Esta Liga vuelve a ser cosa de dos. De Messi y Cristiano. Podría incluirse Neymar si el tandem con Leo fuera produciendo dos goles por partido con cierta regularidad. La maquinaria blanca se ha puesto en marcha y Ancelotti ya presiona para que este año no haya dudas sobre quién merece el Balón de Oro.
Y sólo llevamos siete jornadas de Liga, con dos mediocres partidos en la Champions y a cuatro puntos del líder. No empujen, por favor. Ronaldo lleva 13 goles pero Messi y Neymar han conseguido los mismos por separado.
Los dos cracks del Barça han intervenido en 19 de los 22 goles y su competenetración puede ser uno de los factores que mantengan vivas todas las aspiraciones de la temporada. La Liga es también la confirmación de dos estilos inconfundibles que han marcado la diferencia entre azulgranas y blancos en lo que va de siglo.
Cristiano influye en las goleadas pero no cambia el estilo individualista de un equipo con estrellas pero sin firmamento. La novedad de Messi este año es que además de marcar goles inesperados se ha erigido en motor del equipo, en suministrador de goles, en pases que hacen crecer las expectativas de Neymar y de cuantos van colocándose a su alrededor, dependiendo de las arriesgadas decisiones rotatorias de Luis Enrique. Cuidado, míster, con los experimentos. Xavi y Piqué dieron seguridad y eficacia en la victoria de Vallecas del sábado.
El parón de octubre es peligroso para los grandes equipos que nutren a las selecciones. La diáspora de esta semana afectará a 16 jugadores barcelonistas, desde Bravo a Rakitic pasando por Messi, Neymar, Piqué, Alba, Iniesta, Pedro, Busquets, Matthieu... Incluso el sancionado Luis Suárez recorrerá más de 15.000 kilómetros con la selección uruguaya. Estas trashumancias perjudican seriamente a los clubs.
Publicado en Mundo Deportivo el 7 de octubre de 2014
Sr.Foix: siempre es mejor que un equipo no dependa de los goles de un sólo jugador…