Todo va muy rápido en estos tiempos de novedades permanentes. El tiempo todo lo devora y lo cambia de sitio. Hay pocas cosas permanentes y el cambio es uno de los factores que los filósofos griegos detectaron hace veinticinco siglos.
El problema de nuestros días es como controlar la velocidad del cambio que plantea nuevas realidades imprevistas. Se suceden las revoluciones en países muy estáticos durante años y aparecen nuevas fórmulas que pueden ser mejores pero siempre son inciertas.
El problema siempre latente de las relaciones entre España y Catalunya ha vuelto a aparecer en esta época de crisis económica, social y moral. No hay para tanto, dicen desde el gobierno de Madrid. Esta vez va en serio, se responde desde la Generalitat, el Parlament y varios partidos políticos. Se invoca la Constitución y el cumplimiento de la ley. Se pide un referéndum, esté o no esté en los parámetros constitucionales.
Cientos de miles de catalanes salen a la calle de forma festiva y tranquila. Cada onze de setembre es una exhibición de fuerza en las calles o en una inmensa cadena humana. De momento, sólo son manifestaciones multitudinarias, discursos en el Parlament, votaciones y decisiones que no son aceptadas por este o por anteriores gobiernos de Madrid.
¿Qué va a prevalecer? A mi juicio o se impone el sentido común o estamos ante la posibilidad de una confrontación que puede tener derivadas insospechadas.
Cuando hablo del sentido común me refiero a la solución política de un conflicto. Habrá que cortar el nudo gordiano con la espada y buscar una salida que pueda ser aceptada por ambas partes. Ya sé que me dirán que soy un iluso y que esta alternativa se ha probado ya muchas veces y no vale la pena insistir en ello. Es lo que dijo el presidente Mas en el Parlament ayer mismo.
Como siempre desde hace más de cien años, Catalunya ha hecho cambiar la política española. No siempre en beneficio propio. Pero ha cambiado. Desde la Semana Trágica de 1909 hasta la Asamblea de Parlamentarios de 1917, la República, las confrontaciones dels Fets de Maig de 1937, una batalla entre comunistas, los núcleos de la resistencia al franquismo y la Constitución de 1978 que es un intento de federalismo asimétrico que acabó convirtiéndose en el café para todos.
Rajoy y Mas se equivocan si se enrocan en el todo o nada o en el sí o sí. Antes de la ruptura hay que transitar por los puentes que todavía existen y, aunque no lo parezca, son los puentes de la política, con perdón. No hay otros si se quiere evitar la confrontación y la violencia.
Cuando el Sr. Foix dice que «el problema de nuestros días es como controlar la velocidad del cambio que plantea nuevas realidades imprevistas», da a entender que los actores del cambio tienen la misma percepción del tiempo en relación a la construcción de esas nuevas realidades.
Einstein señaló con su genialidad que la percepción del tiempo es relativa, y por ello está sujeta a muchos condicionantes; en estos momentos la condición de «sentirse catalán» o bien «sentirse español» modifica absolutamente dicha percepción.
Para los catalanes que tenemos una decisión tomada y la convicción de querer construir un futuro apasionante, la percepción del tiempo transcurre de forma subjetivamente muy lenta, aunque objetivamente sabemos que es vertiginosa. Sin embargo para los que defienden la unidad de España, lo que está ocurriendo en Catalunya, les debe parecer una situación de emergencia política de tal magnitud, con unas consecuencias tan impensables para ellos, que su percepción del tiempo ha sido modificada en forma de aceleración constante. Quizás por ello, sus decisiones y manifestaciones tienen tan alto grado de inconsciencia.
Porque sólo desde la inconsciencia pueden tomarse decisiones como las que el gobierno de España está tomando ultimamente, incluyendo la última que supone no hacer nada, no ofrecer nada,no dialogar nada con Catalunya hasta que la economía mejore claramente y se puedan ofrecer datos positivos reales: en el 2014 o el 2015.
Por tanto, parece ser que desde Madrid apuestan a que los catalanes que no formamos parte de esa llamada “mayoría silenciosa”, renunciaremos a decidir nuestro futuro, a cambio de un “apaño económico”.
En este contexto, dice el Sr. Foix que hay que transitar por los puentes que todavía existen y su opinión merece todo mi respeto; sin embargo, deberíamos tener en cuenta que según los expertos en “solución de conflictos “, los puentes existen mientras se dialoga y se negocian las causas y los efectos de los conflictos entre las partes implicadas. Cuando una de las partes en ese proceso, se presenta con una decisión rotundamente tomada, ya no está interesada en resolver el conflicto: lo que quiere es negociar su ruptura.
Como los catalanes, somos en general de talante pacífico y conservador, no deberían haber razones para dramatizar ni para asustar. Claro que va a haber confrontación ideológica, emocional, verbal y escrita y además será legítimo que así ocurra.
Lo que no sucederá es que haya violencia porque los catalanes no la queremos , y Europa no la permitirá.
Et felicito pel teu comentari. Totalment d’ acord.
Com diu Desiderio de Sota, Espanya és Castella. Han estat sempre conqueridors i intolerants. El diàleg no forma part de la seva cultura. No perdem el temps, que tenim molta feina per fer. Marxem!
24 de Setembre 2013
Comedia en tres actes
Acte Primer. Castella, Madrid. Esperanza Aguirre: Espejito espejito ¿ hay alguien más bella que yo?. Respuesta del espejo “Cataluña es más bella”. “Esperanza se viste de viejecita i coje una manzana”.
Segon Acte: La “viejecita” llega a casa de Duran i Lleida que tiene de visita a Pedro Navarro i les ofrece la manzana: “Esta riquísima es confederal”.
Tercer Acte: Duran i Navarro s’apressen a menjar la poma.
Final: Duran i Navarro s’adormen en estat de coma profunda, tot somniant en l’Estat Confederal
Esperanza riu.
Joan Martorell i Barberà
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Ja hi tornem…Sr. Foix ??? !!! ..un altre cop amb el discurs de la por…??… això ja cansa….
Algú creu possible que ens puguin bombardejar ???
Il.lús s’ho ha dit vostè mateix, Sr. Foix.
Ja no hi ha ponts alternatius,per la senzilla raó de que no hi ha interlocutor.
Felicito el comentari de Desiderio de Sota.
Los puentes sólo los construyen los «pontífices» (que facen puentes) y para ello hace falta poder. Los que andan tendiendo puentes no lo tienen. Parece más bien que andan por pasarelas sin estar seguros en que lado quedarse o en que lado les acogerán.
Puede seguirse con las metáforas de puentes y abismos que separan, pero o que ya está pasando es que el abismo que separa las partes cada vez es más ancho y profundo, con la dificultad histórica de que los esfuerzos para modificar eso que se ha dado en llamar España y que sólo es Castilla no han servido para nada.
Pero como el mundo si que ha cambiado mucho, no debemos temer que la confrontación conduzca a violencia, más allá de lo violentas que resultan las imposiciones de un gobierno centralizado e intolerante. La violencia está sólo en uno de los lados
M’agrada el «con perdón» al referir-se a la «política»… També caldria diar «con perdón» al referir-se a qualsevol «polític»… Val. No tots són iguals… però tots s’assemblen prou!
En moments així necessitaríem un «consell de savis inapelable» que ens treiés de l’atzucac. No. No parlo pas del Tribunal Constitucional. Encara està per crear… i els polítics no són ningú per constituir-lo. Que com es fa? Ni idea!
Totalmente de acuerdo Lluís. Hay que aprovechar los puentes que existen aun.
Sr.Foix: dicen que los políticos son expertos en construir puentes dónde no ha rios…esperemos que la tercera via de la que tanto se habla no sea una via muerta…