En una semana se ha superado el estado de ‘shock’ de dos humillantes derrotas consecutivas con el Madrid. El Barça se precipitaba hacia el abismo y el Madrid destrozaba el ciclo triunfal del mejor equipo del mundo. Los cuervos propios y extraños ya revoloteaban sobre los cadáveres de Jordi Roura, de las desavencias en el vestuario, de Tito Vilanova y de la junta Rosell. La remontada ante el Milan ha neutralizado la voracidad de los buitres lejanos y cercanos. Se esperaba que el Madrid pinchara en Manchester y que el Barça fuera pisoteado por el Milan. No ha sido así.
Se acerca la recta final de la Liga y Leo Messi marca y marca goles, sin parar, de todas maneras y desde todas las posiciones. El vestuario no ha perdido la autoestima sino que perpetra partidos en los que la complicidad de todos fluye desde el primer al último minuto. Sin Valdés y sin Puyol se vio un partido de primera cualidad. Cada vez que un club salta al Camp Nou para jugarle abiertamente al Barça, se ve un gran fútbol y suele lucir la superioridad técnica del equipo controlado por Tito desde Nueva York y entrenado por Jordi Roura.
El Rayo Vallecano vino a plantar cara y se llevó tres goles pero dejando una excelente impresión sobre su fútbol. Es cierto que los resultados lo condicionan todo y cambian las estimaciones de la opinión pública. El Barça actual y el de todos los tiempos recientes depende de los resultados para ser aceptado sin discusión. Es la cultura del club. Sería prudente esperar el fin de temporada para ejercer el clásico cainismo interno sabiendo que las bofetadas del madridismo oficial u oficialista vendrán en cualquier caso y en todas las circunstancias. Hay que asegurar la Liga en primer lugar. El dúo Messi-Villa está funcionando. Iniesta y Busquets son un motor diesel poderoso. La defensa de Piqué es segura. Y Pinto cumple .
Publicado en Mundo Deportivo el 19-3-2013
Sr.Foix: El deporte es victoria y derrota, hay que saber aceptar tanto una como otra, es parte del juego y no hay que hacer tragedias por ello, se aprende más de las derrotas que de las victorias…