El viento sopla a favor del Barça en este principio de temporada. Por un gol en cada partido se perdieron dos títulos hace sólo cuatro meses. Esta contingencia es hoy impensable. Por la sencilla razón que Luis Enrique ha metido en el corazón del vestuario el trabajo, el esfuerzo y la lucha.
Tata Martino no supo despejar la indolencia de un equipo que arrastraba un cansancio endémico. La diferencia entre el Barça y el Madrid en estos tres primeros partidos de Liga es que los blancos han perdido intensidad, según reconoce el propio Ancelotti en una rueda de prensa de pocos amigos. Sabe el gran técnico italiano que el que toma las decisiones en el vestuario, fichajes, ventas, traspasos y demás movimientos de capitales es Florentino Pérez. Se ha quedado sin medio del campo.
Mientras Di Maria ha reavivado al Manchester United, el colombiano James se ha revelado hasta ahora como un capricho veraniego de Florentino. Le doy importancia a la disciplina que Luis Enrique quiere imponer en el vestuario. Los que el jueves por la noche estuvieron en el Palau Sant Jordi viendo el Team USA contra Lituania, tres no fueron convocados para el partido del sábado. Rafinha, Bartra y Alves quedaron fuera. Piqué se quedó en el banquillo y Neymar apareció en la segunda parte para recibir dos pases magistrales de Messi que dieron la victoria al Barça.
Sergio Busquets salió de titular. Abandonó el Sant Jordi a la media parte. Pueden parecer notas a pie de página en la complejidad de la gestión de un vestuario lleno de gallos. No lo son. La grandeza está en los detalles. Es prematuro hacer presagios cuando se llevan tres partidos jugados. Pero no estamos hablando solamente de la calidad de los genios que forman en las dos plantillas rivales. Es la intensidad lo que marca hoy la diferencia
Publicado en Mundo Deportivo el 16 de septiembre de 2014
Sr.Foix: la disciplina es básica en la organización deportiva…