El ciclo fabuloso del Barça

Andrés Iniesta

El factor humano es imprescindible para que un equipo no pierda la autoestima y consiga sus objetivos deportivos. El entrenador Vicente del Bosque es hombre afable que tiene respeto hacia los que entran en el grupo de jugadores que selecciona. La canciller Merkel tiene dicho que le gustaría ir a cenar con don Vicente.

Cuentan que antes de salir a disputar la final de Sudáfrica les dijo a sus hombres que disfrutaran jugando. Y llegó el gol de Iniesta y el título mundial. El Barça ha conseguido más títulos que nadie en este siglo porque desde Rijkaard a Martino, pasando por Guardiola y Tito Vilanova, han establecido una relación humana y de proximidad con sus jugadores. No hace falta que todos los entrenadores sean idénticos ni que exhiban el mismo talante. Las confrontaciones dentro del vestuario suelen acabar en frustraciones o en huídas forzadas o voluntarias de técnicos y jugadores.

El Barça ha construido un estilo y un modo de hacer que viene de muy abajo, de la cantera de la Masia inventada en tiempos de Núñez que ha perdurado hasta hoy. Martino ha entendido a su manera este estilo aunque se sorprenda de los debates trascendentes en el barcelonismo cuando ni siquiera ha empatado un partido. La que le caerá encima el día de una derrota. Seamos serios y, sobre todo, aceptemos las reglas eternas del deporte que se basa en el fair play, en ganar y perder, en subir y bajar. La paz en un vestuario con tantos gallos es imprescindible para conseguir los objetivos.

Personalizar en entrenadores o jugadores concretos el éxito de un estilo inconfundible y de éxito, me parecería injusto e inútil. Los equipos, tampoco el Barça, no son fotos fijas, inamovibles o eternas. Lo que importa es mantener el espíritu y no abandonar nunca la ilusión vivida en este fabuloso ciclo.

Publicado en Mundo Deportivo el 15 de octubre de 2013

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