Me ha sorprendido positivamente la decisión del Gobierno Rajoy de modificar el Código Civil para conceder la nacionalidad española a los descendientes de judíos que en 1492 fueron expulsados de España.
Estamos ante un proyecto que tiene que pasar por las Cortes pero que contiene una fuerte carga emocional y reparación hacia un pueblo que perdió su condición hispánica y siguió vagando por el mundo en busca de cobijo. Habrá que ver cómo se concreta esta idea de conceder la nacionalidad española a varios millones de judíos sefardíes que se encuentran en Israel pero que se hallan también diseminados por medio mundo. Será laborioso determinar cómo se acredita la condición de sefardí y qué derechos políticos tendrían los nuevos españoles.
Una de mis experiencias más inesperadas la viví hace muchos años en Estados Unidos en un viaje de más dos meses junto con otros periodistas de todos los países europeos, también de los que estaban gobernados por los regímenes del Pacto de Varsovia.
Me invitaron a una cena en casa de un médico en el estado de Misisipi. Una cena muy formal, más de diez personas, candelabros en una larga mesa, con tertulia posterior en un salón, con una chimenea y fuego al fondo que acompañaba la atmósfera cálida que se quería ofrecer al invitado.
En un momento de la conversación una señora abrió su bolso y sacó una llave grande, la misma, dijo, que sus antepasados se llevaron de Toledo al ser obligados a abandonar su casa. España no tenía relaciones con Israel y la señora me preguntó si le sería fácil averiguar si aquella casa todavía existía. No recuerdo qué le contesté, pero aquella anécdota me confirmó que la expulsión de los hebreos nos perseguiría también a nosotros a lo largo de los siglos. Aquella decisión se asociaría al antisemitismo que ha vivido latente en España hasta nuestros días.
No sé qué comportará el hecho que los sefardíes puedan obtener la nacionalidad española sin renunciar a la israelí o a la de cualquier otro Estado que conste en su pasaporte. Si pudieran votar sería una novedad considerable que tendría incidencia en la política española. También en nuestro deteriorado Estado del bienestar.
Tengo gratitud y simpatía hacia muchos judíos de los que he aprendido mucho en los más variados campos de la cultura, las artes y la historia. Esta admiración no coincide siempre con la actitud del Estado de Israel, que es tan criticable como la de cualquier otro Estado del mundo. Un judío tan lúcido como Steiner ha escrito que la creación del Estado de Israel fue un error porque podía convertir a los judíos de víctimas en verdugos. Otro pensador judío, Isaiah Berlin, decía que el experimento del Estado de Israel era una especie de «exilio del exilio». En todo caso, me parece acertada la decisión del Gobierno que repara, muy tarde, un error y una injusticia histórica.
Publicado en La Vanguardia el 13 de febrero de 2014
Sr. Foix: He estado meditando sobre el drama de la existència del pueblo judío, y pienso que su talento e inteligència innata para las matemáticas, además de su capacidad para la administración, les ha facilitado en gran medida su dedicación a las finanzas, a la banca y a la administración de cada Estado, donde residan.
Este hecho, es posible que les haya conducido a tener mucho poder y también a enriquecerse millonariamente.
Pero precisamente esta habilidad citada, les ha atraído las envidias, los celos y la codicia de otros muchos poderosos enemigos inhumanos.
He ahí su grandeza, su miseria y su drama.
Steiner ha escrito también que la amistad mata el amor. Gran frase difícil de gestionar. Quien no quiere que una amistad conozca el amor, ¿aunque esa amistad sea tu mujer?
Me he ido del tema? bueno, es viernes
Leo que hay un antecedente histórico en la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes en 1903, iniciativa llevada a cabo por un senador del Partido Liberal en el gobierno de Primo de Rivera y que aquella decisión tuvo como humanitaria repercusión el hecho de que diplomáticos españoles salvaran del genocidio nazi a algunos judíos otorgándoles la nacionalidad española, basándose en aquel decreto.
Sin despreciar otras injusticias pendientes de solventar, es una buena noticia paliar en lo que se pueda la tragedia que supone el exterminio de conciudadanos. Que cunda el ejemplo y se extienda a otras causas igualmente impresentables.
Definitivamente hoy ratifico que por aqui se mueven comentaristas de lo mas ilustrado que redondean el oportuno articulo del Sr. Foix.
M’estranya que avui dia Espanya pugui prendre una mesura així sense consultar a la Unió Europea, doncs concedir la nacionalitat espanyola a tot un poble es donar-li accés a la residencia i a la lliure circulació per tota la Europa comunitària. No dic que no estigui bé, sinò que el Govern español es pot trobar amb serioses reticències per part dels demés socis comunutaris.
Una muy buena noticia.
Em sembla que tot això és teatre. Penso que no fa falta tanta comèdia, ni remuntar-se a tants segles anteriors. Seria suficient fer un reconeixement explícit i institucional de tots els erros i crims comesos pels espanyols contra els jueus, moriscos, indis d’Amèrica, etc., etc.
El que sí urgeix és solucionar els conflictes actuals de l’estat espanyol amb la defensa i promoció de les cultures minoritàries, en lloc de buscar la seva aniquilació, com feren en altre temps amb les cultures jueves i morisques.
Etiquetar de teatro, lo que intenta reparar minimamente una injusticia, es como minimo frivolo. Siempre con todo el respeto y desde mi humilde punto de vista.
vaig treballar vint anys a barcelona amb sefardites els que he viscut mes respectat ien més llibertat viatjant per ells per tot el món.
amb alegria he rebut la notícia
Efectivamente todo se cura viajando y conociendo.
¿Qué pasa con los descendientes de los moriscos? Ellos aportaron tanto o más que los judíos y también fueron expulsados. Esta decisión es acertada y a la vez discriminatoria, además demuestra el carácter islamofóbico del Gobierno español. Lamentable, aunque es lo que esperaría uno de un estado católico.
Sr.Foix: es en 1391 cuando se produce la primera gran matanza de judíos en España, las prédicas en Sevilla de arcediano de Écija Ferrant Martínez, son la causa principal, las aljamas de Castilla y Aragón son asaltadas y miles de judíos mueren a manos del populacho…Tomás de Torquemada, Inquisidor General en 1483, es el causante de la muerte de más de trece mil conversos en una década…durante la expulsión por mar muchos de ellos fueron lanzados al agua en el estrecho y sus bienes pasaron a poder del capitán del velero que los transportaba…quedan muchas cosas por contar de ese genocidio…
Siempre este punto de erudicion en BartolomeC. Siempre se un poquito mas despues de pasar por el blog del Sr. Foix.
Tengo parte de mi familia de Mallorca Dobert, allí los apellidos chuetas son muy corrientes, Aguiló, Cortès, Fortesa, Fuster, Martí, Miró, Picó, Pomar, Segura, Valentí, Valls, etc… en Mallorca la persecución fue algo terrible y sanguinaria…
Dogbert…sorry…
Bartolomé, ahora no los arrojan al mar….solo les impiden alcanzar la orilla
Vergüenza, mentiras, desolación, horror. No solo hay motivos más que sobrados para su cese, hay que pedir su proceso.
Ultimo responsable un ministro que se declara defensor a ultranza de la vida. Cinismo, asco, impotencia, dolor.
Vergonzosamente inmoral Àfrica…