Estaba allí siempre, en primera fila, un bolígrafo y una libreta, semblante agrio y sonrisa infrecuente. Era la sombra de los presidentes, de nueve presidentes de Estados Unidos, les seguía por todas partes, viajó por todo el mundo, preguntó las cuestiones más incómodas.
Helen Thomas ha muerto hoy a los 92 años en Washington. Trabajaba en la United Press International y viajaba por todo el mundo. La juventud es una muestra del vigor y el entusiasmo de periodistas. Pero la vejez y la experiencia tienen también muchas ventajas. Helen Thomas iba adquiriendo la cara de Agatha Christie. Llegó a estar en primera línea siendo una anciana. No había rueda de prensa que empezara sin que el presidente de Estados Unidos se dirigiera a la sala con una simpática referencia a Helen.
Y Helen hacía la primera pregunta y en ocasiones la más incómoda. Coincidí con ella en Washington, en varias capitales europeas, en China y en México. Helen Thomas olía a presidente. Cubrió las ruedas de prensa desde Kennedy a Obama, diez presidentes en total. Los conoció a todos y no tenía prevención a la hora de preguntar. Al final de su carrera hizo columnas en los periódicos. Pero básicamente Helen Thomas hacía información para la agencia UPI. Escribió sus memorias y algún libro más. Pero lo suyo era transmitir información. Siempre me recordó al gran Eugeni Xammar que era básicamente un periodista de agencia, un informador, una persona que transmite lo que ve, lo que pregunta y lo que puede mercer la atención de la gente.
Las ruedas de prensa en la Casa Blanca no tienen mucho que ver con las de la Moncloa. No hay jóvenes intrépidos sino periodistas con una larga historia que se miden con los presidentes cara a cara. Saben que representan a un medio. Pero saben también que su prestigio no depende del director del diario sino de los lectores.
Thomas es un estímulo para los periodistas que empiezan y para los que llevamos ya muchos años en el oficio. Josep Pla decía que no iba nunca a ruedas de prensa porque no tienen interés. Cuando aparece Rajoy desde el fondo del plasma, desde luego, no vale la pena. Tampoco se hace un buen trabajo cuando el entrevistado te suelta la frase fatal: “muy buena su pregunta”. A Helen Thomas no le dijo ningún presidente que la pregunta era buena. Las preguntas son incómodas por definición. Thomas sacaba petróleo informativo de sus preguntas y de las zancadillas que ponía a los presidentes cuando entraban en sus contradicciones.
Reagan era un personaje afable que bromeaba con Thomas. Pero la veterana periodista no se dejaba seducir por la simpatía del viejo actor de cine y presidente. No escondió sus simpatías por Clinton como tampoco se mordió la lengua al escribir que George W. Bush era el peor presidente que había conocido. Le preguntó a Bush algo así como “cuándo aprenderán nuestros presidentes que la respuesta no es la guerra”. Tenía razón. La historia se la dio en Afganistán, Iraq y Vietnam.
Se había ganado el respeto de las expediciones de periodistas que seguían al presidente. Cuantos más años acumulaba, mayor era su prestigio. No tenía nada que perder. Se debía a sus lectores y a la sensación que había en América de que era la persona que ponía en apuros al presidente.
Aparecía con frecuencia en las oficinas de UPI en Washington. Yo tenía un despacho en aquel National Press Building y la saludaba con respeto. Me preguntó de dónde era y le dije que de Barcelona. Historical city, me comentaba. Sabía que Barcelona había sido el centro informativo por excelencia durante los años treinta y especialmente en la guerra civil. Nos saludábamos respetuosamente en el ascensor y en los pasillos de aquel histórico edificio de periodistas de todo el mundo, de todas clases, en tiempos de guerra fría y en temporadas atribuladas para el mundo.
Cuando la conocí las arrugas ya surcaban su cara. Era mayor pero de una agilidad mental sorprendente. Era una periodista de gran categoría. La primera mujer que se ganó el respeto y la admiración de presidentes y de colegas. Cuando desapareció la UPI siguió sentándose en la primera fila y formulaba la primera pregunta. Se ha ido una periodista de agencias, ajena a la vanidad de las firmas, servidora de millones de lectores. Una periodista de raza que valoraba la información aunque incomodara a los presidentes.
No puede decir Usted que la constitución solo es posible violentarla en aquellos casos que a Usted le parece “practico”. El presidente “electo” solo esta llamado a ejecutar un UNICO acto (juramentarse), si no puede ejecutarlo existe una ausencia absoluta del presidente electo. La constitución tiene previsto que las ausencias “temporales” del presidente (en ejercicio) serán suplidas por el vicepresidente. Las ausencias absolutas del presidente (en ejercicio) seran asumidas por el presidente de la asamblea. El presidente “electo” no tiene potestad para nombrar vicepresidentes por lo tanto sus faltas no pueden ser “temporales” sino “absolutas” para que el presidente de la asamblea pueda suplirlas. NO PUEDE HABER FALTA TEMPORAL PUESTO QUE NO HAY VICEPRESIDENTE… Al hablar de no violentar la “voluntad popular” introduce usted un elemento que nada tiene que ver con el tema pues ni la muerte ni la renuncia ni el abandono del cargo tienen nada que ver con la voluntad popular y sin embargo nadie va a enterrar un presidente y mantenerlo en el cargo pues esta fue la “voluntad popular” …. Si este elemento de la “voluntad popular va a ser discutido no puede ser discutido fuera del contexto del “fraude electoral” que ejecuto el partido politico llamado PSUV y el señor llama hugo rafael chavez frias al postular un candidato que no podia ejercer la presidencia de la republica por estar muriendo de cáncer. Si el presidente electo no permite que “la oposición” lleve una junta medica a analizar si esta vivo o si va a poder ejercer el cargo entonces no puede declararse otra cosa que la AUSENCIA ABSOLUTA… ello no violaría la voluntad popular… en todo caso lo contrario estaria violando la buena fe del pueblo pues estaria manteniendo en la presidencia a a un presidente muerto o incapaz de ejercer la presidencia en interés de una potencia extranjera que lo tiene secuestrado.
Quan desapareixen personatges d’aquesta catagoria, sembla com si el món es quedés orfe….
Sr.Foix: los periodistas se deben a sus lectores…Helen Thomas además tenía un valor añadido, era una mujer periodista y defendia ambas condiciones…descanse en paz.
Sr. Foix: Estic d’acord amb voste sobre la seva opinió de la gran periodista Helen Thomas. Pero pensó que a diferencia d’Espanya allá els presidents responen.
Y para acabar ¿ Rajoy ? … ¡ No sabe, no contesta, no está… Adios Sr. X !
P.D. Descanse en paz, Helen Thomas.
Sr. Foix:
Gracias por compartir sus vivencias. Y para cuando «La marinada II»?
La noticia de la muerte de Helen Thomas, descanse en paz, viene
a nosotros en estos días de plasmas y periodísta amigo y único.
Doble tristeza y melancolía.