Avanzan los días con problemas cada vez más insolubles en Oriente Medio. La pérdida del control de las fronteras occidentales de Iraq es una muestra de la descomposición de un país que hace quince años estaba bajo la bota de una dictadura y ahora está desangrándose en el caos.
No voy a insistir en el grave error de la guerra de Iraq. Toda guerra perdida es un error pero si la situación que le sigue es mucho peor a la que existía antes, los que nos llevaron a aquel conflicto deberían pedir públicas disculpas nacionales e internacionales.
Se quiso exportar con armas la democracia a Oriente. Se hablaba de la democracia imperial y de que los ciudadanos invadidos acudirían a las urnas para resolver sus endémicos problemas. Soñar con una justicia absoluta no es sólo vano sino también inútil. La existencia humana es un jardín imperfecto, decía Montaigne.
Las fronteras que se trazaron al descomponerse el imperio otomano han resultado ser artificiales. También lo fueron las que se dibujaron con puntero y pizarra en la conferencia de Berlín convocada por Francia, Inglaterra y Alemania en 1884 para repartirse las colonias africanas.
Los intereses, los caprichos y las ambiciones de los ejércitos respectivos jugaron un papel decisivo en el continente africano. Lo mismo ocurrió con los protectorados y zonas de influencia que franceses y británicos se repartieron en el acuerdo Sykes-Picot firmado en 1916.
De aquella arbitrariedad de fronteras vinieron muchos de los conflictos del siglo XX y los de hoy. Francia se reservó la influencia sobre la Gran Siria, Líbano incluido, y Gran Bretaña dominaba Palestina, Iraq, Kuwait y parte de Arabia Saudí. Fueron fronteras caprichosas en muchos casos que no tuvieron en cuenta las etnias, las confesiones dentro de la religión musulmana, las culturas y las situaciones concretas.
Los intereses coloniales, cuenta hoy Tomás Alcoverro en su crónica desde Beirut, privaron a los pueblos árabes de la autodeterminación que prometió el presidente norteamericano Woodrow Wilson. De los despojos del imperio otomano se construyeron naciones y nacionalismos artificiales que han causado mucho de los problemas que vivimos hoy.
La creación del Estado de Israel en 1948, con mandato de Naciones Unidas y como recompensa a una larga lucha del sionismo internacional, complicó más la situación. Los judíos llegaban avalados por el Holocausto y se instalaron en las primeras fronteras con la aprobación de la comunidad internacional. Empezaron a moverse fronteras y llegaron las guerras.
Lo que no estaba previsto es que aquellas divisiones artificiales las cargaría el diablo con las rivalidades entre los extremos de la religión chiíta y sunita, las dos descendientes del Profeta.
El hecho inquietante es que los problemas de Siria, internos y violentos, se añaden los de Iraq que no tiene capacidad de controlar su propio territorio. La rama que está tomando ciudades y controles de fronteras pretende instalar un régimen coránico, violento, que llegue a las posesiones de los antiguas califas de Damasco o Bagdad.
Occidente no es consciente del polvorín que está ya ardiendo en aquella parte del mundo y que tendrá consecuencias muy negativas para todos.
Occidente es la causa de todos estos problemas. Qué derecho teníamos a decidir las fronteras del Próximo Oriente después de la primera guerra mundial? Hemos de considerar que los árabes fueron los que derrotaron al Imperio Turco. En la película Lawrence de Arabia queda claro el fracaso político de los líderes políticos árabes después de la toma de la toma de Damasco. De ello se aprovecharon Francia y el Reino Unido contando con las diferencias entre las facciones árabes. Ahora nos extrañamos de lo que ocurre, es lo que hemos sembrado. Europa vive en una autocomplacencia considerándose el faro democrático del mundo junto con los EEUU. Sin embargo, deberíamos leer el libro de Todorov: Los enemigos de la democracia, en él se nos muestra la política de algunos países de la UE en Libia, no muy diferente de la de EEUU en Irak. Y sobre todo, el viejo debate entre San Agustín y Pelagio. El ser humano no puede ser justo, un ser falible no puede ser más de lo que sus limitaciones biológicas le imponen, solo conceptos no naturales, filosóficos o morales le pueden ayudar a controlar su maldad y amplificar el bien. Me preocupa la situación política actual, es una fase de violencia real y virtual. Lean si les place un libro de Tono Soler, Macia contra Companys, verán que todo sigue igual. A, por cierto, en ese libro, según mi criterio el Sr. Soler ridiculiza a Companys.
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«Se quiso exportar con armas la democracia a Oriente. » Se empezó mal y acabará peor, la fuerza de las armas no garantitza una democracia…
Sr. Foix: » El polvorin de las fronteres «…y…» Occidente no es consciente del polvorin que està ya ardiendo en aquella parte del mundo y que tendrá consecuencias muy negativas para todos. »
Pienso que, por tratarse de una de las zonas petrolíferas y de petroleoductos, más importante del mundo, afectarà a todo el sistema planetario.
Pero los fabricantes de armas ya se friegan las manos.
En fin. Poca cosa podemos hacer nosotros. Porque, seguramente, Occidente està perdiendo la batalla, frente a los grandes y poderosos paises asiáticos, entre ellos China, que ya hace años que estan jugando en el tablero del ajedrez mundial. Para posesión y dominio de las materias primes mundiales y los combustibles, ect.
Y la culpa la tiene la codicia, la corrupción y la prevaricación del poder internacional que, junto con los dirigentes de aquellos paises, ha estado durmiendo la siesta del panzacontentismo placentero, olvidandose de que aquel mundo, ahora irritado y convulsionado, pasa desde hace años desamparo y calamidades, ect. ect. Y que además tienen muchos hijos y aumenta exageradamente la población, ect.
Sr.Foix: si somos incapaces de poner orden en una comunidad de vecinos, imagínese poner orden en la comunidad internacional…que además están armados hasta los dientes…