La geografía y las ideas vuelven a cruzarse en la historia. Las fronteras siempre han sido muros imaginarios de contención a los otros, a los bárbaros, a los enemigos, a los supuestamente malos.
Las guerras empiezan casi siempre por ideas introducidas en pequeños núcleos de influencia que van extendiendo sus mensajes de odio o intransigencia hacia las masas que pueden entusiasmarse por lo nuevo y por aquello que promete resolver todos los problemas.
La historia es geografía, decía Bismarck, artífice de la unidad alemana en 1870 después de haber ganado tres guerras, contra Austria, Dinamarca y Francia. Es una ironía de la historia que la unidad alemana se declarara en el Palacio de Versalles después de haber vencido en la guerra franco prusiana. Todos los parlamentarios prusianos celebraron la unidad por las calles de París después de haber vencido a los ejérecitos franceses.
Las ideas que se transforman en ideologías acaban siempre precintando los estados o bien amenazando con invadir a estados vecinos. La geografía se resiste a sucumbir a la globalización. Hoy se ha celebrado en Hong Kong, ex colonia británica hasta finales del siglo pasado, pidiendo la independencia política de Pekín una vez se expiren los acuerdos alcanzados entre Gran Bretaña y China.
La posibilidad de la creación de un estado kurdo que aglutine a los sesenta millones de ciudadanos de esa etnia repartidos entre Turquía, Siria, Iraq e Irán, parece ahora más probable. El primer ministro Netanyahu considera que la creación de un estado kurdo será beneficiosa para Israel. Por una de aquellas imprevisiones de la historia los kurdos podrían reunirse en un sólo estado después de que sus ambiciones no fueran consideradas al término de la Gran Guerra.
La globalización no tiende a crear un estado global sino que impulsa tendencias secesionistas en estados donde no se contemplaban estos movimientos hace sólo quince años. El caso de Escocia y el de Catalunya van en esta dirección. El mundo camina hacia grandes transformaciones en las formas de gobernarse. Estos cambios suelen ir precedidos de grandes tensiones sociales.
El derecho de autodeterminación que empezó a aplicarse genéricamente al caer el sultán otomano, el káiser alemán, el zar de Rusia y el emperador de Austria Hungría, fue precedido de grandes confrontaciones bélicas en Europa. Después de la Gran Guerra nacieron los nuevos estados que habían estado bajo el control y el dominio de los imperios caídos.
Todo indica que vivimos tiempos de grandes transformaciones sociales, políticas, económicas y de costumbres. Al final del proceso nacerá una nueva situación. Lo que interesaría saber son los costes individuales y colectivos hasta que la geografía dibuje nuevas fronteras.
Gracias una vez más, Sr. Foix. Discrepo empero de que la geografía cree fronteras. Los mares han sido caminos, los ríos naciones y las montañas cobijo de gentes a uno y otro lado de los picos nevados. Las fronteras se están desdibujando y desapareciendo con beneficios para todos.
Los pueblos libres son los que pueden definir sus ámbitos, aunque antes le llamasen «geografía política» y los mapas parezcan el puzzle de un loco.
Lo exigible es que resolver el puzzle sea tarea civil (políticos, antropólogos, geógrafos y la propia gente) y no militar. Alsacia, Lorena, Saar, Bosnia, Kosovo, Ukraina, Moldavia… y, también Cataluña no deben volver a ser referencias bélicas sino demográficas, si es que esos 100 años transcurridos desde los tiros de Sarajevo no han enseñado algo a todos los europeos.
Sr.Foix: como el movimiento de las fronteras se desmuestra andando les dejo a los compañeros este mapa interactivo en el que uno puede ver dichos movimientos…
http://seetio.com/blog/2011/08/11/geacron-mapa-interactivo-que-muestra-las-fronteras-a-traves-de-la-historia/
El viernes en luz de gas canta Carme Canela
https://www.youtube.com/watch?v=eV4Fx8iEsHQ
Gracias Francis por la información…estás en todo…