El siglo pasado es conmemorado con celebraciones de victorias o con admisiones de derrotas. El pasado está ahí, no pasa nunca, y se nos presenta en forma de aniversarios señalados, de reivindicaciones o agravios.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, habló a finales de abril en la sesión conjunta del Congreso de Washington. Ningún primer ministro japonés lo había hecho con anterioridad y de forma tan solemne. Abe expresó su profundo arrepentimiento por el papel de su país en la Segunda Guerra Mundial. Dijo también que las disculpas anteriores del Gobierno de Tokio sobre las agresiones japonesas de la guerra ya eran suficientes.
El contexto internacional ha cambiado y Japón es hoy un aliado imprescindible de Estados Unidos en el Pacífico. Hasta el punto de que siendo un país oriental se le considera a efectos globales como una potencia que ha adoptado los parámetros políticos y económicos occidentales. El excanciller federal Helmut Schmidt ha escrito en uno de sus libros de memorias que «la principal causa de las diferencias entre alemanes y japoneses es que a los japoneses les ha faltado el sentido de la culpabilidad». Hace unos años el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tokio hizo público un reconocimiento de los daños causados en las invasiones de China, de Corea y de los países del Sudeste Asiático y de Filipinas. Pero no existe una declaración formal de culpa y petición de perdón por parte del Gobierno japonés.
Las tensiones con China tienen una larga historia, pero lo que hicieron los japoneses a partir de 1938 en buena parte de Asia han dejado un resentimiento que se manifiesta de muchas maneras, desde las confrontaciones deportivas hasta la mutua vigilancia sobre el rearme o el crecimiento económico.
Una de los episodios más constructivos del siglo pasado, después de que Alemania provocara las dos guerras europeas, fue la admisión de la derrota, la manifestación de su culpabilidad y la voluntad de erradicar y maldecir aquellos terribles trece años de nazismo. Desde la escuela hasta los medios de comunicación pasando por la política, Hitler y sus maldades son presentadas como lo que fueron, sin atenuantes y sin rehuir la responsabilidad.
En una visita del mes de marzo a Japón, la canciller Merkel remarcó en una conferencia que la reconciliación entre las naciones europeas fue posible porque Alemania se enfrentó con decisión a su pasado y porque Francia exhibió tolerancia. Una tolerancia que franceses y alemanes no practicaron en las dos guerras anteriores, la de 1870 y la de 1914, en las que las victorias se traducían en venganzas y las derrotas en humillaciones.
El próximo sábado se conmemorará el 70.º aniversario del fin de la II Guerra Mundial. Las celebraciones en Moscú tendrán un carácter reivindicativo con una exhibición militar como en los tiempos de la guerra fría. Desfile de miles de soldados, paseo de tres misiles balísticos intercontinentales, 150 aviones militares cruzando los cielos del Kremlin y un Vladímir Putin mostrando músculo y recordando los 27 millones de soviéticos que murieron en la guerra. Ucrania y las tensiones con Europa estarán en la mente de Putin.
Hubo dos capitulaciones del III Reich. La primera se firmó entre los aliados y un general alemán el 8 de mayo en la ciudad francesa de Reims y la segunda fue la que la destrozada Alemania nazi firmó en Berlín el día 9 de mayo ante representantes de la Unión Soviética. Los soldados de Stalin fueron los que primero llegaron a la capital en la que Hitler hacía pocos días que se había suicidado.
La Gran Guerra Patriótica fue una epopeya de los soviéticos, tal como describe magistralmente Vasili Grossman en su imprescindible libro Vida y destino.
Pero las celebraciones del día de la Victoria fueron cada vez más distanciadas y dispares. A partir de 1948, Stalin se apoderaba políticamente de Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y los países bálticos creando una brecha en Europa que perduraría hasta 1989 con la caída del Muro de Berlín.
Una de las claves para entender la evolución de Europa occidental hacia la libertad, el progreso y la paz social ha sido la generosidad de los vencedores y la aceptación de la derrota por los vencidos. Alemania puede haberse equivocado en muchas de sus políticas y la que lleva a cabo Merkel no es necesariamente la única ni posiblemente la mejor.
Pero sin la disposición de Alemania, desde Adenauer hasta Merkel, a jugar la carta europea, incluyendo la Gran Bretaña recelosa, no existiría el espacio de convivencia que permite a los ciudadanos de 28 estados transitar por todo el continente sin sentirnos extraños.
La situación es de una gran fragilidad. Las heridas existen y las viejas razones de Estado asoman con peligrosidad en muchos países democráticos. Pero pensemos que la alternativa es muy fea, es la guerra.
Publicado en La Vanguardia el 6 de mayo de 2015
Hay un dicho popular que dice que la historia es una hoja en blanco que escriben los vencedores. Queda entonces aquello que se conoce como memoria histórica, que viene a ser el recuerdo de las personas de los sucesos del pasado, maleables desde su dureza sin llegar a romperse, algo que por su subjetividad no puede considerarse como historia. Con todo esto no quiero dar a entender que no puede escribirse un relato sobre el pasado pero tenemos que ser sinceros y reconocer nuestras propias limitaciones.
La Alemania nazi, el Imperio del Sol japonés, y el fascismo italiano, fueron terribles para sus victimas pero estos tres estados fueron vencidos y liquidados. Estos tres estados provocaron la Segunda Guerra Mundial. Pero como decía al empezar la historia la escriben los vencedores: los bombardeos sobre las ciudades alemanas o las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no fueron menos terribles. Se puede argumentar que se lo merecían porque eran culpables pero este es un argumento maniqueo que algún día pueden utilizar para provocar otra catástrofe: los nazis supieron explotar ese sentimiento que humillaba a los alemanes por ser considerados como los únicos culpables de la Gran Guerra para hacerse con el poder.
En España hubo una terrible guerra civil después de un intento de golpe de estado contra un gobierno democrático que provocó cientos de miles de muertos: muchos de ellos aún a día de hoy en paradero desconocido. Franco instauró una dictadura durante cuarenta años y a su muerte hubo un pacto entre los franquistas más moderados y la oposición antifranquista en lo que llamaron el consenso: pasar página y mirar hacia adelante (sin ira libertad). En el mes de marzo de 2003 una coalición liderada por los Estados Unidos invade Iraq liquidando por el mismo precio tanto al régimen baazista como al estado: una década después y centenares de muertos después el país está roto en tres pedazos y el Estado Islámico ha llenado el vacío.
Un relato de la historia sincero es necesario entre otras razones para evitar caer en los mismos errores del pasado. Pero encuentro que los descendientes de los verdugos no son culpables de lo que hicieran éstos en el pasado. Los descendientes de las victimas tienen derecho a saber que sucedió con sus ascendientes, su daño debe ser reconocido y reparado, pero no tienen derecho ha convertirse en verdugos en el presente. El objetivo último de estas conmemoraciones, más allá de constatar una vez más los hechos del pasado, debería ser el desterrar la guerra como solución al resto de problemas. Pero mucho me temo que esto es una vana ilusión mía en un mundo nada pacifico que se mantiene en equilibrio en la mayoría de países por la globalización económica y la amenaza militar permanente.
Un saludo
Sr. Foix : » La alternativa es muy fea. «… y por desgracia los que nos tendrían que sacar de la crisis económica y de la grave crisis humana del paro, del sin ingresos, de la desesperanza y del sin vivienda son los governantes ó aspirantes a gobernantes muy jovenes ó que no han vivido en sus carnes los actos criminales de las guerras y de las ideas fanáticas de que el ser humano es capaz.
En resumen las gobernancias, sus arrimados, la sociedad humana en general, estamos viviendo actualmente en una época de la historia de un cambio generacional, donde está empezando a influir, gobernar y actuar la tercera generación de hombres y mujeres descendientes de aquellos, que fueron capaces de crear la sociedad del bienestar y la convivencia de estos 70 años, en la sociedad occidental.
Pero precisamente estos nuevos personajes, descendientes de tercera generación de aquellos que supieron perdonar, ect., nos están conduciendo inocentemente a un culde sac. Precisamente porque no han padecido en sus carnes las criminalidades y las calamidades de las grandes guerras mundiales.
Estan vacios, no tienen ideas creativas y talentudas y dan palos de ciego.
Hemos de crear puestos de trabajo para todas las edades y para las nuevas generaciones de jovenes…pero continuamos consumiendo toda clase de artículos de consumo personal, casero, industrial, ect, fabricados made in » extranjero y sudeste asíático «.
Mientras nos han y nos van colonizando económicamente los ya poderosos asiaticos. Que han creado ya y estan creando sus propias tiendas, bazares, colmados, bares, restaurantes, zapateras, ect.ect.
Y aquí se han ido perdiendo infinidad de oficios lucrativos y creadores de puestos de trabajo, ect.
Falla la mentalidad, el talento creativo y la capacidad de ver más halla de nuestras narices. Hemos de volver a fabricar nuestros propios artículos de consumo ersonal, de oficina , de taller y de fabrica, cotizarlos contribuyendo a crear puestos de trabajo, consumidores y cotizantes.
Si no procedemos así…» La alternativa es muy fea «.
P.D.
Conversando con un exempresario que durante años fabricaba motores eléctricos, me contó que llego un momento que le salía más a cuenta comprarlos fabricados en Italía. Y que luego los compraba a la China, aún más baratos.
Y esto viene ocurriendo, desde hace años, con la poderosa industria textil catalana, ect. Con la industria de los zapatos, de los petardos de Valencia, de las herramientas, y un largo tipo de industrias diferentes, ect.ect.
Argumentando que sale mucho más barato comprarlo fuera de España, que fabricado aquí.
Y todo con los consiguientes despidos masivos, ect.
El espejismo de la superbaratura ha estado y está aun ahí. Olvidando que luego el Estado ha tenido que subir el IVA al 21 %, sobre el total de la factura en bruto. Y también algunas autonomías industriales han subido toda clases de impuestos por tierra, mar y aire.
Tampoco olvidemos la subida del…IRPF a los cotizantes. Y los recortes de salarios y quite de las pagas extras, ect. ect.
Y el perder el puesto de trabajo y los ingresos, ect.
Entonces tenemos la otra cara del espejismo ó sea la cara de la realidad. Acabamos pagando mucho más caro lo que nos parece que compramos mucho más barato.
En el dia d’avui, un nou atac contra la nostra llengua per part del Govern Central..!!…cada cop estic més convençuda que la independencia, no solament és necessaria, sino que és imprescindible, …amb totes les seves conseqüències….
Ciu y el pp seguro que se llaman para que el tema nacional sea el centro del debate, en el social y la corrupción no tienen posibilidad de sacar votos, esta retroalimentación es voluntaria, están cómodos en ese debate.
Al margen de consideraciones colaterales mil, el «hecho», es el que es, francis…
Llegeix millor, Rosamaria. No es compleixen les resolucions judicials. Tampoc podem anar com si la justícia no hi fos, agradi o no agradi.
…a que es refereix exactament ??
…a la justicia española ??
En el principio no fueron, ciertamente, los dioses de los cielos los que impusieron sacrificios a los hombres en la tierra, sino los sacrificios de los hombres de la tierra los que pusieron dioses en el cielo. Por consiguiente, no es que el sacrificio haya sobrevivido al cambio de los antiguos dioses, sino que es la perpetuación del sacrificio lo que demuestra que los dioses no han cambiado. ¡De nombre habrán cambiado, y de vestido; no de condición, como demuestra la renovada aceptación del sacrificio! Siguen siendo los viejos dioses carroñeros, vestidos de paisano, con los nombres de Historia o de Revolución, de Progreso o de Futuro, de Desarrollo o de Tecnología. Los mismos perros sangrientos con distintos aunque no menos ensangrentados collares. Más valía haber dejado en paz los dioses en sus cielos y quebrantado, en cambio, la mítica conexión del sacrificio, que era la fuerza que los sustentaba; ya ellos solos se habrían venido abajo desde las alturas, en vez de reflorecer y renovar sobre nosotros su cruento señorío. La Historia Universal no es sino el nombre, el disfraz y el maquillaje, tan pudorosa como fraudulentamente laicos, con que el arcaico y sangriento Yavé-Señor-de-los-Ejércitos, iam senex sed deo uiridisque senectus, circula y se las bandea hoy en día impunemente, como un viejo verde, por los salones de moda del agnosticismo. La prueba de que no es el dios el que demanda el sacrificio, sino que es, por el contrario, el sacrificio el que postula al dios la hallamos más arriba en el pasaje en que se observa cómo nunca es la Causa lo que se esgrime para justificar el sacrificio y la sangre derramada, sino siempre, por el contrario, el sacrificio, la sangre derramada, lo que se esgrime para legitimar la Causa. El sacrificio es el que crea, pues, la Causa; no ya la Causa la que promueve el sacrificio. (pp. 34-35)
Rafael Sánchez Ferlosio
http://auladefilosofia.net/2010/03/07/rafael-sanchez-ferlosio-mientras-no-cambien-los-dioses-nada-habra-cambiado/
Y así vamos Francis, de sacrificio en sacrificio…
Sr.Foix: creo que la guerra siempre es el fracaso..el problema es que venimos de dónde venimos, pero por desgracia no sabemos hacia dónde vamos…
Ai senyor Foix..!!!…quantes vegades hem ensopegat amb la mateixa pedra ..i sempre pels mateixos motius??…