno. Seguramente este es el motivo de sus canas que blanquean su cabeza.

A pesar de todo, Obama hizo un discurso que no puede dejar indiferente a nadie. Qué fuerza tiene el lenguaje de un político que habla bien. Se refirió a que todos los hombres y mujeres son iguales, han sido creados iguales y hay que procurar que tengan iguales oportunidades.

Invocaciones a Dios, reverendos recitando acciones de gracias, cantantes de renombre y artistas consagrados que interpretaron piezas famosas. James Taylor cantó America the Beautiful, Kelly Clarkson, My country ‘Tis of Thee y Beyoncé entonó el himno nacional al son de la Banda de Marines de Estados Unidos.

El poeta cubano-norteamericano, Richard Blanco, leyó un poema compuesto para la ocasión y recordó a sus antepasados con un buenos días en castellano. Cuesta todavía acostumbrarse a un presidente norteamericano negro, hijo de un keniata y de una mujer blanca de Kansas, que vivió en Indonesia unos seis años y que se crió en la isla de Hawai, en el Pacífico. Signos de los nuevos tiempos en los que América prefiere mirar al Pacífico que al Atlántico.

Lo que más sorprende de la sociedad americana es la capacidad de integración y de adaptación a los cambios sociales. Muchos americanos negros permanecían emocionados en la gran explanada de Washington. Probablemente no volverán a ver una ceremonia inaugural como la de hoy. También había hispanos, asiáticos y blancos. Estados Unidos tiene una capacidad formidable de adaptarse a los nuevos tiempos porque no tiene historia. O la tiene muy corta. Y la que tienen se la han hecho suya tanto los recién llegados como los que arribaron con el Mayflower.

Obama ha hecho un discurso con los principios y promesas del Partido Demócrata. Otra cosa es cómo podrá llevarlo a cabo. Pero Estados Unidos ha enviado hoy al mundo un mensaje de libertad, tolerancia, progreso y respeto a las personas independientemente de sus creencias, sus etnias, sus culturas o sus orígenes. Un país que mira al futuro con iguales incertidumbres que todos, pero que lo hace con esperanza de que se puede construir un mundo mejor para que todos encuentren rincones de felicidad.

Quiero recomendar el que me parece el mejor de sus libros y discursos. Es Los sueños de mi padre, un relato escrito cuando no pensaba ni siquiera en la posibilidad de ser senador por Illinois y mucho menos presidente de Estados Unidos. Es donde cuenta su paso por Barcelona, su llegada en auto stop y sus paseos por las Ramblas como un joven aventurero.