Trabajé muchos años con Carlos Nadal.Escribía, leía, reflexionaba. Fue jefe de la sección de Internacional de La Vanguardia. Analizaba la política internacional con un conocimiento enciclopédico. Acabó sus días escribiendo una glosa semanal de la actualidad del mundo. Hablaba de la realidad con los hechos, con las opiniones fruto de muchas lecturas y reflexiones, con una prosa cuidada y precisa que se puede encontrar en la hemeroteca del diario.
Carlos era un gran conversador. Escuchaba más que hablaba. Pero cuando decía algo era una sentencia de sabio. Conocía muy bien la literatura de la Generación del 98, sabía de Pío Baroja, Unamuno, Galdós y Azorín. De todos aquellos escritores que llevaban el dolor de España a sus espaldas. Carlos Nadal sabía mucho porque mucho había leído. Se notaba en sus aproximaciones matizadas a la realidad.
La historia de Europa y del mundo la conocía y, lo que es más importante, la sabía relacionar. Lo que muy pocos sabían es que detrás de aquella personalidad ilustrada, leída y culta se escondía un poeta de gran calidad. Un gran poeta que escribía en secreto, no publicaba nada, iba componiendo versos en el crepúsculo de su vida.
Se acaba de presentar el tercer volumen de esos libros de poemas que he leído con la atención con que se transita por un tratado de metafísica, de amor, de comprensión y de humanidad. Los dos primeros los escribió en catalán. Y el que se ha presentado esta semana en Barcelona se ha publicado en castellano.
Tengo la idea de que los filósofos y los poetas mueven el mundo. Los que piensan y los que expresan lo pensado con un lenguaje concentrado, emocional, libre de superfluidad, íntimo y espiritual.
En voz baja contiene poemas desde 1984 a 2009. Muestran una madurez humana plena. Comprensivo, atento a sus sentimientos íntimos, pensando en lo que observa y en quienes le rodean. Les transcribo un verso que me ha llamado la atención:
Llevo el tiempo en el bolsillo.
Lo siento en los dedos, tibio,
palpitante. Lo quiero así, cercano,
habituado a mí, para sentirme vivo.
Carlos Nadal fue apagándose sin dejar de alumbrar lo que le rodeaba. A sus personas más queridas, María Dolores la primera, y a cuantos nos acercábamos ocasionalmente a su casa para seguir conversando de todo y de todos. De ideas, de política, de periodismo. Fue un privilegio haber compartido tantas horas con alguien que llevaba a escondidas un formidable bagaje de lírica amontonada en los rincones de su estancia llena de libros, de recuerdos, de horas y días viendo como lo inevitable llegaría a su tiempo.
Lo decía en uno de sus versos:
Claro que vendrán
a buscarme
También yo tengo
mi cita.
La primera. Y la última.
Espero nuevos libros de poemas secretos que revelan la rica personalidad de una persona afable y tranquila. Un hombre que pensaba y que tenía criterio propio.
Sr.Foix, no sé si són els poetes i els filòsofs els que mouen el món. Tinc els meus seriosos dubtes.
El món, potser seria molt diferent, si poetes i filòsofs sortissin dia si i dia també a les portades dels diaris…..
Malauradament, la poesia i la filosofia no viuen en aquest món , sobreviuen miraculosament,com un riu d’aigua subterrània , en el cor de tota aquella gent que com Carlos Nadal, en veu baixa, necessita el bàlsam guaridor d’un refugi privat, i solitari, que els guareixi del brutal brogit del món exterior.
Un riu subterràni que alimenti l’ esperit.
Per naturalesa, la poesia i la filosofia, no seràn mai motiu de moviment de grans masses, per això dubto que siguin la força que mou el món. Són aigües subterranies……
Però les idees dels vells grans filòsofs es mantenen actuals.També la poesia…No et desanimis,segueix llegint,el teu cor ho agrairà !
Pero lo que no es logística o funcionalidad si que lo muestran los poetas y los filósofos, bueno y los músicos.
http://www.youtube.com/watch?v=2GtfEg3hZSQ
Sin palabras…
Sr.Foix: Cuando en el pasado mes de noviembre supe de la presentación del poemario póstumo de Carlos Nadal en la Asociación de Prensa de Madrid, ya me llamó la atención la extensa obra poética que tiene sin publicar y la variedad de idiomas en las que las tiene…y la tremenda humanidad que contienen…