Los historiadores del barcelonismo estudiarán desde muchos ángulos estos años prodigiosos del que se considera el mejor club del mundo. Presidentes, entrenadores, jugadores y títulos ocuparán un lugar preeminente. También los socios y los millones de simpatizantes repartidos por toda la tierra que hemos pasado del miedo permanente a la derrota a la confianza continuada en la victoria. La paz en el seno del barcelonismo es imposible porque como en toda sociedad viva no es homogéneo ni pretende serlo. Pero hay algo que sí puede haber puesto de acuerdo a la gran masa crítica de seguidores del club.
Me refiero al criterio que la junta de Sandro Rosell ha aplicado al tratar a dos personajes que han conocido la visita inesperada y maligna de la enfermedad que ha dejado fuera de combate a Tito Vilanova durante unos meses y a Eric Abidal durante más de un año. Es muy probable que el Barça gane la Liga y es un hecho cierto que mañana dispute los cuartos de final de la Champions. Lo ha hecho con Tito Vilanova con varios meses entre médicos neoyorquinos que le han tratado un tumor y con un jugador importante, Eric Abidal, aquejado por otro tumor. La temporada podría haber ido peor.
Pero esto es lo de menos. Lo que importa es que cuando Abidal saltó al campo el sábado, regresaba arropado por el humanismo de una institución que ha sabido valorarlo por lo que es, más que por lo que vale o hace. Lo mismo cabe decir con Tito. Los aplausos de los jugadores del rival, el Mallorca, indican que el fútbol tiene también este rasgo de nobleza que va mucho más allá del clásico fair play. Lo entendieron así la mayoría de medios de comunicación del mundo que abrieron informativos y portadas con la imagen de un emocionado Abidal saltando al césped. Bien.
Publicado en Mundo Deportivo el 9-4-2013
Esperit Guardiola…???
Pedrito forever…
Sr.Foix: Lo realmente importante del deporte son las personas que lo practican y que lo viven, todo lo demás es accesorio…