Tres días de sufrimiento, ansiedad, muertes y terror han abatido París y el mundo entero. Cuatro atentados supuestamente coordinados entraron en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo y asesinaron al director, a dibujantes conocidos y a otras personas que estaban en la sala. Todo fue ejecutado de forma metódica, rápida y sistemática.
En su escapada dieron muerte a dos policías, uno de ellos le remataron con un kalashnikov mientras yacía en el suelo malherido. Al día siguiente una policía fue asesinada en otro barrio de París. En su escapada hacia el norte, los dos terroristas se llevaron a un rehén y se parapetaron en una imprenta. La policía anduvo dos días sin encontrar el paradero de los asesinos que se dieron a la fuga.
Francia y el mundo eran conscientes que los atentados a una redacción tenían una gravedad añadida. Aunque el semanario había insultado a todas las religiones, también a la del profeta Mahoma, la matanza alcanzaba las libertades de las sociedades democráticas.
Cuando se tenían localizados y acorralados a los asesinos del semanario, otro individuo entró en un supermercado judío de París y se quedó con cuatro rehenes. De forma coordinada, la policía actuó y mató a los jihadistas y al asaltante del supermercado, incluidos los cuatro rehenes.
El presidente Hollande habló a los franceses. Cientos de miles de personas acudirán el domingo a la manifestación en las calles de París. Jefes de gobierno y de Estado de Europa participarán en la marcha en memoria de los caídos. Merkel, Rajoy, Cameron y Renzi han anunciado su presencia.
Se ha acabado el asalto coordinado de terroristas. Pero el problema existe en Francia y en otros países europeos. No es una guerra de religiones. Ni tampoco una campaña que tenga su origen en el Corán. La idea de que el Islam establece que los insultos contra el Profeta tengan que ser contestados con violencia es una creación de los políticos y los clérigos para introducirlo en sus objetivos. No está escrito en ninguna parte.
Lo más inquietante de los sucesos de estos tres días en Francia es que no estamos ante un atentado con muchas víctimas. Se trata de una operación coordinada, con adiestramiento militar, sin inmolaciones y con el objetivo de atacar brutalmente las libertades. Lo que ha ocurrido en París se puede vincular con los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, los de Madrid en 2004, Londres en 2005 y los de Bombay, Nairobi y otras partes del mundo. Y, muy especialmente, con el Estado Islámico que está causando cientos de muertes en Iraq y Siria con el objetivo de crear un nuevo califato que retroceda varios siglos en la historia. Hay que señalar también que la fuerza utilizada por Occidente en Iraq, Afganistán y otros puntos de Oriente Medio no ha creado más convivencia sino más confrontación y más odio.
Sr. Foix
Estoy de acuerdo con los contenidos del artículo. Aunque me parece que pasa muy rápido sobre el hecho de que el semanario había insultado a todas las religiones. Pienso que merece una mayor atención.
La defensa de la verdadera libertad pasa por el respeto a la libertad y las convicciones de los demás. A veces se proclama una “libertad de expresión” que más bien pretende una “libertad de insulto y provocación”, cuando se utiliza la palabra o la imagen para agredir a otras personas.
Pienso que una sociedad democrática que quiere la paz no debería consentir estos comportamientos que fomentan este tipo de violencia, como no se consiente la apología del terrorismo o, en muchos países, la mentira o mofa sobre el Holocausto. Quizá hechos recientes en los ambientes deportivos nos están enseñando que el insulto y el fanatismo, de una y otra parte, es el comienzo de un desgraciado proceso que no tiene nada que ver con la libertad de expresión.
Está bien que las sociedades democráticas condenemos los últimos acontecimientos en París, pero sin olvidar la parte que nos corresponde para evitarlo que, en este aspecto del respeto a los demás, está bastante por hacer.
Ahora muchos diarios hablan de libertad de expresión cuando ellos censuran o tergiversan por interés económico o político.
Sr.Foix; lo más preocupante es que mientras vemos morir a miles de personas a diario, por estos mismos terroristas asesinos y en lugares lejanos, el problema lo vemos como si fuera ajeno a nosotros…sólo nos alarmamos cuando nos sucede en la puerta de casa…si el terrorismo ve que con este tipo de atentados tienen una repercusión mediática mundial, entonces entraremos en una nueva dinámica terrorista de muy difícil previsión…aquellas lluvias han traido estos lodos…
Todo esto quien y como se financia?
Buena pregunta…
¿ Y a quien ó a quienes beneficia ó enriquece millonariamente ? …¡ Pues de haberlos hailos !