Biografías cambiantes

Hay un silencio ambiental que penetra los ruidos más compactos. El ideal que impulsó el progreso nos proporciona una tecnología tras otra, cambiamos de gamas de móviles, de ordenadores, de televisiones, como quien se muda de camisa cada mañana.

Nada nos sorprende. La verdad es el progreso. No hay otra realidad que atraiga la curiosidad y el interés de las gentes. La trascendencia es de hoy para mañana, del último modelo de coche al siguiente, de restaurantes de cuatro a cinco estrellas, de artilugios que cada vez ofrecen mayores prestaciones.

Pero cada vez tenemos menos conocimiento de nosotros mismos. La política no es un conjunto de ideas para servir al público sino un instrumento para medrar y salir en los medios, para ser escuchado y para ser reelegido aún a costa de traiciones en las promesas hechas o saltándose los programas.

Todos gozamos de la libertad para dar zancadas en nuestro imaginario vital. El cambiar de ideales es legítimo y respetable. Lo que me cuesta aceptar es aquellas trayectorias de personas a las que he conocido desde hace muchos años que han cambiado constantemente de ideales, de partidos, de posicionamiento ante los grandes temas sociales y, en esta trayectoria me han ido diciendo siempre que ellos estaban en lo cierto, que tomaban decisiones porque querían y porque pretendían servir mejor a la sociedad.

Muchos de ellos se iniciaron en la izquierda extrema y ahora se han acomodado en zonas conservadoras donde tienen asegurado el pan y el reconocimiento público. Lo vemos estos tiempos ante la sorpresa de quienes pensamos que la fidelidad a unas ideas es un activo tan importante, al menos, como los saltos de una posición a otra, según los intereses personales de cada momento.

Son los que, a lo largo de su recorrido, me han señalado siempre con el dedo diciéndome sin decírmelo que no me había enterado de que va la vida, que lo importante es flotar y dejarse arrastrar por la corriente mayoritaria, que no hay que ser estático, que hay que avanzar con los que van en los primeros puestos de la clasificación. Si se trata de servir de comparsa, se hace.

Que hagan lo que quieran. Son libres para hacerlo. Lo único que suplico es que no me den lecciones. Muchas gracias.

  11 comentarios por “Biografías cambiantes

  1. Vinc de l’ hort ?..ha passat alguna cosa ??…Noto al Sr. Foix una mica enfadat…!!! què ha passat ??…

    Sr. Foix, no sé que ha pogut passar…però vostè ja porta molts anys arrossegant-se pel món, com perque algú – i menys si aquest algú pertany al col.lectiu dels «oportunistes» – el faci saltar d’aquesta manera.

    Sempre n’hi ha hagut d’ aquesta mena de gent, en el món laboral se’n diuen «trepas»…i n’hi han uns quants…eh?…en el món politic, igual…de tota la vida. M’ extranya que algú hagi tingut la capacitat de treure’l de pollaguera…..Són empipadors i menyspreables…..també insignificants.

  2. Sr. Foix… Chapeau! És de savis tenir idees pròpies sempre hi ha quan les vagis refrescant quan l’evidència és prou forta per no mantenir-les com si d’una ideologia es tractés… Res a veure amb les frivolitats del món de la faràndula política. Perfecte. Gràcies.

  3. Ben cert, Sr. Foix que ja no tenim edat per a rebre lliçons de ningú. I menys de politics de jaquetes reversibles…(Turncoats, Überläufer…)

  4. Sr. Foix: Pienso que este articulo contiene un mensaje, dirigido a los presuntos aprovechados que dan lecciones de mala ética, ect.
    ¡ Los muy panzacontentos !

    Cada cual que saque su conclusión.

    Pero, por mi parte. he de decirle que admiro, respeto y sigo sus blogs con ansia. Porque siempre traen información veraz y gran aprendizaje y sabio mensaje, para el/la lector/a.

    Gracias.

    • P.D. Recuerdo que hace años huvo un político, de uno de los principales partidos españoles, cuyo primer apellido empezaba por la letra » Z » y que presidía una autonomia. Y que, un día, cuando era entrevistado en una Televisión dijo, sincera y llanamente que: » Estaba en la política para enriquecerse »

      Este señor fué sincero, pues al menos dijo la verdad a cara descubierta.

  5. Sr.Foix: desde que el mundo es mundo y la política es entendida como el arte de vivir del cuento, hay una cosa que se llama «estar al sol que más calienta»…es lo que coloquialmente llamamos » Cambiarse de chaqueta»…el primer cambio de chaqueta, cómo origen de la expresión y del que haya constancia, se le atribuye a Carlos Manuel I, Duque de Saboya (1562-1630). Fue conocido por su extraordinaria habilidad en alternar sus amistades entre España y Francia e iba cambiando su apoyo a uno u otro país dependiendo de las alianzas y tratados…El Duque de Saboya también era conocido por el jubón que vestía (el jubón era una prenda rígida que cubría desde los hombros hasta la cintura). Durante el enfrentamiento entre Papistas y Luteranos éstos iban diferenciados por prendas de diferente color y Carlos Manuel I se mandó hacer un jubón reversible (de color rojo de un lado y blanco del otro)… Así, según iban yendo los acontecimientos se lo ponía de un lado o del otro, hecho que se hizo muy popular entre la población y con el tiempo se ha utilizado la expresión “cambiarse de chaqueta” para señalar, sobretodo, a aquellos políticos que cambian de bando o partido…como ve Vd, nada nuevo bajo el sol…que más calienta siempre…

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