La libertad de expresión es prioritaria en las sociedades libres y democráticas. La tragedia de los atentados de París movilizó a millones de personas de todas las religiones, de toda condición y de muchas nacionalidades. Se había asesinado a 12 periodistas, trabajadores y dibujantes del semanario satírico Charlie Hebdo, a cuatro judíos y a tres policías. Los valores republicanos, la voluntad de vivir en una sociedad abierta en la que se pueda libremente expresar todas las opiniones, flotaban en el ambiente de la plaza de la República parisina.
Ninguna acción en la vida política, social o familiar es inocua. Los límites que pueden plantearse a la libertad de expresión son los que se refieren a la percepción de la ofensa injustificada por parte del otro.
Hay que convivir con el respeto que se merece toda persona mientras cumpla sus deberes y exija sus derechos. No es aceptable que unos cuantos entren con fusiles en una redacción de una revista satírica y maten a doce personas. Ni que asesinen a tiro limpio a cuatro judíos que compraban en un supermercado kosher. Nada justifica estos crímenes.
Pero hay que aceptar que muchos o pocos pueden sentirse ofendidos por las mofas gratuitas al profeta Mahoma. Las ofensas y burlas que afecten a los sentimientos más íntimos de los demás pueden ser toleradas y admitidas en una sociedad que ha asimilado los principios de la Ilustración. Pero son innecesarias cuando los insultos hieren lo más sagrado que puede tener una persona o un colectivo de otro universo cultural. Los límites son difusos pero existen.
Publicado en la revista El Ciervo en enero de 2015
No entiendo el dogmatismo acerca de la tolerancia volteriana…así nos va!!!
Sr. Foix: » Los límites difusos de la libertad »
Pienso que la libertad total no existe. Y que la libertad de expresión y de acción tiene sus limites y condicionamientos.
Solo existe la libertad de pensar por uno mismo y de crear su propio criterio e interpretación de las ideas, hechos, convivencia y cosas, ect.
Vivimos condicionados por la convivencia y sus consecuencias de nuestra propia sociedad humana.
Desde la aparición de la Televisión nuestro mundo social ha cambiado y aun no lo hemos digerido. Pues la televisión ha substituido a la enseñanza de la familia, padres, abuelos, maestros y profesores, ect.
La televisión enseña,muchas veces, pautas de conducta tanto verdaderas como falsas, que son creidas desde los más pequeños, los jovenes, los maduros, los ancianos, ect.
En una palabra, la televisión contribuye a la creación de un criterio e interpretación del pensamiento y de la conducta y comportamiento de nuestra sociedad humana, según conveniencia del poder dominante y del gran capital.
Por lo que deduzco que la libertad de pensamiento tampoco existe al 100 %, al menos para la mayoria de personas, que no tengan un criterio propio crativo e independiente.
P.D. Correción de error al teclear.
En el último parrafo, donde dice…» un criterio propio crativo e independiente. «…debe de decir…» un criterio propio creativo e independiente. «
Albert, tienes razón,la televisión condiciona más de lo que podriamos pensar…
Sr.Foix: siempre he pensado que no ofende el que quiere…
Lo sorprende es que queden personas con capacidad de ofenderse. Para eso hay que dar valor a lo que hace o dice un tercero.
Sr. Foix, la libertad de expresión y de prensa depende de la capacidad económica.