Unos cien mil vascos se preparan para estar en Barcelona el 30 de mayo. Sólo unos 40.000 podrán ver en directo la final de la Copa en el Camp Nou contra el Barça. El resto querrá acompañar a los legendarios leones coperos y llevarse el trofeo a San Mamés. Se avecinan días de emociones fuertes.
Para los vizcaínos Barcelona es el Berlín de los catalanes. El barcelonismo tiene que controlar las emociones en unos momentos en los que lo puede ganar todo y puede quedarse en blanco. La Copa entra en el universo de la rutina si se tiene en cuenta que el Barça es líder con 26 trofeos, seguido de los 23 del Athletic.
En la Liga y la Champions el Madrid exhibe una cómoda y abultada ventaja. Es inútil y prematuro avanzar triunfos. Pero es realista aspirar a todos ellos porque el Barça de Messi, Neymar y Suárez ofrece ciertas garantías para conseguir el triplete. Los equipos no son fotos fijas de gloriosos tiempos pasados ni tampoco del comienzo de esta temporada. Evolucionan al vaivén de los personajes, de los resultados y de la complicidad en el interior de los vestuarios.
Luis Enrique gestiona a los gallos del gallinero como puede. Podría darse la circunstancia que se dejase llevar por la voluntad de los jugadores que quieren ganar los títulos. Hoy es el Getafe y el fin de semana será el Córdoba. No son trámites. Pero el duelo del año, el gran choque que ofrece la eliminatoria contra el Bayern, es entre el gran Pep Guardiola y el no menos grande Leo Messi.
Los dos se conocen demasiado y querrán saldar antiguas diferencias de biografías de éxito incuestionables. El Barça puede caer una vez más ante el Bayern. Pero también puede pasar la eliminatoria por su calidad y por el gran momento que atraviesa.
Guardiola será recibido familiarmente en el Camp Nou que no le puede mostrar ni un atisbo de hostilidad. Pero, hechas las salutaciones protocolarias de amistad, habrá que olvidarse de los personalismos y ponerse al lado del equipo de Luis Enrique.
Publicado en Mundo Deportivo el 28 de abril de 2015
Partit molt i molt complicat, en el que els dos equips necessiten guanyar, per reafirmar la seva condició de millor equip del món.
Tot el pes recaurà en els jugadors. Els entrenadors s’hauran de limitar a una tasca psicològica de transmetre moral de victòria, serenitat quan convingui, impulsar l’atac en el moment oportú … però tot el pes del partit l’hauran de portar els jugadors. Cal que estiguin molt mentalitzats i donin el millor d’ells.
Lo bueno es que Guardiola no saldra a cazar a Messi.
Sr.Foix: Guardiola conoce muy bien a los jugadores del Barça, pero los jugadores del Barça conocen mucho mejor que nadie los sistemas de juego de Guardiola…